01/05/2010
Un día tras otro...
Comenzó ya hace muchos años. No es fácil decir cuándo fue el comienzo; pero si que hace bastante tiempo que comenzaron los primeros síntomas. Tal vez hará ya unos quince-veinte años. Allá por 1990. Al principio fue gracioso. No consistía más qué en el olvido de vez en cuando de alguna cosa. Ir de un lugar hacia otro y no saber a qué había acudido. Repetir alguna que otra pregunta, o comentario. Nada que llamase la atención, ni que fuese preocupante.
Fue pasando el tiempo, año tras año la memoria se fue deteriorando, pero sin ser todavia inquietante, los más cercanos, los que convivían todos los días con ella comenzaron a ver ciertas lagunas. Comenzó a olvidar echar sal a las comidas, o echaba dos veces. Algunas comidas comenzaron a quemársele. Nada fuera de lo corriente en una persona de edad.
Pasaron unos años más, y ya todos los que convivían con ella se dieron cuenta de los problemas, tanto de la memoria como a la hora de emplear el lenguaje. La memoria parece que estaba bastante intacta para lo que había ocurrido años atrás, sin embargo para la memoria reciente comenzó a ser nula. Esto sería allá por el año 2000.
Comenzó a usar frases con sentido, pero fuera de contexto, mirando por la ventana comenzaba a repetir frases como esta "mira como suben los hombres del campo por el camino del prado"... Sin embargo por el camino nadie subía. O ven niña, ven... sin que a su alrededor hubiese niño alguno. Para repetir una y otra vez las mismas frases. Estas frases fuera de contexto fueron en aumento, y las repetía una y otra vez. Para entonces ya realizaba la misma pregunta una y otra vez. Cada minuto del día estaba preguntando las mismas cosas.
Llegó el momento en que comenzó a andar sin saber por donde iba, salía de casa y tomaba el primer camino que encontraba... Ya no conoce a nadie de la familia. De aspecto físico está perfectamente, tiene movilidad y buena salud, los de fuera de casa justo se dan cuenta de su enfermedad. Cuando está en grupo permanece callada, y abstraida en sus pensamientos. Si se dirigen a ella ni se entera.
Pasó el tiempo y las frases cada vez se fueron haciendo más incongruentes. Aunque todavía empleaba frases con sentido, casi siempre las mismas, las cuales repetía una y otra vez. "Hala, vamos para casa. Hala, vamos para casa que ya habrán llegado todos... Hay que bonita la nena..." Pasó esta etapa y llegó la etapa del canturreo, se pasaba horas y horas canturreando varias tonadillas, siempre también las mismas. No para quieta, todo el día de un lado para otro de la casa. O en la cocina de un lado para otro, canturreando, y tocando absolutamente todos los objetos, los de la fregadera, los pucheros de la cocina eléctrica o de leña, los que se encontraban encima del armario...
Han pasado algunos años, y el canturreo ya es esporádico. Las palabras con sentido ya son excepción. Y han dado paso a frases sin sentido alguno "calicalicaiga, batibatibatira, hara batibatibatira" "si vuelbaridaddidadida, adidadidadiba" "patipatipatipam patipatipam"; mezcladas de ven en cuando con trozos de un cierto sentido " hala vamos, hala vamos". "Corre, vamos" "Que maja, si" "Que si, verdad si" "Hay que bonita la nena" "tonta más que tonta" "Y están majicos, verdad, si bien majas", a la vez que golpea las manos, como una especie de aplauso. Sin embargo, los sonidos más repetidos son algo como esto: "pitapitapi, pitapitapi, titabidapitabi".
Hasta hace unos meses, ya estamos en el año 2010, aunque con dificultad, ya que según que tipo de comida se le caía algo, comía sola. Aunque había que ponerle la cuchara una y otra vez en la mano. Eso también hoy día es historia. Hay que darle las comidas a la boca. Aunque según que tipo de comida, por ejemplo el tazón de café con leche con sopas, aunque es preciso darle a la boca cucharada a cucharada acompaña su mano a la boca, a la vez que la abre. Igualmente normalmente come sola los plátanos y algún tipo de fruta. La movilidad también se ha visto mermada, pasa la mayor parte del día dormitada, sentada en un sillón; pero cuando se levanta camina poco a poco, con el peligro constante de tropezarse con algo y perder el equilibrio.
Gerardo Luzuriaga
11:06 | Permalink | Comentarios (2)
Comentarios
Animo Gerardo, he leído el texto sobre tu madre y creo que ha quedado perfectamente entendible para cualquier persona. Quisiera desearos lo mejor para toda tu familia y en especial para tu madre, a la cual, le tengo un cariño especial ya que siempre, y en vida de tu padre, se han portado excelentemente y siempre he sido bien recibido en vuestra casa. Un abrazo, Jose María Zudaire.
Anotado por: JOSE MARI ZUDAIRE | 04/05/2010
Kaixo José Mari. Eskerrik asko. Saludos y hasta pronto
Anotado por: Gerardo | 11/05/2010
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