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05/10/2012

CAMBIOS EN LA NAVARRA DEL SUR Y MEDIA

 

Los anteriores 11 mensajes sobre los cambios en Nafarroa han dado para escribir este artículo, que lo he enviado a la prensa (Diario de Noticias) con el fin de que sea publicado. Aunque hayáis leído los anteriores os invito a que invertáis unos minutos en leer esto de nuevo. Está un poco más cuidado, aunque las ideas son las mismas. 

Navarra como una y otra vez  nos lo recuerdan  los medios de comunicación conservadores es una comunidad plural, diversa, y  mixta. ¿Hoy en día qué sociedad no es plural? ¿Acaso la sociedad francesa, la sociedad holandesa no es plural? ¿La sociedad riojana, soriana, alavesa, vizcaína no es plural? ¿Entonces, a qué viene ese empeño en resaltar la pluralidad Navarra, si no es con la intención de transmitir la imposibilidad de que una comunidad plural como la navarra se pueda considerar vasca?

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 La pluralidad de Navarra es notoria, y no descubro  nada nuevo al señalar la diferencia cultural y también ideológica que existe entra el norte y el sur de Navarra. Diferencia que no ha surgido hace unos años, si no que estas disimilitudes tienen su origen  hace ya siglos, aunque en estos últimos años es cuando se aprecia una mayor politización, en aras de la españolización de la ribera y de la zona media.  Pero a pesar de lo que muchos navarros de hoy día puedan pensar, es preciso señalar que hubo una época en que no existieron las diferencias que existen hoy día entre las diversas zonas navarras. Tampoco el clima y la vegetación eran tan diferentes,  las Bárdenas estaban cubiertas de arbolado. En la ribera  el euskera era la lengua habitual de sus habitantes.

 Si nos retrotraemos unos siglos  nos encontraríamos con una Navarra muy diferente a la actual. Lógico, la evolución, el desarrollo y hasta el cambio es natural, son cualidades inherentes a los territorios, costumbres, idiomas, y a las personas… También Navarra ha cambiado. Navarra ha ido evolucionando como el resto de territorios, sabemos que una época constituyó un estado independiente. Durante la invasión castellana (1512)  unas de las ciudades más comprometidas, y que más guerreros aportaron, con lo que también fueron las que más sufrieron  la venganza fueron las ciudades de Tudela, Olite y Estella. Poblaciones ubicadas en el sur y zona media navarra. Igualmente las fortalezas de la zona media de Aguilar de Codés, Cábrega, Monjardín, Amescoa… fueron baluartes contra la invasión castellana por lo que se vieron fuertemente atacados. El Cardenal Cisneros ordenó la destrucción de la mayoría de las fortalezas navarras, entre ellas las anteriormente citadas.

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Las diferencias entre el sur, el centro, el norte se hicieron más patentes desde este fatídico 1512. A raíz de esta guerra Navarra se divide en dos partes, separadas por los Pirineos. La parte norte, ubicada en la parte francesa actual,  siguió siendo Navarra hasta 1620 en que fue anexionada por los franceses. Hasta ese mismo año fueron innumerables los intentos por recuperar la Navarra peninsular por parte de los Reyes Navarros, pero la superioridad armamentística castellana hizo inútiles todos los esfuerzos e iniciativas en pro de la unión. Igualmente en la Navarra que quedó bajo el dominio castellano las diferencias entre el norte y el sur se van haciendo más patentes a partir de esta fecha de 1512.

 

De una manera u otra desde ese momento los navarros venimos reivindicado nuestro derecho a decidir. No se puede vivir del pasado, pero tampoco se puede olvidar que Navarra ha sido un estado con Cortes, Judicatura, Administración y moneda propia. Navarra ha sido un estado antes de que España existiese, circunstancia que debe favorecer a que Navarra consiga (si es que los navarros lo queremos) de nuevo un estado independiente.

