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04/04/2012

Marcelino y Nieves

Marcelino Ortigosa y Nieves, vivieron en la casa  que está al lado de Loreto, junto a la casa que un día fue del Máximo Lacalle, donde nacieron, José, Félix y Maria Jesús.  Marcelino y Nieves que creo que era de Mues, y tenía familia en Acedo, no tuvieron hijos.

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De Marcelino, entre muchas otras cosas recuerdo su silbido, mientras paseaba por las eras. Siempre estaba chiflando. Era un hombre alegre y que le gustaba la caza, la taberna y también la conversación. Muchas eran las horas en que se pasaban los mayores en el alto y en la era del Cristo, mirando a los campos. Nieves fue una mujer alta, y cariñosa. Los últimos años los vivió en una residencia de Los Arcos.

En Nazar hubo un cantero, el Félix. Padre del Manolo y la Maribel. Nací junto a su casa, y volví de nuevo cuando tenía unos veinticuatro años, por lo que recuerdo a las mil maravillas al Félix con el cigarro en la boca, andando tranquilamente por la calle, y especialmente tumbado en  la siesta bajo el nogal de la Pinta. Con el tiempo los canteros pasaron a llamarse albañiles, y también al Félix se le conoció así. Iba de pueblo en pueblo arreglando las casas.

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En Nazar también hubo un carbonero. Hasta no hace muchos pocos sabían cómo se llamaba y cómo se apellidaba. Todos lo conocían como el carbonero. De joven, y no tan joven se dedicó a esta labor. Estuvo por los montes de Navarra, las Amescoas, el valle de Lana y también en los montes de los alrededores. Según dicen tenía una fuerza especial. Se sentía muy orgulloso de haber llevado al hombro más kilos que el resto de las cuadrillas. Eran otros tiempos, donde se vanagloriaban de la fuerza física. José Luzuriaga, que así se llamaba cuando se acabó el carbón, se dedicó a la agricultura y también al pastoreo, durante años fue el pastor del pueblo, de vacas, de cabras y de ovejas. Cómo muchos del pueblo tuvo una gran afición a la caza. Los domingos, cogía la escopeta y los perros y marchaba hasta las tres o más al monte.

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