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20/10/2013

Pedro Maria Morras Arbeo

Quiero empezar esta nueva etapa de artículos con este de Pedro Mari,  el cual representa lo que es Nazar y lo que ha sido Nazar durante estos años.

En este mismo lugar he hecho la biografía de varias personas del pueblo, cuanto más cercanas son y más las conozco más difícil se me hace hablar de ellas. No es fácil, y menos cuando la edad ya no es tan diferente, aunque me pase unos veinte años, es preciso tener en cuenta que hemos coincidido infinidad de veces en juergas por los pueblos de los alrededores,  trabajando en el campo, en las calles del pueblo, en la iglesia, en la taberna... en un pueblo como Nazar se puede decir que somos de la misma generación... Hemos participado de miles de cosas idénticas...

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En Nazar, como en todos los pueblos pequeños  unas casas  son referencia del pueblo, una de ellas es la de Pedro Mari, por las robadas que siembra,   porque es una de las principales del pueblo y porque se ha movido por los pueblos de los alrededores. Son casas y familias que las conocen en todos los pueblos de los alrededores, especialmente en fiestas estas casas se llenaban de convidados, familiares y amigos de los pueblos vecinos, aunque esto era bastante común de todas las casas del pueblo.

La casa de Morras era una de las que contrataba  peones para realizar las tareas agrícolas (esto era corriente hasta que llegó la maquinaria, se echaban peones para labrar, peones para segar, peones para trillar y peones para sembrar, peones para escardar... peones para casi todo) no era extraño que el propio Pedro Mari bajase a Los Arcos para ajustar a los peones.

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Pedro Mari, fue el hermano pequeño de una gran familia, los Morrases, yo he conocido a ocho hermanos y hermanas.  Según tengo entendido Pedro Mari estuvo unos años en los frailes de un pueblo de Bizkaia. No creo que estuviese muchos años, pero si los suficientes para salir del pueblo y darse cuenta de lo que eran las ciudades y que existía una vida fuera del pueblo. La mili no creo que la hiciese, pues nunca le he oído hablar de ella.

Me acuerdo muy bien cuando empezó a salir con su mujer, Maria Paz, una chica de Espronceda, me acuerdo que iba con el caballo por Mirafuentes, y atravesaba el portillo hasta llegar al pueblo. Me acuerdo cuando se casó. También en aquellos años era extraño que alguien se casase y se quedase a vivir en el pueblo, a decir verdad se pueden contar con los dedos de la mano los matrimonios que se casaron y se quedaron a vivir en el pueblo en todos los años que tengo de vida...

 

Muy pronto tuvieron una niña preciosa, Mari Jose, la cual se ahogó de muy pequeña en los pilones de la fuente, fue un gran golpe para el matrimonio y también para todo el pueblo. Muy pronto llegaron otra hija, también encantadora y dos hijos que en cierto modo llenaron el hueco que dejó Mari Jose.

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Pedro Mari, trabajó duro, muy duro... le tocó el paso de la agricultura tradicional, de la agricultura que había vivido, de los bueyes, los mulos, caballos, bravanes, arados, trilladoras, atadoras a los tractores y las cosechadoras. Fue uno de los que mejor se adaptó a la modernidad, a los nuevos tiempos, desde el principio compró un tractor verde de la marca Deutz, y luego otro, y otro... que fueron referencia en el pueblo y creo que también en los alrededores, con uno de ellos se mató Patxi en la revuelta a la entrada de Mirafuentes, otro acontecimiento que dejó helado al pueblo.

Pedro Mari es y ha sido un hombre no muy alto; pero si muy fuerte, trabajador y que ha sabido también relacionarse con el resto de los habitantes de los pueblos.  Ha mantenido relación y amistad con los vecinos del resto de pueblos, y le ha gustado bajar a Los Arcos, Estella, Acedo e intercambiar conversaciones con el resto de agricultores. En definitiva que siempre ha sido muy conocido también fuera del pueblo.

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Hace ya muchos años tuvo la mala pata de caerse de un andamio de no mucha altura pero que durante unos años le dio varios problemas en una pierna, de forma que le molestaba para andar, por lo que compró una burra,  la que especialmente la empleaba para subir a las palomeras, aunque nunca la afición de la paloma fuese una de sus principales entretenimientos, como buen nazareno si que tenía afición por la caza. Como la mayoría de los hacendados del pueblo en política siempre ha sido conservador y ha tendido hacia las ideas de la derecha, aunque siempre con alguna idea personal y no excesivamente amigo de la iglesia.

Hoy aunque no para, siempre tiene algo en la cabeza, podar un árbol, cuidar los conejos, la huerta la tiene a las mil maravillas, todo el día anda de un sitio para otro... no le falta entretenimiento en que pasar los días, sin duda fue un duro golpe la pérdida de su hermano Santiago que siempre había vivido en casa. Hoy día es un jubilado, aunque no lo aparenta pues de salud y de presencia está como un chaval. Nadie le echará los años que realmente tiene.

Este es Pedro Mari Morras Arbeo, habla con todos y le gusta darse una vueltilla por el bar, aunque no está mucho tiempo, y normalmente se toma un cortado aunque no creo que le haga ascos al vino y a una copilla de muy de vez en cuando, pues como dice el refrán el que tuvo retuvo y guardó para la vejez.

Gerardo Luzuriaga

 

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