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22/11/2015

Gabino (14)

15. El retorno
Cuarenta años después, el autobús de línea de Vitoria a Estella de las 4,45 de la tarde, Pinedo, para en Acedo. Lo he encontrado tal como lo dejé. Hasta la moza que estaba en la puerta del bar Montón me pareció que era la misma que estaba cuando cogí por última vez el tren. Sin duda, se trataba de alguna hija o sobrina.
La escuela, la iglesia, el reloj de la torre, el frontón, el palacio al lado de la plaza, hasta los árboles eran los mismos. Todo seguía ig...ual. Como si no hubiese pasado el tiempo, como si se tratase de un sueño, como si fuese ayer. Pero han pasado 40 largos años fuera de esta tierra.
En la plaza, esperando al autobús estaban un Renault 8 pintado de azul claro, un viejo Gordini de color crema y Alberto con el taxi de color negro. Un muchacho se me acercó con la intención de subirme al pueblo, luego supe que ese muchacho era el torcido de Ubago, un muchacho bonachón, de pocas palabras.
- ¿Vas al pueblo?
- Sí, sí, pero tengo bastantes bultos, cogeré el taxi.
Me hizo gran ilusión el ofrecimiento y el recibimiento recibido. Casi con la emoción no fui capaz de agradecerle el gesto.
Después de colocar con cuidado las maletas y los bultos pausadamente en el taxi de Alberto hemos hecho los seis kilómetros de distancia entre Acedo y Nazar.
- ¿Vuelves para quedarte?
- ¿Qué tal está la familia?
Pronto me di cuenta que estaba bien enterado de las últimas noticias.
- Sí. He venido para quedarme. Desde que me fui no he tenido otra idea. Francisca, la mujer se me ha muerto hace cinco meses, y los hijos ya hacen su vida y se han asentado en el país, es su patria.
Ha sido emocionante contemplar los campos, las casas, la Sierra de Codés, San Gregorio... Tanto que no he podido reprimir unas cuantas lágrimas, especialmente cuando me ha venido a la memoria Francisca. Una sensación de tristeza y emoción me ha asediado durante los siguientes minutos, desencajado, a pesar de la amabilidad de Alberto, un hombre serio, educado, bien vestido, siempre con chaqueta americana, camisa blanca y pantalones de tergal, también los días de labor, hice el resto del viaje ensimismado en mis pensamientos.

Gerardo Luzuriaga

Comentarios

Acabo de leer la historia del retorno de Gabino y me has emocionado para que veas que no todo van a ser reproches y que te leo.Saludos desde Mendaza

Anotado por: CharoCarrasco | 23/11/2015

Acabo de leer la historia del retorno de Gabino y me has emocionado para que veas que no todo van a ser reproches y que te leo.Saludos desde Mendaza

Anotado por: CharoCarrasco | 23/11/2015

Confieso que me has emocionado recordando a muchos que no consiguieron volver despues de marchar de su tierra obligados por las secuelas de la guerra. Un saludo desde Mendaza

Anotado por: CharoCarrasco | 23/11/2015

Agradezco igualmente estos comentarios, tan necesarios son los comentarios de desacuerdo como los que animan a seguir escribiendo. Recibidos los saludos de ese precioso pueblo de Mendaza.

Anotado por: Gerardo | 24/11/2015

Agradezco igualmente estos comentarios, tan necesarios son los comentarios de desacuerdo como los que animan a seguir escribiendo. Recibidos los saludos de ese precioso pueblo de Mendaza.

Anotado por: Gerardo | 24/11/2015

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