 

1841 con la Ley Paccionada se da un nuevo recorte a los Fueros. Las aduanas se trasladan a los Pirineos. Los carlistas defensores del euskera, de los fueros, de las aduanas en el Ebro son derrotados por los liberales, partidarios de una España unitaria. Las  guerras carlistas y especialmente la guerra civil española dividirán aún más la sociedad navarra y harán más evidentes las diferencias entre el norte y el sur. Los navarros del siglo XIX  defensores del euskera, del fuero, de las costumbres, del viejo orden, de la tradición católica con la llegada de la Guerra Civil de 1936 se integran en el grupo conservador, se identifican con los franquistas. Es en la ribera donde la población es más beligerante y es aquí donde las fuerzas de izquierda y nacionalistas defienden la República, son de nuevo masacrados por la derecha. Especialmente en los años de postguerra la persecución de estas familias republicanas fue incesante, con lo que imperó la represión y por tanto también la autocensura que les hizo aparentar más franquistas que los propios franquistas con el fin de salvar sus vidas.

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Llegamos  a la época de la transición con una Navarra plural y muy diferente según las zonas. La transición supone un nuevo periodo de ilusión y esperanza. Son unos años de convulsión, en que abundan las manifestaciones de apoyo a la creación  de una comunidad vasca común. Tal era la proporción de fuerzas políticas a favor de la unidad, que tanto el estado como las fuerzas conservadoras navarras evitaron por todos los medios que se llevase a cabo un referendum, ya que el pueblo estaba a favor del cambio y hacía ostentación pública de su vasquismo. El estado no permitió la creación de una comunidad vasca común, el PSN junto a los partidos conservadores optaron por una comunidad uniprovincial. Otra nueva derrota que propicia  aumentar de nuevo las diferencias entre el norte y el sur de Navarra.  

 

La división de Navarra en tres zonas lingüísticas ha sido la gota que ha colmado el vaso. Con el objetivo de que el euskera no fuese la lengua común de todos los navarros, se dividió Navarra en tres zonas, con lo que todos los navarros no somos iguales. Según en qué zona te toque vivir existen una legislación, unas normas distintas. La ribera y una gran parte de la zona media han quedado incluidas en la zona no vascófona.

 

La Diputación y el Gobierno de Navarra ha dejado a una parte de la población sin posibilidad alguna de tener contacto oficial con la lengua que un día se habló en sus pueblos. Ha impulsado con medidas concretas la diferenciación  entre la zona norte y las zonas medias y sur, promoviendo en la zona media y la ribera proyectos, subvencionando actividades culturales que se aparten de las costumbres vascas y que tengan relación directa con las comunidades autónomas españolas vecinas. Igualmente he constatado que en localidades en que nunca se habían exhibido símbolos de ningún tipo, de unos años aquí aparecen los balcones oficiales atildados de banderas, banderines, escudos...

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Desde la Administración se ha hecho todo lo posible por modelar por lo menos los aspectos externos de estos pueblos. Los habitantes somos conscientes del esfuerzo que se hace desde instancias oficiales para que la cultura de esta zona se acerque el máximo posible a  la del resto de las comunidades españolas limítrofes y se aleje de la de la Comunidad de Euskadi, y a la postre de los propios navarros del norte. Esfuerzo ideológico y también económico.

 

 

Vemos con preocupación como las principales características de la identidad  de estas zonas sur y media de Navarra (cultura, tradiciones, costumbres) que se han mantenido a lo largo de la historia van cambiando y desapareciendo para adquirir otras no tan arraigadas en la cultura popular, más afín a los gustos y costumbres de otras comunidades. Igualmente constato la gran diversidad que se ha dado en estos 30 últimos años entre los pueblos limítrofes de Araba y Navarra, cuando en realidad hace 30 años no existían diferencias culturales entre ellos. 

 

