Berrotza / Berrueza

Un día sí y otro también sale en la prensa las pérdidas que nos está ocasionando el famoso circuito de Los Arcos. Muchos fuimos los críticos, los que nos opusimos a esta obra faraónica, y que nada tiene que ver con las costumbres navarras.

Mucho es lo que se puede decir de la mala gestión de esta derecha que nos ha tocado sufrir. ¡Qué fácil se gasta el dinero de todos! ¡Qué fácil se construyen obras, dándoselas a las empresas amigas! ¡Qué fácil se reparten los beneficios entre cuatro!

Se nos vendió el circuito como una obra importantísima para la zona, como si fuese una mina de oro, que iba a favorecer económicamente e iba a ser la solución de los pueblos de alrededor. !Qué fácil se convence al ciudadano! Vienen ingenieros, políticos, asesores de la ciudad, todos bien vestidos, con buenos trajes y corbata. Al pueblo no le queda más que asentir. Por lo menos ahora ha sido un circuito, que desde mi punto de vista, no trae nada bueno. Ruido que se oye desde 15 kilómetros de distancia. Contaminación que se queda alrededor de las pocas montañas que nos quedan.

En definitiva, trabajo poco, e inconvenientes muchos. Pero por lo menos no son vertederos, incineradoras, centrales nucleares, que con la poca crítica social y política que tenemos los habitantes de estas zonas, si nos las traen la derecha bien vestida, bien hablada y bien preparada nos la dejamos colar a la primera.

Bueno el caso es que este circuito es una ruina, nos cuesta alrededor de 5 millones de euros al año de pérdidas, que las tenemos que pagar entre todos los navarros. Y lo peor es que no tiene pinta de que esta situación cambie en años y años. Mientras que los mismos que nos vendieron, nos propusieron estos proyectos ruinosos y faraónicos nos impones bajada en los sueldos, nos mandan a la calle, imponen grandes y graves recortes en Sanidad, en cultura y en educación.

En esto también me hubiese gustado haberme equivocado, y que el circuito fuese una fuente de ingresos para todos los pueblos de alrededor, a pesar de que tuviesemos que soportar algún mal humo, algún ruido, más tráfico del habitual y otras muchas cosas que me callo. Pero por desgracia aparte de todo esto nos han metido en un agujero que se nos lleva millones que podríamos gastar en bienestar social para todos y especialmente para los más necesitados.

Gerardo Luzuriaga