Berrotza / Berrueza

Benedicto XVI ha dimitido, nos ha sorprendido gratamente. Ha sido una medida distinta, arriesgada y revolucionaria. Me ha sorprendido y más de un Papa que ha llevado una línea afín a los movimientos conservadores.

El papado de Francisco está por ver, el tiempo nos dirá cual es el camino que adopta. Le pediría un cambio radical, pero soy consciente de que es pedir peras al olmo, con lo que me conformaría con un cambio de formas y un acercamiento a las filosofía del Concilio Vaticano II, completamente abandonada por los anteriores papas.

Los precedentes del Papa Francisco no son esperanzadores, teológicamente ha estado unido a las posiciones conservadoras de los anteriores papas y contrario a las nuevas corrientes. ¿Cuál será la postura de aquí en adelante?

Lo que he leído y visto hasta ahora sobre su política a favor de los pobres no me ha convencido, aunque será cuestión de ver su evolución. Por ahora así veo su política papal. Preocupación por los pobres, enfermos, sin medios económicos; pero si todo se queda en esa preocupación caritativa sin intentar cambiar el modelo anterior de la Iglesia poco se puede hacer, pues lo único que consegirá es crear más pobres a los que poder atender.

Es preciso afrontar las causas de la pobreza. Denunciarla, atajarla y luchar contra ella. En definitiva si este Papa, sigue con el modelo actual, la Iglesia se seguirá identificando con el capitalismo, serát también la Igleia la que siga creando esos pobres y apoyará un poco más la injusticia en la que vivimos.

¿Dará este Papa un golpe de timón? Me temo que todo está atado y bien atado y que ha sigo elegido este Papa sudamericano para contrarrestar la influencia de los movimientos socialistas que están surgiendo en latinoamerica.

Gerardo Luzuriaga