Berrotza / Berrueza

No sé si son los pueblos los que cambian o son las apreciaciones nuestras sobre los pueblos las que van cambiando. Acedo, lo recuerdo como el pueblo donde había que ir a coger el autobús... un pueblo de paso. Tuvo tren, el cual no recuerdo haberlo cogido nunca, aunque si verlo. Era el pueblo que conectaba con las ciudades, con las capitales, por el que pasaba la Estellesa y Pinedo.

De aquí nos venía la modernidad, era la salida y la entrada a la civilización...

El cartero, Epi primero, el cual comenzó viniendo en bici, para acabar con moto, luego cuando este se jubiló también el cartero era de Acedo, además de cartero trabajaba en el monte, y a menudo venía con la motosierra a partir las suertes a las casas, no recuerdo su nombre, tenía un land roverd. Por lo que las cartas, las noticias nos venían de Acedo. En la dirección si queríamos que las cartas nos llegasen antes era conveniente poner por Acedo, y luego el pueblo al que queríamos que nos llegase la correspondencia.

El taxi, también estaba en Acedo. Alberto fue el taxista años y años. Allí estaba esperando a que la Estellesa o Pinedo dejase viajeros de los pueblos de los alrededores a los que llevar a sus pueblos de origen.

El cine, la primera farmacia también la recuerdo en Acedo, en la casa junto al frontón... en definitiva los adelantos llegaban de Acedo...

Es curioso que a pesar de ser de pueblos cercanos, muy poco conocemos del resto de los pueblos. Muy pocas veces acudíamos si no era en los días de las fiestas.

Recuerdo el bar Montón de la carretera, seguramente por haber tomado algún café con mis padres alguna vez que fuimos a Pamplona... Después se cerró y muchos años después se abrió el bar de la gasolinera. Aquí es donde los más tempraneros acabábamos los domingos por la madrugada... Aqyñu acudíamos los mozos y mozas de los pueblos, antes de ir para Santa Cruz, o Estella, y después de venir de juerga. En aquellos tiempos el único día que se salía era el domingo... eso sí, sin prisas, a pesar de que algún lunes había que trabajar... No era extraño ir al curro con dos, tres horas de sueño, y a veces de seguido... En esto la juventud ha aprendido mucho y para bien.

Los pueblos de La Berrueza, tal vez para un forastero todos sean iguales; para nosotros los que vivimos en algún pueblo del valle, todos son distintos. Hasta las casas son distintas de un pueblo a otro. Cada pueblo tiene sus peculiaridades propias.

Acedo lo definiría como señorial, con casas que recuerdan que en un tiempo fue un pueblo importante. Sin duda el pueblo más importante de La Berrueza, como lo demuestra el palacio que todavía se conserva, y las casas de silleria de los alrededores.

Gerardo Luzuriaga

http://linguanavarrorum.blogariak.net/2013/04/11/euskarar...

Gorka Lekarozek egindako Lingua Navarrorum bloga oso interesgarria da. Hona hemen eskuizkribuetan Deierrian agertutako erreferentziak.

Orain gezurra ematen dituen esaldiak agertzen dira, espero ez dugun herri askotan: Eraul, Riezu, Azkona, Arandigoien, Beareinen... Behin eta berriro agertzen dira eskuizkribuetan:  "declarandosela en bascuence que es su propio idioma, no saben ni hablan romance..." Euskara haran honetan bizirik izan da orain dela gutxi arte.

G. L.

Así está ahora el frontón de Acedo. Rodeado de casas antiguas y bien conservadas. He aquí un ejemplo de los frontones que se han construido al lado de la iglesia. Dos construcciones que han sido realizadas por el pueblo, y para el pueblo, a pesar de que desde hace unos años aquí el Obispado está intentando y en muchos de los pueblos lo ha conseguido adueñarse de las iglesias, ermitas y casas de los curas.  Tanto el frontón como la iglesia han sido dos construcciones pertenecientes al pueblo durante siglos y siglos y han sido mantenidas y arregladas por los vecinos. 

El material era lo de menos, el caso es tener una pelota redonda para poder jugar. Lo misno nos daba una jugar con una pelota de trapo que con pelotas hechas con tripas de gato, bastante parecidas por el ruido que sacaban a las de los profesionales.

Famosas se hicieron las pelotas del Aurelio, las cuales se las había regalado su tío de Bilbao. Se bajó con un gran cargamento de esas pelotas que sonaban a piedra, y que los más jóvenes justo podíamos sacar más allá del escas, aunque hiciésemos el máximo esfuerzo.  Eran tiempos en que no conocíamos la protección en las manos, y la mayoría de las veces comenzábamos los partidos sin calentamiento previo.

Gerardo Luzuriaga

Nazar vivió de cerca el juego de la pelota. Desde pequeños aprendimos a hacernos nuestras propias pelotas. Por lo general pelotas que no salían más allá del cuadro tres; pero apropiadas para nuestras manos blandas y suaves como nos correspondían a los 6-8 años.

 Fue una gran pena que al colegio donde fuimos a parar la mayor parte de los niños de Nazar no tuviese un frontón en condiciones, y tampoco el deporte de la pelota fuese el deporte que los curas potenciasen. Pero sin embargo, cuando volvíamos al pueblo por vacaciones como comenta ELI, la pelota era el deporte en que más tiempo pasábamos.

Aunque para cuando nosotros comenzamos a jugar ya había hecho presencia el fútbol y fue ganando terreno, la pelota siempre estuvo presente. Para estos pueblos de la Berrueza, sin muchos niños y niñas el juego de la pelota era el ideal pues con que hubiese dos niños dispuestos a pegar unos pelotazos ya estaba todo resuelto.

Teníamos pelotas de todas las clases, pelotas de cuero hechas por nosotros, con lo que llamábamos tripas de gato, y luego trapos y más trapos. Recuerdo también unas pelotas de plástico duro, verdes, que picaban como demonios. Eran aquellas pelotas que te regalaban con los zapatos de la marca gorila, que nuestras madres non compraban de vez en cuando en Estella.

Especiales eran las pelotas que nos hacían nuestros hermanos mayores, pelotas que aparte de salir bastante más que las que elaborábamos nosotros eran más pesadas y hacían un ruido seco cuando pegaban en el frontis y qué decir del daño insufrible que nos hacían en las manos ( A excepción de Pedro que tenía unas manos que parecían de hierro)

G. L.