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22/01/2015

ACEDO (I) : Lugar de encuentro

1.       Localización.

Es el mayor pueblo del valle de La Berrueza, ubicado junto  a la carretera general  de Vitoria a Estella o a Calahorra. Por lo que es un pueblo bastante conocido, ya que  está en el cruce entre la carretera de Estella y Calahorra, y es preciso pasarlo a baja velocidad  y con cuidado de coger el cruce apropiado.

Es el pueblo de referencia para ubicar al resto de los pueblos del valle. Todavía recuerdo la dirección que había que poner en las cartas de correos, era preciso poner el pueblo y también entre paréntesis (por Acedo), todavía hoy, cuando alguien te pregunta de dónde eres, además de decir el pueblo, siempre decimos al lado de Acedo, con el fin de ubicar nuestro pueblo determinado.

La carretera de Acedo a Campezo es la vía de unión entre la zona navarra y la zona alavesa, también la vía del ferrocarril se construyó paralela a la carretera. Pero tenemos una duda, si este sería el camino usado en los siglos anteriores;  sin duda, para los que venían de Estella hacia Vitoria este sería el camino normal; pero creemos que para los que venían de la Ribera Navarra (San Adrián, Sesma, Lodosa, Los Arcos) el paso natural sería el puerto de Nazar, lo mismo que para los que transportaban sus productos del Norte hacia Zaragoza, Soria, Cataluña, Valencia…

No creo que los carros, y caballerías  que venían con productos agrícolas de la Ribera hacia el norte (o viceversa)  diesen la gran vuelta que hay que dar por Acedo y Arquijas para llegar a Campezo, lo lógico es que los mulos, caballos, carros y carretas (único medio de transporte durante siglos donde no existían ríos o mares) utilizasen el camino más corto, el paso natural y no muy pronunciado del puerto de Nazar (Aquí queda dicho, aunque tampoco con mucho conocimiento de causa).

Lo que no queda duda alguna es que la actual carretera general es muy transitada tanto para el transporte de mercancías, como de viajeros. Todavía hoy en día muchos camioneros y automovilistas prefieren coger esta carretera para trasladarse a Zaragoza, Soria, Cataluña o Valencia que trasladarse  por las modernas y costosas autopistas.

 

 2.       La estación de Acedo, y Pinedo.

El tren vasco-navarro que unía Estella con Maltzaga, para nosotros que unía Estella con Vitoria, tenía una estación en Acedo, que era la estación más cercana para los pueblos del Valle de La Berrueza y también para los del valle de Lana (conocido en estas tierras por el Valle de Rusia). Cada pueblo teníamos una distancia que oscilaba de los 3 kilómetros de Mendaza y Asarta a los 10 kilómetros de Sorlada y Ubago, parecido tenían los pueblos de Rusia (Galbarra, Gastiain, Viloria, Ulibarri, Narcue).

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Lo mismo diremos de Pinedo, línea de autobús que hizo durante años y años el recorrido de Vitoria a Estella, y de Estella a Vitoria, claro está. Después de Pinedo ha habido muchas compañías que han realizado este servicio, pero todavía hoy a la empresa que realiza esta línea le seguimos llamando Pinedo, sea cual sea (Caasa, la Estellesa, la Unión, Arriaga…)

Los pueblos de los valles citados solamente tenían autobús directo el jueves, el resto de los días de la semana debían bajar hasta Acedo, primero fue Escolástico (así se llamaba el propietario y conductor de la empresa), luego fue la Estellesa, la que realizó durante años y años el servicio todos los jueves desde Estella a todos los pueblos de la zona.

Es por ello, que Acedo tanto para los vecinos del Valle de la Berrueza, como el Valle de Lana, era el lugar donde se cogía el autobús o el tren para cualquier lugar (Vitoria, Antoñana, Maeztu, Campezo, Ancín, Murieta, Estella, Pamplona).  Esos kilómetros desde los pueblos a Acedo (y desde Acedo a los pueblos) se hacían andando (normalmente) o en caballerías. Es preciso recalcar que en la época que me estoy refiriendo no existían coches, ni tractores por la zona. En este aspecto sí que ha existido un cambio total en los pueblos. Muy pocos jóvenes de hoy día se pueden hacer una idea de estos pueblos sin coches, sin motos, sin tractores.  Las yeguas, los machos, los burros, los caballos, y hasta las vacas y los bueyes tenían un protagonismo que hoy día se nos hace difícil entender.

