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14/02/2017

Zona mixta

Bittor Arbizu, el cual tiene relación directa con OCO (su padre era de Oco) ha escrito este sábado este artículo en el Diario de Noticias de Navarra. En la Zona Mixta del euskera

Lo citado es la petición que están haciendo numerosos pueblos de Tierra Estella / Lizarraldea, como Murieta, Abaigar, Ancin/Antzin, Mirafuentes y otros muchos al Parlamento y Gobierno de Nabarra mediante mociones para ser incluidos en la denominada zona mixta del euskera.


Las razones son cada vez más evidentes, y de ello son conscientes desde los jóvenes a los más mayores, y es que el euskera ha sido, y entiendo que es la joya de nuestro patrimonio cultural, permaneciendo aún en los nombres de nuestros términos, montes y ríos, además de números vocablos, como muga, abarra, txara, orzalan (auzolan), mandarra, ondarra, koske, ondalan, kaparra,  koskola…


El Padre Murieta (1897-1966) fue uno de los pioneros en recuperar el euskera, aunque en la actualidad son muchos los jóvenes que lo utilizan y aprenden y los que no, intentan que al menos lo aprendan sus hijos.


Mirando hacia atrás vemos que en Lizarra/Estella en 1607 un tercio de la población sólo sabía expresarse en euskara. En los pueblos que la Merindad el porcentaje era mayor. En 1778 “la tierra vascongada ocupa, de tres partes del Obispado, las dos y más”. Fue la lengua mayoritaria del viejo Reino de Nafarroa, cuyo rey Sancho VI el Sabio se refería a ella en 1167 como lingua navarrorum, es decir la lengua de los navarros. Urzainki aporta un dato de 1177 sobre la muga con Castilla, donde era “la lengua de la delegación del reino de Nafarroa”. El euskara era el vehículo de comunicación oral único de la población, incluso entre los altos cargos del Reino, hasta principios del siglo XV. Tenemos la promesa de matrimonio en Zufia en el año 1552 hecha en euskera “Nic Diego de Zufia ematen drauzut neure fedea…!” (Yo Diego de Zufia te doy mi palabra…). Ambos contrayentes utilizan la lengua que saben y les es propia. San Francisco de Xabier indicaba en 1544 desde Oriente, “la mía la bizcaína (euskara)”, y es que para este emblemático santo fue su lengua materna y en la que pronunció sus últimas palabras.


Aprender bien una segunda lengua facilita enormemente la adquisición de otras


Ahora que estamos en el período de matriculación de nuestros pequeños, es una buena oportunidad poder hacerlo donde la enseñanza del euskera tenga mayor presencia. Es una apuesta de futuro. El modelo D garantiza una enseñanza bilingüe, que permite que terminados los estudios los alumnos adquieran un nivel adecuado de euskera, que les sirva para defenderse con soltura tanto en los estudios superiores como en el mundo laboral. Están sobradamente probados los buenos resultados de este modelo, por la profesionalidad y experiencia del profesorado que lo lleva impartiendo durante muchos años... Como decía un señor del citado pueblo. poliki-poliki, Aurrera!

 

 

 

 

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