Berrotza / Berrueza

TODOS LOS POLITICOS SON IGUALES. Orgullosos, vanidosos y CORRRUPTOS. Esta afirmación la he oído cientos de veces, especialmente en conversaciones de taberna, en más de una ocasión he estado a punto de entrar al trapo; pero al final siempre me he contenido (cosa del todo inusual en mí, pues me encantan las conversaciones y más de taberna); pero el caso es que me he reprimido y me he callado o he hecho como que no lo he oído o lo más frecuente me he reído con cara de tonto.

Son tantos y de ideologías tan variadas los que piensan que todos los políticos son iguales, y que el único interés por el que están en la política es el poder y el dinero que no sé si merece la pena enfrascarse en intentar demostrar lo contrario (aunque en este caso lo voy a hacer a sabiendas de que no voy a convencer a nadie). Pues en realidad algo habrá cuando el pueblo, las personas de a pie así lo piensan.

Pero me vais a permitir que os recuerde esta frase que para mí es vital: “si no estáis prevenidos ante los medios de comunicación os harán amar al opresor y odiar al oprimido” (Malcolm X.)

La última vez que oí que todos los políticos son iguales, fue en una taberna. La dijo uno del grupo y la corroboraron todos los presentes al unísono y me dio bastante que pensar (pues como bien sabéis me presenté a las Juntas Generales de Alava, y no es difícil que en esta legislatura me toque representar a los alaveses en dicha Cámara). Pues en ese momento estábamos reunidos un grupo diverso, con ideologías distintas, estábamos de todos los colores, pero todos parecieron aprobar lo dicho, unos con las palabras, otros con los gestos. El caso es que existía una unanimidad muy pocas veces conseguida en cualquier otro asunto.

NO, NO TODOS LOS POLÍTICOS SON IGUALES. ¿Acaso todos los curas son iguales? No. Aunque la mayoría si que lo son y siguen unos mismos objetivos, existen curas que son completamente diferentes. Esto creo que es lo que ocurre también con la clase política, que la mayoría son idénticos. Casi todos tienen las mismas ideas, los mismos objetivos, los mismos comportamientos, aunque existe una minoría que piensan, actúan y son completamente diferentes.

El quid de la cuestión es que a esta minoría ni se le tiene en cuenta y no se les considera como políticos y tan solo cuando se habla de la clase política se hace referencia al  arquetipo de político:

1.     Poco acostumbrados a trabajar.

2.     Bien preparados para hablar, con lo que suplen su falta de capacidad para el trabajo. Haz lo que digo pero no lo que hago.

3.     Vestidos con trajes y ropas costosísimas para diferenciarse del pueblo llano y trabajador. Ya solo con la forma de vestir se identifican con la élite, la clase alta y dirigente de la sociedad, directivos de empresas, bancos…

4.     Otra cosa es cuando están en campaña, que entonces pasean por las calles, toman vinos, y visten como los trabajadores.

5.     Se mueven con coches de lujo, oficiales, pagados por todos los contribuyentes. Les gusta que se note quienes son y que tienen poder. Van acompañados del chófer y un séquito de subordinados.

6.     La educación que aparentan la usan para diferenciar los estamentos sociales, para mantener las distancias con el pueblo.

7.     La mayoría de estos políticos los conocemos por la televisión y la prensa, copan las noticias de los telediarios y las primeras páginas de los periódicos.

8.     Se rodean de un halo de inalcanzabilidad para el pueblo en general, que los mantiene aislados, pero a la vez también en un estamento superior al pueblo.

9.    Defienden, aunque no lo digan,  intereses económicos muy ajenos a los nuestros.

10.  Viven en urbanizaciones lujosas.

11.  Pertenecen a la élite de la sociedad.

Podría describir a esa minoría de políticos que no coinciden y que buscan otros intereses completamente diferentes, pero este mensaje se haría excesivamente largo, por lo que dejaré este asunto para otro momento más oportuno.

Me da la impresión, que cuando hablamos de los políticos se piensa en este tipo de político, y el resto, esa minoría a la que yo me refiero no se le considera ni políticos, ya que visten como nosotros, potean como nosotros, y viven en los mismos pueblos y barrios que nosotros.

¿Cuándo afirmamos que todos los políticos son iguales, no será que el defecto también está en nosotros y que nos hemos hecho un modelo de político que debe ser como el que he definido en las líneas anteriores?

¿Cuándo decimos que todos los políticos son iguales, alguien se refieres a esos políticos que no se les diferencia por la ropa que visten, que van con vaqueros, camisetas y camisas normales, que no usan coches oficiales (aunque podrían), que ganan un sueldo como el resto… Y CON ESTO NO ESTOY DICIENDO QUE ESTOS POLÍTICOS SEAN MEJORES O PEORES, simplemente quiero demostrar que no todos tienen las mismas ideas, que no todos defienden las mismas leyes. Es más están en las antípodas unos de los otros…

Estoy convencido que cuando se afirma que todos los políticos son iguales, a estos  políticos de estos partidos minoritarios y marginales no se les tiene  en cuenta. ¿Acaso no veís las diferencias entre Ana Botella, Yolanda Barcina, Maite Ariztegi, Maribi Ugarteburu o Uxue Barkos? Seguro que alguna ni os suena. ¿Quién no ve las diferencias entre Gallardón, Del Burgo, Labordeta o Sabino Cuadra?

Se podrá estar de acuerdo o no con la ideología de la izquierda; pero nadie podrá decir que actuan igual que los de la derecha, que tienen los mismos intereses y los mismos objetivos. Especialmente cuando durante años y años el único “beneficio” que han podido sacar ha sido y sigue siendo la posibilidad de acabar en la cárcel. Ya me diréis que tipo de recompensa económica y social han tenido los políticos de izquierda comprometidos con la situación política vasca.

En este momento que están apareciendo los chanchullos de la CAN, del PP… todos, todos relacionados con los intereses económicos… Tratarán por todos los medios de convencernos que todos los partídos políticos son iguales… PUES no…

Y el hecho de que unos aparecen en los medios de comunicación  por meterse dinero a sus propios bolsillos, o aprovecharse de los puestos para favorecer sus intereses o los de la élite económica del pais (Rajoy, Aznar, Urralburu, Del Burgo…)  y otros aparecen en los medios de comunicación o van la cárcel por ideas políticas (Otegi, Otamendi…) demuestra claramente que no son iguales.

Gerardo Luzuriaga