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06/10/2015

Jose Ibarrola Perez de Pipaon

Impotencia, pena y tristeza.

Un cáncer ha truncado la vida sencilla, tranquila y placentera de nuestro vecino y amigo Jose.

La vida es corta siempre es corta, pero en este caso más todavía, creo que tiene 62 años.

Jose ha sabido, porque siempre lo ha tenido claro disfrutar en la vida y de la vida, un hombre equilibrado y metódico, sin grandes lujos; pero si amante de sus pequeños caprichos… Puros, vinos, alguna copilla, la caza, el fútbol, el Osasuna, un paseo por los montes de los alrededores, las palomeras, unos vinos por los bares y pueblos de los alrededores… Ancín, Mendaza, Acedo, Mues, Los Arcos… Ha sabido disfrutar de las cosas cotidianas.

Esposo y padre de familia.

Desde muy joven ha tenido clara la vida y sus prioridades.

Ha sido un hombre que no se inmiscuía en los asuntos de los demás, no se mezclaba en los problemas del pueblo, lo que en cierto modo le ha hecho llevar una vida individualista y algo distanciado del resto de vecinos.

No ha hecho mal a nadie, yo en mi casa y el resto en la suya, ha sido su lema.

Ha sido un ejemplo a la hora de usar la naturaleza, no ha empleado más que lo que necesitaba, tanto en las suertes, como en los huertos… Sólo hacía el trozo de suertes que necesitaba para el año, no la que le correspondía, en los huertos lo mismo… no acaparaba más que lo necesario. No ha gastado energía alguna en balde. Tampoco en el trabajo.

El ocio, el sosiego, la calma, la tranquilidad, el pueblo, su pueblo, Nazar ha sido su prioridad y en cierto modo su obsesión.

De hecho, quitando unos años, dos o tres que estuvo trabajando en Beasain, y unos cuantos después en Iruñea, el resto los ha pasado en su cuidada y preciosa casa de Nazar. Durante los años que estuvo trabajando fuera no dejó un solo fin de semana de acudir al pueblo. El pueblo suponía mucho para Jose.

Se jubiló bastante antes de los 50 años, ha disfrutado como nadie de las ventajas de la vida sosegada del pueblo, de esas pequeñas cosas de Nazar, con una filosofía de la vida que todos la quisiéramos para nosotros.  

Vemos esta muerte con impotencia, ya que corta la vida de nuestro amigo Jose en un momento idóneo del camino.  No sin reconocer que ha acertado en su filosofía de la vida, es por ello que todavía nos da más pena esta prematura pérdida…

Jose ha tenido una salud de hierro, hasta que este cáncer de pulmón provocado por el amianto, contraído hace aproximadamente unos 40 años cuando estuvo en una pequeña empresa de Beasain, como el mismo me comentó en una de las últimas conversaciones que tuvimos.

Ya nada podemos hacer, más que recordarlo tal como fue, con cariño y estima, resaltando su amor por el pueblo, y sus pequeñas cosas, lo cual esperamos que reconforten en algo a Valen, Dani y Lorena en estos tristes momentos.

Es muy difícil olvidar el momento en que se acercó a darme el pésame en el mismo cementerio por la muerte de nuestra madre  cuando todavía ni por asomo sabía que unos meses después le diagnosticarían esta lamentable enfermedad, que por lo menos no ha sido excesivamente larga. Goian bego.

 

Gerardo Luzuriaga

 

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