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06/12/2012

Juegos en La Berrueza: Carburo

El carburo y la pólvora eran dos productos habituales en todas las casas. El primero como combustible y el segundo para elaborar los cartuchos artesanales. Los cartuchos se hacían en casa. Hace unas semanas estuve viendo un castillo-palacio en un pueblo de Alava, donde se usaron los pergaminos de los siglos XII al XVI como última tapa de los cartuchos.

En Nazar por lo que parece eran bastante adelantados en esto de manipular los explosivos desde una edad muy corta. Seguro que tuvieron más de un percance, aunque el intelocutor de estos juegos no me lo hizo saber en ningún momento; pero tal vez porque ese riesgo entraba dentro del juego. 

La explosión. Los tiempos han cambiado nadie se imagina las casas y las calles sin luz, pero así era la vida hace 100 años en el pueblo. En todas las casas se compraba y se guardaba carburo en bolas para combustible para los candiles. Los niños robábamos trozos pequeños, los cuales los metíamos en un bote lleno de tierra y agua, al bote se le hacía un agujero pequeño, se cebaba, y a los pocos segundos a consecuencia de la combustión tenía lugar una gran explosión, con lo que el bote a causa de la explosión era lanzado a unos cuantos metros de altura con el consiguiente estruendo y griterío.

Por mi parte sobre este tema ya no me queda más que el siguiente en el que hablaré del juego de pelota y el fútbol.

Gerardo Luzuriaga

 

04/12/2012

Juegos de La Berrueza: bimbili-bamba

Estoy llegando al final. Ya he visto que han sido acogidos con bastantes entradas.  Ya sé que existe un gran vacío, por varias causas, la primera porque el que me contó todos estos juegos era hombre y un hombre que vivió una época completamente distinta a la de ahora, donde los hombres mandaban y eran los únicos visibles en el pueblo. La segunda porque el que los recogíó, yo mismo, también soy hombre con lo que tampoco se me ocurrió preguntar excesivamente sobre los juegos de las niñas. Y tercero, porque los últimos folios donde había copiado lo que me contó nuestro padre, los perdí, y no me han llegado más que hasta aquí, aunque tampoco creo que fuesen muchos más.

Bueno lo dicho os invito a que contéis los juegos que aquí faltan o que completéis los que he recogido en estos mensajes.

 

Los inviernos en Nazar eran interminables, muchos de los juegos se llevaban a cabo en las cuadras y en los pajares, en la mayoría de las casas los padres nos instalaban las “bimbili-bamba”. En una madera a una altura apropiada y en un lugar bastante espacioso se ataba una soga por dos puntos, con lo que los niños y niñas teníamos ya creado un culumpio. Para apoyar el culo solíamos poner un saco vacío, y ahí pasábamos las tardes columpiándonos de un lugar para otro, intentando lo imposible. Era bastante normal que alguno o alguna de las más hábiles pegase con los pies en el techo. Era uno de los juegos preferidos de los niños, pues aparte de poder ver de vez en cuando los culeros de las niñas, eran muchas las veces que montábamos un niño y una niña juntos en el columpio uno encima del otro…

Uno de los juegos, o las tradiciones que no entendí muy bien, y que en su día no le di importancia alguna; pero que ahora al releer los apuntes me he arrepentido de no haber indagado algo más. Por lo tanto esto lo diré muy por encima y con todas los interrogantes que os podáis imaginar. Parece que cuando los chavales pasaban a mozos (momento que debía ser importantísimo), que por lo que creí oirle al carbonero sería hacía los quince años. Los que ese año cumplían esa edad tomaban el pueblo, y se pasaban el día persiguiendo y apaleando a los más jóvenes (me suena un poco raro); pero creo que así me lo contó. Y aparte de esto era un día de terror para los niños, a veces hasta el monte los seguían… Lo dicho, en su día no hice caso a estos párrafos y hoy lo tengo todo borroso como si en cierto modo me lo haya inventado, estaría bien contrastar esto con los mayores del pueblo…

Tal vez uno de los juegos más locales sea el cachupín. Nazar ha sido conocido como el pueblo de los garbanzos, por lo que  en la época en que nuestro padre el carbonero era joven se sembraban muchas y muchas robadas de garbanzos, con la paja de los garbanzos  se hacían grandes hogueras, alrededor de las que bailaban al anochecer los chicos y chicas todos juntos agarrados de la mano, el primero que iba en la fila llevaba el “cachupín”, un palo encendido con el que simulaba comos si les fuese a quemar al resto de chicos y chicas, con lo que el resto retrocedía a la vez que se armaba un gran vocerío.

