27/01/2012
Gregoria Villar
Con vuestro permiso y también con el permiso de todos los protagonistas que aparecerán en estas líneas voy a hacer un escueto recorrido por Nazar, recordando a los que nos han dejado y un día vivieron con nosotros. A muchos a la mayoría justo los recuerdo, son como nebulosas que aparecen en la mente, pero si que recuerdo muy bien alguna anécdota, aunque justo tenga sus rostros en la mente. No es el objetivo de estas páginas hacer una biografía de las personas, justo daré tres pinceladas de cada uno, especialmente de aquellos que conocí de niño, y ellos ya de edad avanzada, con lo que recuerdo de ellos solamente son sus últimos años, mujeres vestidas de negro y hombres de paso lento y con bastón. Sin duda, las fotografías que Angel Mari sacó en sus primeros años cuando volvió de América nos hace esta descripción mucho más fácil y también mucho más real. De todas maneras todavía hay varias personas de las que recuerdo que vivieron con nosotros, pero que no tengo fotografía alguna de ellos. Verdaderamente es una pena, no contar con retrato alguno de estas personas, que fueron tan importante en el acontecer diario del Nazar de aquellos tiempos. También quiero resaltar que van a ser comentarios personales, propios míos y que tal vez no tengan nada que ver con la realidad. Ya que ya se sabe que cada uno vemos la realidad de una manera diferente, por lo que lo que voy a contar en este apartado es lo que yo he percibido y sentido. Aunque, repito tal vez no tenga mucho que ver con la realidad. Muchas de las veces son recuerdos de cuando tenía alrededor de cinco años. Intentaré no molestar a nadie…
GREGORIA Villar. Para nosotros la señora Gregoria, en pasando de una edad, todas eran señoras, la señora Empera, la señora Mere, la señora Leona, la señora Patro… Vino de fuera, tal vez de Guirguillano, concretamente no lo sé, pero si que sé que era de la zona de Estella hacia Pamplona. De joven se quedó viuda, con una gran recua de hijos e hijas… La recordamos como una mujer agradable, menuda, siempre vestida de negro, la recuerdo enseñando a andar a Bego, y Jabi, paseando por delante del frontón y también y especialmente sentada en una silla baja en la cocina. Mujer de una gran actividad, a pesar de su edad nunca nos reprendió, no recuerdo que en ningún momento nos dijese nada a los niños que siempre andábamos correteando por los alrededores de su casa, ni tampoco a sus nietos…
Gerardo luzuriaga
20:39 | Permalink | Comentarios (1)
Comentarios
muy bueno gerardo!!!
Gregoria vino en concreto de Amillano!
saludos
Anotado por: nazar | 29/01/2012
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