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13/03/2014

TERE

María Teresa Bujanda, la Tere del David. Así la conocemos en el pueblo. Una mujer de estatura normal, de una gran vitalidad, especialmente eso de una gran vitalidad. La recuerdo siempre andando deprisa, muy deprisa, casi corriendo. Mujer de una gran fuerza física y muy trabajadora.

Se quedó huérfana de madre en el parto. De su niñez no tengo gran información, todo son suposiciones. No sé si vivían en Nazar o Agustín, su padre,  se casó fuera, yo creo que Agustín se casaría fuera, tal vez en Moreda. Tere tenía familiares en ese pueblo. Seguramente nació en otro pueblo; pero lo que está claro es que si no vivían siempre en Nazar, pasaron grandes temporadas en casa de Agustín y Carmelo su tío.

Tere se casó con David Montoya, un hombretón de Nazar. Pronto tuvieron dos hijos Alfredo y Encarna. Casi seguro que estos dos serán los dos primeros nazarenos que nacen en Pamplona. Lógico si tenemos en cuenta que Tere perdió a su madre en el parto.

Tere tiene muchas cualidades, entre ellas no se queda atrás la de su actividad, mujer activa en las labores de casa, y también en las labores agrícolas, lo mismo descargaba remolques de grano, que sacaba las cuadras del ganado. Mujer fuerte, trabajadora y alegre, especialmente alegre y siempre dispuesta a hacer el bien a cualquier vecino, una de sus principales virtudes es su alegría, su viveza, entusiasmo. Le ha gustado hablar con todo el pueblo y de todos los temas. Estaba enterada de todo y con todos tenía amistad y se llevaba bien.

Ser la sobrina de Don Antonio, el médico del pueblo, le dio facilidad para adquirir ciertos conocimientos de medicina, y aparte de poner las inyecciones, también realizaba las curas a los vecinos. En todo momento estaba dispuesta a echar una mano a cualquiera del pueblo, siempre ha estado dispuesta a hacer cualquier favor al que lo necesitase.

En cierta ocasión le pareció ver un ovni en el firmamento, y así nos lo hizo ver a todo el pueblo, y también a los periodistas que acudieron raudos al pueblo.

Aunque hoy día debido a su edad justo puede andar, la recordamos subiendo y bajando de su casa a la de su padre, siempre deprisa y parándose con todos los vecinos charlando de cualquier tema que saliese.

Gerardo Luzuriaga

 

Comentarios

Gracias por el comentario Gerardo.

Anotado por: Encarna | 14/03/2014

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