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01/02/2006

Euskaldunak - naparrak - vascos

 No existe una sola forma de ser vasco.!No faltaba más¡

Este es el principio en el que se basan los que dicen que los navarros no podemos ser vascos. Ya que defienden que no existe más que una forma de ser vascos. Por alguna razón extraña se ha generalizado, que no existe más que una sola forma de ser vasco.
Se parte de una primera premisa errónea. No sabemos porque se defiende que para ser vasco es necesario conocer y hablar el euskera. Y está claro que no es así. Pues a ningún alavés, vizcaíno, labortano, guipuzcoano... se le pide tal condición. Por lo tanto digámoslo bien alto, para ser vasco, hoy por hoy, no es preciso hablar euskera. Y existen mil maneras y formas de ser vasco, religioso, ateo, cristiano, musulmán, que le gusta el pescado, que le gusta la carne, falso, trabajador, gordo, delgado, con txapela, con gorro, con bisera, con sombrero, bebedor, astemio...

Existen otras condiciones por lo menos tan importantes como la lengua. Y es el territorio. Si Navarra, ha sido y es la cuna de los vascos, los que hemos nacido, vivimos en Navarra, de facto seremos vascos. No es preciso retroceder mucho en los tiempos para ver que así lo han entendido nuestros abuelos, que de política ni sabían, ni tampoco les importaba un pimiento... También la historia reciente es clara en este tema, hasta las derechas más obstinadas han defendido con vehemencia que Navarra es, ha sido y será la cuna de los vascos. Y todavía hoy, conozco a muchos que lo siguen diciendo. Lo defendían y lo defienden en Pamplona, en Estella y también en Madrid, en la Corte allá donde fuese necesario.

 
  
No existe una sola forma de ser vasco. ¡Sólo faltaba eso!
Por tanto, tan vasco puede ser el Navarro de Etxarri Aranaz, como el Navarro de Ubago. Ya que existen muchas formas de ser y considerarse vasco. Ya que existen grandes diferencias entre los vascos. Cómo existen grandes diferencias entre los franceses. Y cómo no también entre los españoles. ¿Pues no existen diferencias entre un andaluz de Chiclana de la Frontera, y un cántabro de Torrelavega? y a pesar de las grandes diferencias los dos son españoles, y ay!, que nadie les diga lo contrario, sobre todo a alguno que conozco de Torrelavega.
 
Llegados a este punto, digo yo. ¿Y por qué razón se va extendiendo como la pólvora que para ser vasco, un navarro tiene que conocer el euskera?  Intereses los hay. Y muchos. Es verdad, que si la recuperación del euskera se hacer realidad, será dificil entender que los vascos no conozcamos nuestro idioma. ¡ero eso es harina de otro costal¡ Y para que eso ocurra, tienen que pasar muchas décadas, hasta siglos diría yo. 
 

Navarra ha sido el único territorio vasco que ha funcionado como pueblo organizado –quiero decir país, nación- con una organización política, económica y legal. Y bien orgullosos que estamos de ello.

 

Todavía me acuerdo de las largas conversaciones, la más de las veces con un vaso de tinto en la mano, con un amigo del pueblo que ya nos dejó.

¿Ebaristo, y si un navarro no se considera vasco?

Me preguntaba sonriendo.  

Está en todo su derecho, le respondía yo.

Lo raro es que, en estos tiempos que nos ha tocado vivir, un navarro se considere vasco, le respondía, mientras aprovechaba el momento para comentarle que las épocas en la historia son cambiantes, que no siempre las cosas han sido como son en este momento. Que lo que en un momento se percibe como lo normal, y lo asume la mayoría como cierto, en otros momentos es todo lo contrario. Y que los navarros de una generación o dos generaciones anteriores a la nuestra tenían unos sentimientos completamente distintos a los nuestros, y que hasta las derechas más obstinadas se consideraban vascas.
 
Tengo que decir que no tenía mucho éxito, con el citado amigo, ya que tampoco me hacía mucho caso a mis razonamientos. Pero cuando le comentaba, que conocía a muchos vizcaínos que tampoco se consideraban vascos, ya le entraba alguna que otra duda.

Y así es, cada uno estamos en nuestro derecho de sentirnos lo que nos venga en gana.

Pero está claro que todos. 

La razón no tiene dueño. y es como la fortuna que va cambiando de amos, según la época. 

  

Ebaristo Etxeberria Lakalle

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