Estos pueblos navarros tienen en sí una identidad, unos valores, unas características, unas peculiaridades, propiedades y singularidades  que se han transmitido de generación a generación, de padres a hijos durante siglos y siglos. zonas que se han caracterizado por tener una cultura propia, sencilla pero a la vez profunda y tradicional. Costumbres que van desde los juegos, el  habla, los gustos, la forma de  de ser, la manera de comportarnos, las comidas, hasta las ropas…  Vivimos en el siglo XXI, todas las comunidades cambian, evolucionan, nadie se puede quedar aislado, es preciso aprovecharse del desarrollo, la globalización y la tecnología; pero manteniendo la esencia y la identidad propia de cada uno.  Estos pueblos, sin embargo, guiados por intereses políticos van abandonando las viejas costumbres para adoptar nuevas  formas que nos asimilan cada vez más a las comunidades limítrofes del estado español, con lo que cada día se aprecian más las diferencias entre los navarros del norte y los del sur. Constato igualmente, una pérdida de los rasgos constitutivos del sentimiento y conciencia de haber pertenecido a una comunidad con características singulares y propias, una comunidad diferente a las limítrofes castellana y aragonesasa, cualidades ligadas a las raíces históricas y que se manifiestan en la manera de ser de todo un colectivo.

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Parece que necesitamos expresar la navarridad por fuera, cuando en estos pueblos nunca se ha tenido duda alguna de su navarridad, y nunca se ha tenido necesidad alguna de expresarla externamente, ya que siempre se ha considerado como una cualidad interna, innata, expontánea y natural.  La naturalidad en estos pocos años se ha transformado en una  necesidad de expresar lo superficial  como algo propio, como si fuese algo extraordinario. Mucho me temo que esta corriente  basada en  las apariencias, en lo superficial, en la ropa (pañuelico rojo) nos aboca a que en muchos pueblos de la Ribera y de la zona media estamos cayendo en un falso navarrismo, ya que en definitiva lo que se defiende es una cultura en contra de lo vasco, cuando estas zonas  aparte de ser el origen del pueblo vascón, han demostrado a lo largo de la historia que la identidad navarra se ha conservado  justamente por ser vasca. Son muchos los municipios que priorizan lo navarro, y por navarro entienden todo lo que no tenga relación alguna con lo que ellos entienden como vasco. El tufillo politiquero se ha extendido hasta la vida diaria. Atrás ha quedado el vivir despreocupado de nuestros padres, abuelos y abuelas, tocados con boinas, bombachos y albarcas, sin preocuparse si eso tendría connotaciones vasquistas.

 

También  la ribera, y especialmente la zona media son  plurales y variadas. Es una mezcla de culturas, de costumbres lo cual hace que se haya mantenido una cultura viva, rica, variada, entretenida, propia y emotiva. Sin embargo, intuyo con preocupacion  como poco a poco se reniega, o se va olvidando esta cultura plural, para enmascararnos en una cultura uniforme, superflua, antinatural y superficial. Con el apoyo incondicional de los mandatarios y de los principales medios de comunicación no solo estamos forzados a  perder los vestigios propios, la identidad mantenida durante lustros, durante siglos, y milenios, una parte de lo que ha sido nuestra navarra, si no que se está convirtiendo  en una hazaña luchar contra corriente.

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Desde las instancias oficiales se tiende a españolizar la zona media y la ribera. Este afán de diferenciar lo navarro de lo vasco, orquestada por la administración, la televisión, los principales periódicos y revistas, y defendida con ahinco por los navarristas, aunque muchos de ellos argumenten que no tienen nada contra lo vasco nos puede llevar a una civilización de pandereta y poco más.

 

Me cuesta entender como hay navarros que no aceptan la lingua navarrorum (hoy el euskera) como algo propio navarro. Es más hay muchos navarros, y cada vez más radicalizados que detestan la lengua vasca. No entiendo como habiendo sido nuestra lengua, con la riqueza que ello supone para Navarra, siendo el euskera una de las lenguas más antiguas de la civilización occidental no se hace todo lo posible para que su conocimiento se extienda por toda Navarra. Es más,  nunca entenderé las medidas de la administración tendentes a que desaparezca, o que no se haga nada por recuperarla con lo que su extinción está asegurada y lo mismo digo de todas aquellas costumbres ancestrales que se han mantenido hasta hace dos días y que hoy se van  desterrando. 

 


No podemos olvidar que estas zonas han sido zonas que lucharon por defender Navarra de los castellanos, lucharon al lado de los carlistas por defender los fueros y la lengua navarra. Es preciso recordar, una vez más, que los antiguos defensores del Fuero, de las costumbres navarras, de la lengua vasca están latentes y algún día, el día menos esperado despabilarán.

Gerardo Luzuriaga

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