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01/07/2005

El Habla de la Berrueza

He tenido la oportunidad de hojear el libro de Ángel Martínez Salazar. Sabido es que en nuestro valle los libros son vistos como algo especial; pero no porque sean considerados como algo peculiar, sino precisamente por la poca relación que tenemos los habitantes de estos pueblos con los libros.

Sin embargo este libro, es un libro, que creo que todos, absolutamente todos lo podemos leer. Texto sencillo, cercano, bien escrito, con anécdotas precisas, dichos y costumbres de nuestros convecinos.

No lo he leído, lo he ojeado. Pero me ha dado la impresión que de aquí en adelante será difícil decir, poner algo nuevo que no aparezca en este libro. Es sin duda, un libro que reúne el saber popular de nuestros padres, hermanos, amigos. Zorionak Ángel. El primer pote te lo pago yo.

De todas maneras, a pesar de lo dicho anteriormente, estos pueblos son lugares de sorpresa, hay todavía mil historias por recoger. Por sólo poner un ejemplo en Nazar no aparece el carbonero. Aparecerá el Paco de Ubago? El herrero de Mirafuentes. Mendaza es un filón de historietas. 

Os animo a escribir aquí, lo que os parezca. Tengo el control de los que la visitaís, y sois muchos, muchos más de los que nos podíamos imaginar. Dejad la vergüenza y escribir algo: anécdotas de los pueblos, personajes, lo que os parece esta página.

Gerardo Luzuriaga Santxez

 

 

27/06/2005

Pastores

 El valle de la Berrueza es y ha sido tierra de agricultores. La labranza es y ha sido la ocupación de sus habitantes. Eso no quiere decir, especialmente en otras épocas que todos vivían de la agricultura. Pues por un lado, había muchas familias que no tenían ni un solo termón de tierra, que tenían que vérselas y sacar a toda la familia adelante con las parcelas comunales.
De todas formas en otros tiempos había trabajo para todos, todo el mundo, de una forma u otra estaba ocupado. El que no era sacristán, era aguacil, molinero, carpintero, tendero, veterinario, herrero, escobero, carbonero... Todo lo necesario se producía en los pueblos.
Como es natural se acudía a Estella, al mercado, a intercambiar unos productos por otros, es curioso que hasta no hace mucho tiempo el dinero brillaba por su ausencia, y las transaciones eran lo que hacían que se puediesen comprar los pocos productos que se necesitaban.
En definitiva está claro que los pueblos no eran lo que son hoy, como bien he comentado antes aparte de los agricultores había muchos más oficios. Hoy voy a recordar a los pastores. Sin duda una de las profesiones peor pagadas. Bueno, la cosa es, que yo aunque no soy muy viejo he conocido en el pueblo tres rebaños, de vacas (José el cabornero), ovejas (Isidoro) y cabras (José Mari, el hijo del carbonero. En otro momento hablaremos de las costumbres, de su vida. Hoy sólo mencionaremos por encima el nombre de las personas que a lo largo de estos últimos años, cuarenta años o, se han dedicado a este oficio. Recuerdo una familia de muchísimos hijos, que fueron a la escuela con nosotros, familia, que si no estoy equivocado vino de la provincia de Soria. Estuvo en el pueblo unos cinco años. ¿Quién no recuerda a Isidoro, Raimundo y Primi, pastores que vinieron de los pueblos de Bearin, Otiñano y Ancín a pastar las ovejas del Paco de Asarta y del Cecilio de Mendaza? La familia del Epi, sus hijos Ángel y Gabino toda la vida dedicada al pastoreo. Recuerdo de primera a Fortunato y a Maria con su rebaño de ovejas propio, creo tener también el recuerdo de haber oído que Florencio y Pilar también compraron un rebaño. Todavía quedan en el monte del pueblo los corrales de Montoya y Morrás, o por lo menos los nombres.
Joarkide