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31/01/2011

Decepción

Las rencillas entre izquierda es lo que hace a la derecha sentirse segura y superior aunque sean muchísimos menos.

¿Para cuándo la unión de la izquierda? Todavía hay tiempo. Soy optimista por naturaleza y espero que por el bien de todos la obstinación la convirtamos en por lo menos respeto, aunque no sea más que por conveniencia.

Sé de la dificultad y qué conseguir que los cercanos se unan no es sencillo, como nos puede parecer a los que no estamos en primera línea de la política. Es más entiendo, las reticencias, recelos y suspicacias; pero soy de los que pienso que deben ser superadas y así lo espero. De verdad.

¿A qué aspiramos, divididos? Nada menos que hasta en tres bloques. Estamos listos.

¿O acaso hay alguién que quiere negociar con la derecha? ¿Alguién aspira a negociar algo  parecido a lo que han hecho UGT y CCOO? No se puede negociar nada cuando nada tienes. ¿Y qué es lo que tiene Aralar?

Aunque este desaguisado lo han montado entre todos y todos deben repartirse las culpas, la responsabilidad no es igual para todos. Aralar y PNV vetan la entrada al resto de la izquierda abertzale. Ejercen el veto, y aunque tengan sus razones, sería bueno que las diesen.

Me temo que no existen argumentos (alguno han tratado de dármelas en algún que otro blog; pero creo que son argumentos del pasado, y no me han convencido).

Comparo este caso con el de la disputa entre una hija o hijo con los padres. El niño o la niña quiere volver a las 11 de la noche de una fiesta, los padres dicen que no y  comienzan argumentando la negativa: es de noche, está oscuro ciego, no hay nadie por la calle, últimamente las agresiones han aumentado, bla, bla, bla ... Ningún razonamiento convence al niño o la niña. Y sigue la disputa. El niño o la niña dale que te pego, pidiendo razones. Por fin los padres enfadados y salidos de sí, gritan y la única respuesta que tienen es que tiene que volver antes porque a ellos les da la gana... La verdadera razón, sin embargo, se ha quedado en la alcoba de los padres y no es otra que no les gusta la compañia con la que iba a ir su hijo o hija.  Todo se hubiese acabado si a su hijo o hija le hubiesen dicho desde el principio claramente la verdad y que no es otra más que que no les gusta que saliese a esas horas con tal amigo o amiga, el hijo o hija de  fulano de tal.. ya que nos marcaría a toda la familia para siempre. Y seríamos mal considerados en el barrio, y bla, bla y bla... Seguro que la hija o el hijo tampoco lo hubiesen entendido, pero por lo menos sabrían porque no le dejan sus padres volver a las 11 de la noche.

TODO ACLARADO

G. L.

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