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10/06/2010

kardelina - jilguero

kardelina1.jpgUn 5 de junio, dia de bochorno infernal, alrededor de las 12.

Me encuentro delante de un huerto sin cultivar, repleto de zarzas, hierbas, plantas y flores de todos los tipos.

En un rincón son los cardos de casi dos metros los que sobresalen sobre el resto de las plantas, entre ellos resaltan los que todavía están en flor, especies de  alcachofas de filamentos morados muy atractivos visualmente. Entre ellos se ven algunos cardos ya maduros de color blanco a punto de dejar libres "los abuelos" que inundarán el pueblo los días secos que corra un poco de aire, yendo de un lugar hacia otro dejando las semillas en los lugares apropiados para que el año que viene crezcan de nuevo.

De cuando en cuando, cada cinco, diez minutos aparecen cinco, siete y hasta diez cardelinas que se posan suavemente encima de las flores y picoteando tratan de librar las semillas con que alimentarse.

Hacía años que no me fijaba en estos pequeños y encantadores pajarillos de colores vistosos y llamativos. Pico blanco, cocorota negra, alrededor de los ojos y en la papada es el rojo chillón el que predomina sobre el resto de colores, pecho y parte de la cara blanco, espalda marrón y cola y extremo delas alas negro, las alas son de color amarillo vivo, lo cual especialmente en el vuelo lo hace uno de los pájaros más vistosos del verano.

Un bonito domingo de junio, justo el que los nazarenos llevan la Virgen de Loreto de la ermita a la iglesia. En este caso sin cura, pero verdaramente emotivo, unas 18 nazarenas y nazarenos acompañaban a la imagen, cuatro llevaban la imagen, una el estandarte de la Virgen de Loreto y el resto cantaba las canciones de toda la vida. Los niños iban por delante cosa bastante inusual.

Ebaristo Etxeberria Lakalle

 

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