24/11/2009
el euskera en el valle de La Berrueza (4)
Fue precisamente la Berrueza una de las zonas más leales y beligerantes en la defensa de Navarra. Entre sus fortificaciones destacaban los palacios de Acedo y Mirafuentes, al igual que la fortificación de Cábrega, una de las plazas fuertes del Mariscal Pedro de Navarra. Los habitantes del valle lucharon sin tregua por la independencia y la identidad propia. Durante el año de 1512 y los sucesivos se libraron cruentas batallas, en las que los labradores de estos pueblos pusieron sus propiedades y su fuerza al lado de las tropas de Pedro de Navarra. Se trató de una guerra cruenta y desigual, un ejército de unos 16.000 soldados contra un ejército de labradores mal pertrechados. Hasta hace unos pocos años los historiadores del franquismo han proclamado, que fuimos los navarros los que aceptamos gustosos el cambio de gobierno, la pérdida de los fueros, la destitución de los gobernantes, el destronamiento de los reyes y lo que es peor la pérdida de las propiedades, de la cultura vasca y en muchos casos de la libertad, ya que muchos de nuestros antecesores murieron en combate, otros tuvieron que huir, otros fueron encarcelados y la mayoría sufrieron el castigo de los derrotados.
La invasión y la consiguiente derrota trajo consigo una serie de desgracias para nuestros antepasados, en principio ocasionó el encarcelamiento y la prisión del Mariscal Pedro de Navarra, jefe de las tropas navarras, y máxima autoridad por debajo del rey. Fue sometido a tortura con la intención de que renunciase a los derechos del pueblo navarro. Se le llegó a ofrecer su libertad a cambio de que renunciase a la libertad y soberanía del estado navarro. La única forma que encontraron sus enemigos de doblegar sus principios fue dándole muerte, fue vilmente envenenado en la prisión del Castillo de Simancas de Valladolid, a consecuencia de la convicción que demostró en sus principios. Los vencedores ordenaron desmochar los palacios y castillos que hubiese en el valle, así como todas las casas que pudiesen servir de fortaleza; igualmente los pobladores de estos valles se vieron sometidos a la presión y las persecuciones del ejército vencedor; pero nada que ver con la imposición social y especialmente cultural que se llevó a cabo en los siguientes años y siglos. Las crónicas y la historia de los acontecimientos ocurridos la realizan los vencedores, transmitiéndonos su visión parcial e interesada de los acontecimientos.
Es evidente que se dio un cambio traumático en un corto espacio de tiempo, momento en el que la lengua castellana adquiere el prestigio social y el rango de oficialidad que la hizo predominante en la administración. Es fácil que esta zona del valle de la Berrueza estuviese bajo la influencia de Urantzia (Los Arcos), villa que perteneció a Castilla, y que ya había perdido el euskera en los siglos anteriores; no en vano Mués, el pueblo más al sur del valle, se encuentra a escasos cuatro kilómetros de Los Arcos; pero igualmente es preciso destacar que estos pueblos tuvieron relación directa con la zona vascófona, en primer lugar con Lizarra (Estella). Estella ha sido durante siglos el centro de la merindad. Gran parte de las transacciones se realizaban en el mercado de Estella. Ciudad que todavía en el siglo XVII un tercio de la población era monolingüe euskaldun, y el resto era bilingüe, por lo que la lengua de comunicación entre los labradores que llegaban de los pueblos y los tenderos estelleses siguió siendo en euskera.
(Gerardo Luzuriaga)
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