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07/10/2017

Pequeñeces (14)

En verano eran más los veraneantes que los vecinos fijos. Todos los veranos llegaban los hijos de Jesús y Josefa: Mari Carmen, una niña con una melena rubia y larga (como casi todas las chicas de la casa Atxa), con los años bibliotecaria de la Universidad de Deusto, sus hermanos Luis Fernando y Mari Reyes. La memoria o lo que me queda de ella me hace recordar que a las fiestas importantes también se acercaban sus hermanos mayores, algunos de ellos sacerdotes. Tengo sus caras de aquellos tiempos, pero ni por casualidad sus nombres, aunque en más de una ocasión estuve en su casa en Pamplona acompañando alguno de sus primos.

La familia de mis abuelos, como la mayor parte de las familias del pueblo fue numerosa, 6 hermanos lograron llegar a la edad adulta. Victoria y Paula que se casaron en Hernani y Lasarte, seguramente donde se trasladaron a servir desde muy jóvenes. Cesáreo, María y Rufina vivieron en Elorrio. Los tres se casaron en Nazar y tuvieron casa en el pueblo; pero también ellos, como muchas otras familias se vieron obligados a hacer las maletas y marchar a la ciudad en busca de una vida más cómoda. José se quedó para casa, como decimos por aquí y también heredó el apodo de su padre, el carbonero.

Desde tiempos inmemoriales en la casa solamente se quedaba el heredero, algún hermano o hermana soltera y el resto tenía que buscarse la vida lo mejor que pudiese. Las chicas salían pronto a servir, los chicos se quedaban más tiempo, no faltaba trabajo en los campos; pero una vez que un hermano se quedaba para casa, el resto se veían obligados a emigrar. Los seminarios están llenos de curas y monjas de esta zona. En una época anterior los segundones poblaron las tierras castellanas que los árabes dejaban despobladas, desde el siglo XV cuando partieron los primeros navegantes hacia América hasta hoy han sido muchos los nazarenos que decidieron irse para América en busca de nuevas tierras y nuevos negocios, dejando atrás todos los recuerdos del pueblo y de sus familias. Recientemente descendientes de las familias Zudaire y Lander nos han visitado desde Argentina, Graciela Modesta Zudaire, y Ana María Lander han vuelto estos veranos a reconocer el pueblo de sus padres o abuelos, recordando con orgullo y alegría lo que una y mil veces les oyeron contar con tanto entusiasmo a sus antecesores.

Nuestros apellidos son comunes por las Américas: Landa, Atxa, Bujanda, Luzuriaga, Carlos, Ibarrola… y también casi todos los pueblos del valle tienen sus homónimos por aquellas tierras. Muchos fueron los que cambiaron su apellido por el nombre del pueblo: Otiñano, Mirafuentes, Ubago, Mues, Sorlada, Piedramillera, Mendaza, Acedo, Asarta, Nazar son comunes en los países de America del Sur y Central.