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23/07/2014

En sueños

¿Se pueden decir cosas nuevas hablando siempre sobre lo mismo? He aquí la pregunta que os hago hoy, lectores y visitadores de esta página.

 

De todas maneras el objetivo de estos escritos no se queda en lo que puede ser vuestra lectura, los lectores de hoy, si no que también tiene otras miras, sin duda puede venir bien a las siguientes generaciones, para saber cual era nuestro sentir, nuestro vivir cotidiano.

 

Más de una vez he pensado lo que supondría encontrarnos con textos escritos por los habitantes de estos pueblos, contando los aconteceres cotidianos, normales de un día cualquiera hace mil, quinientos, doscientos o cien años.

 

Interesante sería ver como veían nuestros tatarabuelos, bisabuelos la vida. No solo la vida del día a día: cómo el ganarse el pan, qué es lo que tenían que hacer para poder tener una yugada de bueyes, (que no todas las casas las podían tener),  una yugada de bueyes venía valiendo lo que hoy cuesta un tractor… y por qué no también conocer lo que pensaban de los que dominaban el pueblo, alcalde, secretario, juez, médico… y también de otros temas como las guerras.

 

Para contextualizar esto es preciso saber que muy pocos de los habitantes de estos pueblos sabrían leer y escribir. Pero por qué no echarle imaginación y por qué no soñar en encontrar un día unos papeles escritos por algún vecino espabiladillo, que por ejemplo, habría sido mandado a los curas, y que en los momentos antes de consagrarse se arrepintió o fue expulsado por cualquier causa. Hasta no hace mucho, el contar con una tara física, cojura, sordera… era impedimento para consagrarse.

 

Alguien se imagina el tener en sus manos un texto escrito,  de un nazareno o nazarena, por ejemplo del siglo XVI, contándonos la vida del pueblo, las costumbres, los juegos, las intrigas, las riñas entre familias, las fiestas, las comidas… Todo un tesoro. ¿Y ya puestos a soñar, por qué no pensar que también habría recogido el sentir, de la mayoría de los habitantes ante el cambio tan radical debido a la invasión castellana? Un texto donde recogiese todo lo acontecido y los sentimientos de aquellos jóvenes y no tan jóvenes que tuvieron que dejar las casas, las familias, los campos para seguir a sus señores, a los amos de los palacios, y fortalezas, en todos los pueblos había casas fuertes(Acedo, Iguzquiza, Mirafuentes, Cábrega) para luchar contra las tropas invasoras castellanas.

 

Nos estamos refiriendo a un hipotético texto escrito por un ilustrado natural del pueblo, con sus palabras, y con la intención de no publicarlo, sino para dejarlo bien guardado en las paredes del granero o del pajar, al igual que se ha hecho con armas  de guerras anteriores. Sería todo un descubrimiento…

 

Os animo a que os imaginéis cómo describiría la llegada de nuevos señores de los palacios, de las fortalezas, cómo describiría a los nuevos secretarios, las nuevas ordenanzas y normas, cómo describiría el destierro o la huida de familias enteras para salvar la vida, con que realidad nos transmitiría la destrucción de las casas de los antiguos señores, cómo contaría el robo, las amenazas, la tortura y hasta la ejecución de los labradores de estos pueblos.

 

Pues yo me lo imagino. Pero es una pena que no hubiese ningún nazareno o nazarena avispada que le diese por este menester, y si lo hubo lo escondió de tal manera que los manuscritos no han llegado a nuestras manos, nunca es tarde…

 

De todas maneras, lo que sí que nos ha llegado, son las crónicas oficiales realizadas por los escribanos pagados por la corona castellana y también las crónicas de los historiadores influenciados por la fuerza ganadora. Crónicas interesantes, ya que los que las realizaron se sintieron en tal superioridad moral, ética y física que los lectores algo críticos pueden ver entre las líneas el terror y la imposición sobre el pueblo navarro, especialmente sobre el pueblo llano. La Berrueza fue una de las zonas más reprimidas del Reino de Navarra, porque también fue una de las zonas que más resistencia puso a la invasión castellana.

Gerardo Luzuriaga

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