Gerardo Luzuriaga

 

01/12/2012

Berrotzako egutegia / Calendario de La Berrueza

Hona hemen egutegiaren hilabete bat, maiatza, argazkia Nerearena, ona.Zergatik ez dira jarri hilabeteak eta asteko egunak ere euskaraz? ziur aski bururatu ez zaielako...

He aquí una muestra del calendario, el mes de mayo de la nazarena Nerea. Aunque tampoco hubiese estado mal que el nombre del mes y los días de la semana también hubiesen  estado en euskera.

mayo.jpg

Juegos en La Berrueza: La calva

Por lo que me cuenta el carbonero este juego de la calva era un juego muy popular, al que acudía todo el pueblo con los niños y niñas los domingos después de Misa. Normalmente no tomaban parte más que los casados del pueblo. En la era de Cuenca (que de paso no sé cual era, y seguro que en su día se lo pregunté, pero que ahora se me ha olvidado) era donde se celebraba este juego. ¿Tal vez sería la era que compró el Angelito?, y en la que ahora hay una casa preciosa que le han puesto el nombre de almacén, porque así le denominaba el Angelito y los vecinos del pueblo al pabellón que hizo para guardar el tractor y otros aperos de labranza. Espero que alguien aclare cual era la era de Cuenca).

En la era de Cuenca (un vecino del pueblo, que vivía en la casa donde vive ahora el José Ibarrola, y que vendió la casa y las tierras de labranza y se fue con su familia a Gipuzkoa) se elegía un mojón, una piedra que se clavaba en el suelo. Los participantes elegían sus piedras las que lanzaban desde una distancia de 30 metros, el que golpeaba el mojón conseguía 16 puntos, si nadie lograba tocar el mojón, al que más cerca se quedaba se le concedían 8 puntos.

El hinque, juego que ha llegado hasta nuestros días, por lo menos cuando yo era niño en el pueblo. Se elegía un lugar bastante húmedo, normalmente alguna zona de hierba o alguna era donde se había formado algún charco de agua, y que mantenía la tierra blanda.Este juego era uno de los preferidos por la chavalería, cada niño se elaboraba su hinque con gran esmero. Para hinque se usaba un palo de madera acabado en punta, la punta se hacía con un hacha pequeña. Cada uno podía elegir la madera que más le gustase, cada uno se afanaba en tener el mejor hinque, los había de chopo (los menos cotizados), de encino, boj. Lo único que se controlaba era el tamaño del hinque. Había algun jugador que los conseguía curvados con lo que las posibilidades de derribar a los contrincantes era superior.  El juego consistía en clavar el palo en la tierra. El primer jugador clavaba el hinque en el lugar elegido, el resto de jugadores tenía que clavar también su hinque en la tierra a la vez que intentaba desclavar el de algún compañero que había tirado anteriormente. Por lo que la técnica era muy importante aparte de clavar su palo el juego consistía en tirar al suelo alguno de los anteriores. Por lo que la fuerza tenía una gran importancia. Para ganar era necesario clavar el tuyo y tirar el del compañero. El ganador tenía opción de lanzar el hinque de su contrario bien "a fuerzas" con la mano, bien a bajo brazo, bien con el pie derecho o bien con el izquierdo. Si se hacía mediante la primera modalidad, es decir como normalmente se tira cualquier objeto, antes de que el perdedor fuese a por su hinque, y volviese al lugar de juego, el ganador debía clavar el hinque 32 veces seguidas, sin que se cayese al suelo. Si por el contrario, se había lanzado a bajo brazo , solamente serían 16 veces las que se debían clavar, si se tiraba con la pierna derecha eran 8 veces, y si se hacía con la zurda las veces era 4.

Igualmente existía otra modalidad de jugar al  hinque que también perduró hasta nuestros tiempos de jóvenes. Se jugaba en un trozo de tierra, en el que se clavaba un objeto punzante, normalmente un palo bastante más pequeño que en el juego anterior.  El jugo consistía en ir clavando el hinque en el terreno de los contrarios. Allá donde se clavaba el hinque se hacía una raya de un extremo al otro del terreno, de manera que esa zona era conquistada para tí.  El juego consistía en ir dejando al resto de jugadores sin terreno.


G. L.

 

 

 

Funcionarios y la extra

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