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30/09/2015

Gregoria Paz Martínez Piérola

Hoy ha fallecido PAZ, llevaba ya bastante tiempo discapacitada. Nazar cada día se nos queda un poco más pequeño.

No hace mucho escribí unas notas sobre Paz, que las vuelvo a recordar, retocando alguna frase:


Paz, en Nazar conocida como la Paz del Gabino. Una mujer peculiar, y muy querida en Nazar por todos, con nadie se metía, y le gustaba saber todo lo que estaba ocurriendo en el pueblo.

Nació y vivió hasta aproximadamente los 30 años en Zúñiga. Ahí es dónde conoció al Gabino, pastor del pueblo que había sido ajustado para pastor en Zúñiga. Se casaron y vivieron unos años, pocos en Zúñiga, con el Ángel, hermano del Gabino, también pastor y con su padre el tío Epi, Epifanio Echeverría.

Esta semana precisamente he coincidido con Iñaki, nacido en Zuñíga, pero que hoy día vive en Donostia, y que me ha comentado que él pasaba horas y horas en casa de Paz en Zúñiga. Le tenía una gran estima, como le tenemos todos en Nazar. Ha sido una muy buena vecina, durante los años que vivió en el pueblo, ya que ya hace bastantes años que vivía en Estella.

Sigo con su vida. Un día se trasladaron Gabino y ella a vivir a Nazar a la casa que Gabino Etxeberria, su marido, había dejado vacía unos años antes para ir de pastor a Zuñiga, aquí vivieron la Paz, el Gabino y el Angel, sería alrededor de los años 60.

Muy pronto la Paz tuvo una hija, Pili.

La Paz, como la mayoría de nuestras madres vino de fuera, a un pueblo ajeno y con costumbres bastante arraigadas. Muy pronto se amoldó a este que fue su pueblo, Nazar. La Paz ha sido y es una mujer peculiar, inteligente, observadora, aunque tal vez por la gafas de gran aumento que usó desde muy joven, y una forma de hablar algo distinta y más directa que el resto de mujeres del pueblo le daba un aspecto de distraída y a veces algo superficial, nada más alejado de la realidad.

Ha tenido una una gran cabeza y ha recordado absolutamente todo con gran precisión hasta el último momento.

Durante años y años fue la lechera del pueblo, el Gabino fue uno de los que mantuvo vacas lecheras hasta más tarde que el resto del pueblo, por lo que muchos vecinos acudíamos diariamente a por la leche a su casa. Esto hizo que tuviese relación directa con gran parte del pueblo, unido a que su casa está en un lugar privilegiado, encima de la picota, desde donde se controla todo el pueblo, ella tenía costumbre de observar todo lo que ocurría por las calles de Nazar desde la ventana de la cocina. Estaba al tanto de todo lo que ocurría en el pueblo.

La Paz se quedó viuda bastante joven, como ya he dicho anteriormente los últimos años los ha vivido en Estella con su hija Pili, exceptuando la última etapa ha tenido una salud envidiable.

Gerardo Luzuriaga

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