 

3.       Pueblo de encuentro.

Los momentos de espera del autobús, (más que momentos solían ser minutos, horas) tenía su encanto, pues normalmente se llegaba antes de la hora, y mis padres, como el resto de viajeros aprovechaban para tomar un café en el bar MONTON, que hacía y que todavía hace esquina con el cruce para Los Arcos. No era habitual que las mujeres entrasen a los bares, por lo que era curioso y bonito ver a nuestros padres tomar un café juntos en la taberna.

Esas esperas al autobús, o al tren eran unas esperas especiales,  te encontrabas con conocidos de otros pueblos, y también con personas que no conocíamos, pues en Acedo también cogían el tren o el autobús los vecinos del Valle de Rusia, que aunque sus pueblos no están muy alejados de los nuestros la relación era mucho menor.  Estas esperas daban ocasión a entablar conversaciones con el resto de viajeros, en esto también se ha cambiado, en aquellos tiempos era impensable que cuando se coincidía un grupo de personas fuesen conocidas o no, no se entablase una conversación, conversaciones que los niños seguíamos con un gran interés, y nos enterábamos de lo que ocurría en el resto de los pueblos y en el valle de Lana.

 

4.       El taxi.

La llegada de los coches, las motos, los tractores cambió la forma de vida de estos pueblos. En una época en que los pueblos eran un hervidero de jóvenes, de personas que iban de un lugar para otro el taxi de Alberto se hizo imprescindible.

Muchas familias habían emigrado a las ciudades y a los pueblos industriales, aunque los padres se habían quedado en el pueblo, los hijos e hijas se fueron en busca de trabajo. Muchos de estos volvían los fines de semana, todos volvían para Navidades, Semana Santa y las vacaciones de verano. El único transporte que existía en esos años era el tren y el autobús, por lo que cuando se llegaba a Acedo, era necesario coger el taxi para llegar hasta los pueblos.

El Alberto de aquellos años, era un hombre delgado, alto y educado, siempre bien vestido y con la ropa planchada. ¡Cuántas cosas no sabrá sobre las familias de los pueblos de los alrededores, sobre las mozas y los mozos de estos valles!

Él era el que llevaba a los jóvenes a las fiestas de los pueblos, el que tenía viajes concertados para llevar a los vecinos que necesitaban acudir a Pamplona, especialmente al Hospital.

Con el paso de los años, los coches, las motos fueron habituales en los pueblos, con lo que Alberto se hizo el taxista de los de sin coche, de las familias humildes, las cuales todavía quedaban muchas en estos pueblos de los alrededores.

 

5.       La gasolinera y su taberna.

La taberna de la gasolinera durante años fue el lugar de reunión de los jóvenes y no los tan jóvenes de la zona, zona entendida desde Bernedo hasta Murieta, desde Torres hasta Contrasta. Lugar de parada obligatoria de los jóvenes alaveses y navarros antes de emprender viaje los domingos por la tarde a las salas de fiesta de Campezo, Estella, Los Arcos… Sí, por aquella época el día de salida era el domingo, eso sí sin prisa alguna. Tan importante como la salida era la vuelta, y por lo menos para los de Nazar se convirtió en costumbre hacer parada a altas horas de la mañana en el bar de la gasolinera, dónde las horas para unos pasaban sin darse cuenta, y para otros se tenían que ir al coche a echar una cabezadita. La hora de salida para casa la mayor parte de los días coincidía con el amanecer, por lo que a alguno más de algún lunes le coincidió ir al tajo directamente, de la taberna a la pieza sin pasar por la cama. Eran otros tiempos.

¡Qué no tendrían que aguantar aquellos camareros¡ Recuerdo dos el hijo del Sola de Otiñano y el de Acedo. Vaya nuestro reconocimiento para estos camareros que durante tantos años nos atendieron a horas intempestivas.

 

6.       Hípica, Sociedad, y casa del rebote.

Acedo cuenta con un club hípico, en el cual se puede hacer excursiones y montar a caballo en el picadero. Da gusto pasar por Acedo y ver los caballos trotar por la pista, o los caminos de los alrededores, es un placer que se agradece.

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La sociedad hace también de taberna pública, donde los vecinos del pueblo y los de los alrededores la frecuentan habitualmente.

Recientemente el pueblo cuenta con la casa rural del Rebote. Merece la pena pasar unos días en ella.

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7.       El camping.

Hace ya unos años que en Acedo se ha puesto en funcionamiento el Camping, el cual ha servido para que la zona sea conocida y le dé un protagonismo a la zona sin que la llegada de gente de fuera repercuta negativamente en el transcurrir diario de los habitantes de estos pueblos.

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El camping ha hecho que la zona se active, y los vecinos nos hemos aprovechado del bar, del restaurante y especialmente de las actividades culturales y deportivas que se organizan desde el camping.

Gerardo Luzuriaga

 

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