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01/03/2012

Columpiándonos en las redes sociales

Alguien está conmigo que lla televisión, las redes sociales nos secuestran el tiempo libre. Nos hemos parado a pensar los beneficios que sacan las grandes empresas en organizarnos nuestro ocio. Y todo ello en aras del progreso, la modernidad, la ciencia, la técnica y la tecnología.

Todos los adelantos tienen algo bueno. Es preciso usarlos y no quedarse atrás. No sea que alguno todavía piense que trasladarse en burro es más rentable que en coche. No os preocupéis por ello que las cualidades, ventajas y pormenores de los adelantos bien que se encargan las empresas, la televisión de pregonarlos a los cuatro vientos. Pero nunca oiremos las contrapartidas.

Hoy en día, por ejemplo nos dicen que con un móvil se puede hacer de todo, hasta hablar por teléfono. Se puede ordenar que se suban las persianas de casa, cerrar las puertas, que se enciendan las calefacciones… ¿Y qué? Será una ventaja, no lo discuto, pero yo no veo que sea el no va más…

Este tipo de costumbres nos vuelve día a día un poco más robots, y en vez de disfrutar de las cosas sencillas, de lo que nos rodea, de lo que siempre hemos tenido al lado, vamos cambiando las costumbres para poco a poco integrarnos en la cultura de lo superfluo. ¿No es más agradable un paseo por los caminos, rodeados de árboles, de maleza y bojes, mientras contemplamos el volar de los aguiluchos, azores, o hasta de los cuervos y las choas, o el oir el canto de los pájaros ya revoloteando a las puertas de la primavera, o hasta perder el tiempo viendo el sendero de humo que ha dejado un avión en el azul claro del cielo? Especialmente en este valle de BERROTZA donde mires hacia donde mires tienes la posibilidad de contemplar un paisaje inigualable. Santa Coloma de Mendaza, San Gregorio de Sorlada, el monte de encinas de Cábrega, las crestas de la Sierra de Codés, y la inigualable sierra de Nazar, con su pico de Kostalera, y las cimas de alrededor. ¿O es que tal vez sea más rentable o beneficioso pasarse las horas delante de una maquinita de 7 x 5 cm, en la que te dejas los ojos, con la única recompensa de talvez haber superado el record anterior de no sé que jueguecito?

¿Quién puede comparar unas horas del atardecer, del anochecer, o de la noche ciega delante del fuego bajo con cualquier soporífero programa televisivo, en el que no aparecen más que cuatro energúmenos discutiendo, gritando sobre temas insulsos, y que nunca deberían atravesar el dintel de la puerta de sus casas?

Cómo creo que ya dije en otro momento en la medida está la virtud, pero también ahora mucho me temo que la medida hace décadas que ya la hemos sobrepasado.


Gerardo Luzuriaga Sánchez

Comentarios

Pero qué bien escribes. Hasta de lo casi imposible lo haces medio creible. Y en muchas cosas cuánta razón tienes, Gerar.

Anotado por: Anónimo | 01/03/2012

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