20/06/2010
Personas de Nazar (IV)
La siguiente casa es la de Lander, apellido, navarro y no muy frecuente, parece que el origen es del valle de rusia, del valle de Lana, así lo demuestran los escudos que existen en muchas de las casas. En esta casa vivieron el Fortunato, un hombre alto y serio. Murió bastante joven, yo creo que no tendría 65 años, recuerdo muy bien aquel día, aunque creo que era verano estábamos los chavales en un pajar reunidos, por lo que es fácil que estuviese lloviendo. Los funerales de aquellos años nada tenían que ver con los de ahora, el pueblo se sumía en un ambiente triste y serio. Se iba todo el pueblo, o por lo menos las mujeres y los niños a rezar el rosario a la casa del difunto. En la casa del difunto se llevaba un luto riguroso, no solo en las ropas, sino también en otros aspecto, como eran las fiestas. Nadie de la familia tomaba parte en las fiestas del pueblo. El Forutnato como la mayoría de las personas pueblo fue labrador, aunque durante unos años se quedó con las hierbas y echó un rebaño de ovejas. Hace unos años murió su mujer la María. Vino de Antoñana. A esta mujer la hemos conocido todos, ya que murió a una edad muy avanzada.
En la casa de enfrente, la casa de los Zudaire, vivió el señor José María. Dicen que en su juventud tuvo ideas de izquierdas, tanto que en los años de conflicto entre los franquistas y los republicanos tuvo que ausentarse por una época del pueblo. Tuvo una familia numerosa, como la mayoría de las familias de Nazar. Lo recuerdo andando por el pueblo, ya despacio y paso a paso, ya que cuando yo lo conocí ya era de edad avanzada. Muchas de las tardes las pasaba sentado en unas piedras que estaban junto a la pared de la iglesia, en la pared antes de entrar a las paletejas, lugar donde da el sol, y está muy bien resguardado del viento. Entre otras muchas cosas fue escobero. Su mujer la Modesta, creo que era de Asarta, una mujer pequeña y muy activa. Aunque recuerdo al Eloy viviendo en otra casa, ya que era hijo de los dos anteriores comentó lo que recuerdo de él en este lugar. El Eloy es el marido de la Milagros y el padre de Angelines, José Mari y Oscar. Un hombre delgado, lo recuerdo enfermo, aunque cuando yo lo veía en Nazar siempre tenía buen humor y era un buen conversador. Se fue con la familia a vivir a Pamplona, solían venir todos los veranos, murió bastante joven.
En la siguiente casa vivieron el Miguel y la Antonia. El Miguel era un hombre pequeño, No recuerdo otro aguacil, ni otro sacristán en el pueblo. Era el que iba de casa en casa anunciando las noticias del ayuntamiento, también era el encargado de poner los papeles con un palo colgado en la puerta de la iglesia. Era bonito, ir los domingos a misa, y ver a todos los hombres leer los anuncios del ayuntamiento. Durante años y años esa fue la forma de enterarnos de las noticias oficiales del pueblo. Este Miguel repetía frases que se nos hacían muy graciosas. En Nazar, como en el resto de los pueblos de Navarra, era muy usual que los hombres blasfemasen una y otra vez. El Miguel sin embargo, usaba una gran variedad de muletillas para no blasfemar, aunque para el resto, o por lo menos para los chavales resultaban mucho más curiosas y hasta fuera de lugar. Tal vez no lo diga como él lo decía pero algo así era, me cagüen todos los santos que almuerzan, me cagüen el corazón… Otra mujer especial fue la Antonia, según tengo oído, tuvo la taberna durante muchos años. Era la sacristana del pueblo y se encargaba de todo lo referente a la iglesia. En los actos religiosos era la que llevaba la voz en las canciones, y también en los rezos. Se sabía de memoria todas las ceremonias. Recuerdo que hace unos años fui a la novena de Loreto, solo por recordar como recitaba oraciones y plegarias de memoria. No me defraudó.
