27/03/2012
El Dios de Nazar
En Nazar como bien saben los mayores del valle existieron durante varias décadas dos dioses, el Dios de Nazar, el Ceferino, el Ferín para los nazarenos, y el Dios de la Iglesia. En este blog, en las entradas antiguas podéis encontrar las anécdotas e historias de este hombre peculiar. Un señor alto, y de fuerza y cabezonería especial. La Valeriana, su mujer sin embargo, era pequeña, había nacido en Ganuza, y murió en París. Los últimos años de su vida los vivió en la capital francesa con la Rosa Mari. A caballo entre el pueblo y Vitoria hace la vida Juanito, el hijo del Ferín y la Valeriana. Como Valeriana la mayoría de las mujeres eran de otros pueblos, y venían a casarse con el mayorazgo. En la mayor parte de los casos, por lo menos los primeros años no tuvieron que ser fácil para estas mujeres venidas de otros pueblos, de otros ambientes, aunque con los años se amoldaron a las costumbres de cada casa y al pueblo a las mil maravillas.
Junto a lo que fue la secretaria, escuela y cárcel del pueblo había una casa, donde vivía la Antonina, con el José, y la Helena, hasta que un día cuando Tere tendría unos siete años y María Jesús alguno menos se fueron para Sestao. Me acuerdo de la Antonina, a mi me parecía una mujer mayorcísima y pequeña; pero a saber cuántos años tenía cuando cogieron todas sus pertenencias y decidieron cambiar de ambiente. Para nosotros, los pocos niños y niñas que íbamos a la escuela su la marcha de esta familia fue todo un acontecimiento y lo tomamos con gran tristeza, aunque en todas las vacaciones, incluidas las Navidades acudían al pueblo, con lo que seguimos teniendo un gran contacto con Tere y María Jesús.
La siguiente casa era la del cura. Nunca vi viviendo ningún cura en esa casa; pero sí que estuvo habitada, pues ahí nació Montse, una chica que con los años coincidí y hasta salí una temporada con ella. Era la sobrina del cura, se fueron a vivir a Pamplona, y luego a Mallorca.
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