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31/12/2018

Placa arrancada

 Subida a Kostalera. Hoy ha salido un bonito día, fresco, claro, con mucha luz, se veían todos los montes habidos y por haber. Lo dicho lo hemos pasado muy bien, pero como todo no podía ser el día se nos ha avinagrado un poco al subir a la cima y ver que la placa con bi isuralde herri bat, dos vertientes un solo pueblo y el arrano ha sido arrancada con un cincel y una maceta. No hay mal que por bien no venga, la antigua placa tenía una falta gramatical, tal vez sea por eso por lo que la han destruido. Será recuperada y también la falta gramatical corregida.

Parece mentira cómo puede ofender una placa de unos 15 milímetros de grosor y un diámetro de unos 20 centímetros, cuando son cientos los montes que tienen en sus cimas cruces de varios metros de largo y de un gran grosor.

Estoy malhumorado, es la tercera vez que destruyen la placa y luego los intransigentes e irrespetuosos les llaman a otros.

No sé si se deberá a que está en euskera, en una cima que es muga entre Kanpezu y Nazar, es decir entre Alava y Navarra, o tal vez sea porque está el arrano, pues es preciso saber que el arrano es un símbolo navarro que aparece en los documentos desde la Edad Media, y que aparece profusamente en cientos de documentos, edificios y muebles. Un lugar en el que aparece en varias ocasiones es el Palacio de la Diputación, hoy sede del Gobierno de Navarra, aparece pintado en los techos, labrado en las maderas, y en las sillas. 

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24/12/2018

Ez gaude denok

Aurten ere ez gaude denok. Kartzelan jarraitzen dute. Espero dugu datorren urtean GURE artean edukitzea. Batez ere ,Altsasukoak, jakina besteak beste bai.  Un año más no estamos todos. Esperemos que el año que viene cambie. Especialmente las y los de Alsasua, pero no solo estas y estos. 

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22/12/2018

Tradiciones

Los pueblos han cambiado en todos los aspectos. Nazar, un pueblo que hasta  1950 contó con  300 habitantes ha ido perdiendo familias, vecinos y habitantes para quedarse en  30 habitantes. Y lo mismo, lo mismo ocurre con el resto de pueblos de La Berrueza.

Los cambios han sido profundos  en todos los aspectos. En la  forma de vivir, de trabajar, de comer, las celebraciones festivas, las celebraciones religiosas, los actos civiles y los religiosos han cambiado.

Desapareció la escuela. Lo mismo ocurrió con los oficios, herreros, carpinteros, carboneros,  jornaleros, criados, pastores…  Tan solo ha permanecido la agricultura. Llegó la maquinaria y la mano de obra sobró.  Para labrar ya no se necesitaron animales, ni bueyes, ni caballerías y mucho menos a azadones, ya no se siembra  a mano con la capaceta, la siega pasó a hacerse con maquinaria, primero llegó  la segadora, luego la cosechadora, con lo que los que no tenían tierras o tenían muy pocas tuvieron que marchar para las ciudades.

Desaparecieron las pajeras, los pajugueros, fueron desapareciendo las eras.  Con ello cientos de costumbres, hábitos se han ido perdiendo. Ni el vino, ni la matanza se hacen  en las casas, en las noches de invierno ya no se reúne la familia a desgranar los maíces.

Los animales han desaparecido, con lo que ya nadie ordeña las cabras, las vacas… Ya no existen los rebaños de ovejas, cabras, vacas… ni tampoco caballos, yeguas, mulos y burros, ya no existen las comidas de los pastores.  Tampoco en las casas existen las cuadras…

Tampoco  existen las rondas de los mozos alrededor de las casas de las mozas cantándole sus coplas… tampoco existen los bailes semiclandestinos del Carbón o Disiñana… Han desaparecido las costumbres cotidianas y normales del pueblo… Ya no se ven a las mujeres lavando en el pozo con sus enormes cubos de ropa… Tampoco a las abuelas cuidando de los niños, o sentadas en las puertas de las calles, porque ya no hay niños que cuidar, ni abuelas que los cuiden.

En los pueblos ya no hay bautizos, ni primeras comuniones…

Sin embargo, los pueblos, con sus casas, sus terrenos, sus árboles, sus peñas siguen existiendo. No es cuestión de mirar hacia atrás, es cuestión de mirar hacia adelante, de vivir la vida actual, de aprovechar al máximo lo actual.  No es cuestión de intentar mantener aquellas costumbres, hábitos, tradiciones tal como se vivían hace años. Es imposible. Lo importante es conocerlas, es escribirlas, y que las nuevas generaciones puedan hacerse una idea (nunca exacta) de lo que supuso vivir en una sociedad rural. Ya pocos muy pocos sabemos lo que era segar a mano con hoces, guadañar los terrenos, trillar en las eras con las caballerías, o con la trilladora. Muy pocos se pueden hacer a la idea lo que suponía vivir en pueblos sin agua corriente, sin luz eléctrica, dónde no existían retretes, ni duchas. Por no hablar del teléfono…  

No es cuestión de volver al pasado, no es cuestión de volver a los carros, los burros o los caballos. Vivimos en la época del automóvil, tan solo un tractor de los de ahora tiene más fuerza que lo que tenían todos los tractores del pueblo hace 50 años, una sola rueda de los tractores de hoy es mayor que cualquiera de los de hace 50 años.  No es cuestión de intentar mantener lo imposible… Y esto vale para todos los aspectos de la vida del pueblo, aspectos sociales, religiosos, políticos, culturales y económicos.

Gerardo Luzuriaga

20/12/2018

Jon Luzuriaga

Jon Luzuriagak atzo Leioan irakurri zuen tesi doktorala, aurten herrian bi zientifikok irakurri dituzte, Nerea eta Jon, adina berekoa… Zorionak. 

 Hona hemen izenburua: "Birsortze neuralean erabiltzeko hortz muineko ama zelulen gaitasun funtzionalaren azterketa" eta  ingelesez : "Study of the neurogenic functional potential of dental pulp stem cells (DPSCs) in neural regeneration". 

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15/12/2018

Un libro sobre la mujer navarra

Gemma Pierola Narvarte, vecina de Murieta, ha publicado un libro en la editorial Pamiela sobre la mujer navarra en el franquismo. 

Mujer e ideología en la dictadura franquista: Navarra 1939-1960.

Muy pocas personas de las nuevas generaciones se pueden hacer una idea de la vida cotidiana que llevaba la mujer durante estos años. 

Es un trabajo científico, nada de especulaciones, se trata de una tesis doctoral. 

Fue una época dura para la mayor parte de la sociedad, especialmente para la mujer. Muy pocas salían del ámbito del hogar. La familia, y dentro de ella la mujer fue el soporte del régimen franquista. Sufrieron un adoctrinamiento del que fue imposible desprenderse, y que especialmente en la zona rural navarra todavía se nota la influencia de aquella época y de la represión y los miedos a los que estuvieron expuestas las mujeres navarras, por otro lado, bastante semejante a la situación que tuvieron que soportar el resto de mujeres del estado español. 

La presión a la que se les somete a las mujeres es enorme, especialmente ejercida por el régimen y que se vale de la religión. La moral cristiana relegaba a la mujer al papel de compañera sumisa, y se le imponía unos molde estrictos. 

Un libro que merece la pena consultar para poder conocer un poco mejor lo que fueron estos años duros, y que sin duda nos hará entender un poco mejor la cultura actual, y la influencia y el poso que ha dejado la religión franquista especialmente en las mujeres rurales. 

Gerardo Luzuriaga