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14/07/2010

Como dos gotas de agua

Casualidades de la vida. Cirila Santxez Etxeberria y Luisa Vicente Ganuza coincidieron de mozas, o casi mejor dicho de mocetillas en El Busto, las dos estuvieron trabajando de sirvientas en la misma casa, y tras el paso de los años las dos viven en el mismo pueblo, en Nazar, casa con casa.


Han llevado vidas bastante paralelas,


Luisa nació en Muniaín de la Solana, se casó en Asarta con Eugenio Piérola, hace ya muchos años. Cirila nació en Azuelo y se casó en Nazar con José Luzuriaga (el Carbonero = ikazkina). Tanto Eugenio, como José eran 13 años más viejas que ellos. Hoy día las dos son viudas y pasan los ratos charlando de sus años jóvenes y los acontecimientos de la vida.

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Este es el texto que escribí hace cinco años, uno de los primeros mensajes que mandé a este blog. Han pasado los años y las dos mujeres siguen una al lado de la otra. Veámos lo que escribí no hace muchos días en lengua vasca en otro mensaje. Aunque está claro que es bastante semejante a lo escrito en 2005 lo trataré de traducir.

Hace muchos, muchos años Cirila nació en un pequeño pueblo de Navarra, en Azuelo. En otro pequeño pueblo de Navarra, en Muniáin de la Solana, nació Luisa. Cuando no contaban con más de 12 años, coincidieron de siervientas en casa de Ripa en el pueblo navarro de El Busto, limpiando la casa y cuidando los niños de los señores. Allí permanecieron durante algunos años, al cabo de los cuales cada una volvió a su pueblo. Pasados unos años tanto Cirila como Luisa se casan con sendos mozos 13 años más viejos que ellas. Cirila se casó con José el Carbonero en Nazar y Luisa con Eugenio en el pueblo contiguo, a menos de dos Kilométros de distancia en Asarta. 

Durante estos años aunque no se veían en exceso, siempre tuvieron contacto, pues no en vano en estos años, los habitantes de este valle mantenían contacto aunque no fuese más que en la Estellesa cuando los jueves acudían al mercado.  Pasados unos 60 años del primer encuentro en El Busto, hace unos 12 años se encontraron de nuevo viviendo la una al lado de la otra. Ya qie Luisa vino a vivir a casa de su hija que vivía desde hace unos años en Nazar.

Luisa se quedó viuda. Luego, unos años después le tocó a Cirila. 

 

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Tardes y tardes se han pasado contando aquellas anécdotas de la niñez una y otra vez. UNa sentada al lado de la otra.

Cirila perdió hace ya unos años la cabeza.; pero ahi estaba Luisa para recordar todas aquellas pequeñas anécdotas, que Cirila corroboraba con la cabeza o con alguna que otra frase de vez en cuando. Con el paso de los años estas dos amigas han ido envejeciendo, a la vez que con ellas aquellas historietas que contaban una y otra vez.  Voy a contaros la que más repetía Luisa. Una mañana la señora de la casa mandó a una de ellas que limpiasen los zapatos de un hijo. Bien mandada limpió los zapatos a las mil maravillas, como de costumbre. Les dio lustre, les paso un trapo, y más tarde los cepilló, para dejarlos más relucientes que la patena de la iglesia. !Cuándo no llega la señora, y le dice que todavía están un poco sucios! y le manda a la otra que los repase. La otra, (Luisa o Cirila, que no recuerdo quíen fue la primera o la segunda) cogió los zapatos y los dejó encima de la mesilla de noche, al minuto y medio volvió con los zapatos y se los entregó a la señora. Ahora, si , ahora si que est án bien limpios. Así hay que limpiarlos, decía mientras marchaba hacia la cocina.

Luisa también ha perdido la cabeza. Estas dos amigas de niñas, han vivido, viven y vivirán como dos gotas de agua. Hoy día Cirila está a punto de cumplir 91 años y Luisa 89. Hoy es el día que siguen llevando la misma vida, a menos de 10 metros la una de la otra. Las dos con la cabeza perdida, abstraidas en su mundo...

Gerardo Luzuriaga

Comentarios

Hunkigarria benetan,oso polita

Anotado por: artza | 28/07/2010

Kaixo, artza:

Horrela izan da errealitatea.

Anotado por: Joarkide | 29/07/2010

Los comentarios son cerrados