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04/09/2017

Recuerdos en polvo de tierra roya

He pasado un buen rato con este peculiar libro de Miguel Angel.

Me he encontrado con palabras nuevas, no conocidas por mí. Mindierra, Arlos, ESPALETILLAS (que supongo que serán nuestras paletejas) huete, La Ra, almazaniz, pajucero (que será nuestro pajuguero), patorrico (patorrillo), rasguñar...

He recordado a alguno de los pocos vecinos que conocía, Bernardino, más cercanos me han parecido Jose Austin, y Juantxu...

Allá va la despedida

la que echan los de Piedramillera

me voy con una moza a la era

a hacer lo que ella quiera

........

El sol asoma por Deyo

y se acuesta en Codés

y al pasar por la Berrueza

se le quita el estrés

........

¡Pero que la capa no paice!

soltaba Santiago al aire

cuando oía decir a la gente

!qué bueno es éste¡

!qué bueno es ese!

Santiago decía escape:

sí bueno éste, bueno ese,jee

!pero que la capa no paice!

soltaba Santiago al aire

.........

En 2009 se hizo lo de la siega

como se hacia antaño

con hoces, segadora, trilladora...

!Solo faltaban las picas y el carro!

 

Recuerdos en polvo de tierra roya

Miguel Angel Sanz Yabar hace dos años publicó este libro, por lo que me comentó Miguel Angel su abuela era de Nazar, él vive en Piedramillera.

Este libro que se lee de un tirón en el cual  nadie puede buscar  la poesía de nuestro Gabriel Celaya, donostiarra enamorado de una muesina,  Gastón de apellido y que pasaron los veranos entre nosotros.

Sin embargo,  en  este libro si encontramos el sabor y el saber popular de estos pueblos de La Berrueza. el lector encontrará como he encontrado yo la vida cotidiana de los habitantes de una zona. Este libro describe el vivir de Piedramillera, pero cambiando los nombres tranquilamente podría describir la vida cotidiana de cualquier otro pueblo de La Berrueza. Ahí esta su virtud.

He echado en falta el haber sido un poco más historicista, que no se basase tan en el día de hoy, sino que hubiese recurrido a décadas anteriores dónde los coplistas eran cien mil veces más originales y naturales. Una generación todavía sin contaminar y con golpes de gracia inigualables, en el prólogo del libro se vislumbra algo así, pero luego en el desarrollo se cae en la poesía fácil y la que va a gustar a los contemporáneos.

Es una pena no haber recogido aquella generación imprevisible, es lo que se barrunta en el prólogo del libro, aquellos que iban de bodega en bodega e iban cantando de casa en casa en los balcones  y las ventanas de las mozas más agraciadas.

Libro imprescindible y que reúne el vivir de una época.