Berrotza / Berrueza

Otro año más que se ha pasado la fiesta de la REPUBLIKA DE JOAR. Este año, como el resto ha salido mejor que bien. El día nos ha acompañado, un día soleado, tampoco sin excesivo calor. Para andar y luego disfrutar de las cañas frescas ideal.

Como de costumbre hemos subido a Joar cada uno desde nuestros puntos de salida, lugares cercanos y a la vez lejanos, cada día un poco más lejanos, pues el único punto de unión es Joar, la sierra de Codés, por lo que la distancia por carretera entre unos y otros es considerable.

Hacia las 10:30 llegamos a la cima, cada uno a su ritmo. Tras el discurso de comienzo a la fiesta de Jon, el baile del aurresku en la cima ante la atenta mirada de los allí presentes. Jabi espero la fotografía de todos los de Nazar, para ponerla en este lugar.

Nos trasladamos cien metros para almorzar todos juntos, bocadillo de chorizo acompañado de vino o sidra, bajo la atenta mirada de una pareja de ertzainas que parece que coincidió por casualidad.

A continuación, sin prisas reiniciamos la bajada todos juntos hacia Genevilla. Según dicen una bajada preciosa, entre árboles de hayas y encinas... Oscar tuvo un pequeño percance, se tropezó con la perra y rodó por los suelos.

Hacia la una y media llegamos a Genevilla, todo en marcha, allí encontramos a Alfonso, cocinero jefe, justo había empezado a reozar la cebolla, zanahoria, pimiento... allí estaba bajo el sol de rigor, pero a la sombra, dando vueltas al cocinado, acalorado, pero tranquilo... La paella salió  a las mil maravillas.

Llegó la hora de la comida, en plena calle, bonito... Dos mozas al llegar a los postres nos amenizaron con varias canciones, entre ellas unas jotas preciosas...

Sin darnos cuenta llegó la hora de los partidos de pelota... Interesantes... los mismos jugadores que en Aguilar, los vi bastante más centrados. Ganaron los rojos (en teoría navarros, entre otros Jabi ganó la apuesta, es decir que acertó en el resultado).

Llegó la hora del baile, las hermanas Kalonje, amenizaron formidablemente la tarde con canciones vascas, seguidas por una gran cantidad de público que bailaban sin parar.

De nuevo un día inolvidable...

G. L.