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30/12/2015

Navarra en la encrucijada

He escrito y hemos escrito mucho sobre Navarra; pero estoy convencido de que es preciso hablar y escribir todavía mucho más. No con el fin de convencer a nadie. En este tema también cada uno tenemos ya nuestras ideas bien definidas. Y por mucho que se me repita que escribo para convencer, no es el caso, soy consciente de que en este tema de Navarra cada uno tenemos nuestra idea ya bien forjada y no nos cambian ni aunque nos demuestren lo indemostrable.

Estoy seguro que cada navarra y cada navarro tendríamos  una historia para escribir sobre Navarra. Me vienen a la cabeza más de 40 navarras diferentes y todas ellas congruentes, algunas de ellas vividas por mí mismo a lo largo de la vida, y otras que las intuyo en las personas cercanas a mí, vecinos de Nazar, antiguos compañeros de Universidad,  hermanos que viven fuera de Navarra...

En este tema no existe una versión oficial/universal en la que todos estemos de acuerdo y coincidamos. No. No existe una idea de Navarra uniforme, y ya está, todas existen y todas son posible, casi me atrevería a decir que hay tantas ideas de Navarra como navarras y navarros existimos.

Como veis me acerco a este tema sin prejuicios, abierto a todas las circunstancias y posibilidades, eso no quiere decir que yo no tenga mi idea clara y bien definida. Pero eso sí, creo que es tan real y tan factible la visión de la navarra española como la navarra vasca e independiente, las dos visiones de Navarra existen y son reales. Las dos existen, ninguna de las dos son erróneas. Existen y es preciso admitirlo, no hacemos nada escondiendo la cabeza bajo tierra, es preciso admitirlo aunque nos duela.

En mi mismo pueblo, un pueblo pequeño de la Merindad de Estella, de Tierra Estella, de unos 60 habitantes conviven estas dos formas de sentir Navarra, junto a otras muchas más. Curioso, enriquecedor, pero también traumático, pues aunque en líneas anteriores he afirmado que las dos navarras son reales, eso no quiere decir que los unos entiendan a los otros y viceversa.

Cada postura se basa en unos acontecimientos, en unos hechos, en un sentir  que nos lleva a posicionarnos en un lugar o en el otro.

Antes de seguir diré que para mí la historia es primordial y que nada se entiende sin analizar la historia, aunque si que quiero añadir que aunque la historia es el origen y la base de todo, no es determinante, ya que lo importante y decisivo es lo que decida la población en un momento determinado, aunque decida todo lo contrario de lo que la historia ha sido, en definitiva defiendo que se puede actuar, que se puede decidir en contra de la historia, el pueblo es soberano para decidir lo que le venga en gana. Pues pienso que los pueblos pueden evolucionar, que tienen el derecho de decidir lo que les apetezca en cada momento, aunque con ello traicione las tradiciones, las costumbres, las normas y las leyes de sus predecesores. La libertad ante todo, no existe cortapisa alguna.

Aunque igualmente, y creo que sin caer en contradicción alguna defiendo que la historia, las costumbres, las leyes, las normas, la tradición tiene un papel decisivo en todas las decisiones, aunque no sean determinantes.

Por ello, antes de analizar cualquier situación es preciso bucear en la historia, es preciso conocer lo acontecido hasta ahora, y más en Navarra. Es preciso reforzar nuestra conciencia de pertenencia histórica, es preciso conocer quiénes han sido nuestros antepasados y que es lo que hicieron y pensaron, es preciso conocer cuáles han sido nuestras formas de organizarnos, cuáles han sido nuestras leyes, la importancia que ha tenido Navarra en la historia europea y española, es preciso tener un conocimiento exacto de lo que ha sido Navarra...

Por suerte en estos momentos esto es factible, ya que hasta hace no muchos años esto era imposible ya que todos los historiadores, cronistas, narradores pertenecían al bando ganador, a los invasores, con lo que era imposible indagar con imparcialidad cuál fue el papel de Navarra y los navarros, cuál fue el camino que siguieron y cuáles eran sus metas.

Gerardo Luzuriaga

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