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09/02/2012

Serafín - Josefina

 

Serafin Atxa. Según creo  debió de casarse bastante mayor, con Josefina de Andosilla. Vivió en una casa grande, con muchos corrales y pajares. Era el que más tierra poseía en Nazar, y aparte de aquí también tenía terrenos en otros pueblos de Navarra. También su mujer tenía fincas en Andosilla. En Nazar cultivaba la finca de la Villa, ubicada entre los caminos de Mirafuentes y Otiñano. No tuvieron hijos, aunque si varios sobrinos y sobrinas que frecuentaban bastante el pueblo, aunque yo no me acuerdo el nombre de ningún, lo que quiere decir que serían más mayores que yo.  

 

Las cuadrillas de mocetes más viejos que nosotros, la del Aurelio, Juan Antonio, Toñin, y en especial las anteriores la del Ricardo, Manolo... no le dieron tregua, no tenían mayor gusto que meterse con él. Le robaban las manzanas, las peras del huerto del Chorrón, andaban en el pajuguero, levantaban las tejas del gallinero en busca de nidos... el Serafín les perseguía... los chavales  entraban en el juego y lo tomaban como la diversión principal. Sin embargo le tenían bastante miedo y respeto. Y en más de una ocasión dio algún buen escarmiento a alguno de los que pilló. En una ocasión cuando les perseguía por las piezas con el perro y la yegua. Uno del grupo, creó que fue un hijo del Aderito, el que cogió una piedra y cuando se acercaba la tiró, con tal suerte que le pegó en el morro a la yegua, con lo que la yegua levantó las patas de atrás y el Serafín cayó tendido al suelo, mientras los chavales huían.

 

Aunque con los chavales de nuestra generación no tuvo tantos problemas, yo por lo menos le tuve miedo, y cierto respeto. Aunque no tuvimos problema alguno con él; es más varias tardes me mandaba con la carretilla a por un fardo de paja a la pieza, el cual pesaba bastante más que yo, y me las veía y deseaba para subirlo a la carretilla; pero solo con lo que nos contaban los mayores fue suficiente para que siempre le mirásemos como a una persona huraña. Recuerdo al Serafín como un hombre grande y gordo. Serio y como si estuviese enfadado. Tuvo fama de roñoso y ruín. Repetía una y otra vez cojotes, cojotes... De su muerte casi ni me enteré, un invierno cuando vine del colegio, me dijeron que había estado enfermo y que había muerto.

 

También tengo oído que un hermano de Serafín murió de rabia.

 

La Josefina, que no recuerdo como se apellidaba, (aunque no tengo más que pasarme un día por el camposanto y fijarme un poco en las fechas y en los apellidos, cosa que no creo que lo haga, pues no soy muy amigo de las fechas) sin embargo, era una mujer habladora y me parecía agradable, aunque no tuve gran relación con ella. Bego sabrá bastantes más cosas de ella, ya que muchas noches le acompañó y dormía en su casa. Vivió unos cuantos años más que él.

G. L.

 

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