Hace ya muchísimos años, un día de verano, Patxi, hijo de Antonia y Miguel tuvo un accidente con el tractor de Morrás, volcó en la revuelta junto a la iglesia de Mirafuentes. Murió en el acto. Fue un duro golpe para todo el pueblo. Trabajaba en Bilbao, creo que era policia nacional.
Gerardo Luzuriaga
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19/06/2010
Lorenzo Luzuriaga
Hoy traigo al blog una noticia sorprendente, que no es muy conocida. Pero como la mayoría de las noticias que traigo al blog quedará inacabada, ya que será precisó seguir indagando.
En una biografía del famosísimo Lorenzo Luzuriaga, he leido que su padre Santiago Luzuriaga, era de Murrieta (Navarra). Claro está que es un error y es de Murieta (Navarra). Como casi todos los que leéis este blog ya sabéis que mi abuelo Hermenegildo Luzuriaga Luzuriaga, era natural de Ancín. Que este Santiago Luzuriaga era familiar de mi abuelo no creo que quepa la menor duda, ahora es el momento de saber qué tipo de parentesco tenía, que hasta podía ser de hermano, o tío... (Ya veremos, aunque igual hay que esperar a la jublilación para conocer todos los interrogantes que planteo en este blog)
Bueno el caso, es que Santiago Luzuriaga era de Murieta, y que era maestro, pero que ejerció por las tierras castellanas durante casi toda su vida, aunque acabó sus días en Bilbao, fu director de las Escuelas de Albia.
La vida de Lorenzo (Narciso Eladio Lorenzo), creo que la conocemos todos, pero por si acaso voy a dar unas pinceladas. Nació en 1889 en Valdepeñas. Estuvo algunos años en Bilbao, no creo que muchos, ya que cuando muere su padre se va con su madre a Madrid. Estudia con becas. Escribe una gran cantidad de libros sobre pedagogia. De ideas revolucionarias, defiende que la educación puede transformar a la sociedad y a las personas. Intenta renovar las estructuras educativas, con el fin de que la sociedad sea más justa, Es uno de los seguidores de la Institución libre de enseñanza. Republicano y de izquierdas, en 1939 tuvo que huir y se exilia en Buenos Aires, donde vive el resto se su vida. La unica vez que vuelve es el año de 1956, y se da cuenta de lo que el régimen de Franco ha hecho con la sociedad, se lamenta amargameente del ambiente intelectual tan pobre con el que se encuentra. Vuelve de nuevo a Argentina y muere el año de 1959.
Gerardo Luzuriaga
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17/06/2010
San Fermines
A pesar de que Barcina, Sanz y ese conjunto de navarros que buscan politizar los san fermines trayendo a todo aquellos artistas que pueden españolizar un poco más nuestra Iruña. El año pasado todos recordamos la actuación estelar de Manolo Escobar con su viva España.
Navarra, y especialmente Pamplona y sobre todo en San Fermines por mucho que se afanen en traer este tipo de artistas, cantantes o salquinbanquis nada podrá borrar las costumbres, los usos y las canciones navarras. Gora Nafarroa.
Se afanan en traernos todo tipo de artistillas y colocarlos en los lugares privilegiados de la fiesta. Pero que sepan que la fiesta es mucho más que eso, que por mucho España, canciones y rollos que se monten los navarros vamos a lo nuestro, que no es otra cosa que la fiesta, y la reivindicación de lo vasco como propio nuestro, por mucho que nos lo podamos pasar bien con todo lo que nos den, aunque sea este tipo de basura cultural que nos prepara la alcaldesa y el resto de politiquillos... Nosotros a lo nuestro...
Este año nada menos y nada más que han fichado a Bertín Osborne, y a los del Río... y claro y mucho y mucho más...
Pero tranquilos que cada uno sabe buscarse la vida, por mucho que se la quieran preparar...
Nafarroa berezia izan da, bada, eta izango da, nahiz eta daukagun politikoak izan.
Joarkide
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16/06/2010
Personas de Nazar (III)
Poco a poco vamos avanzando por el barrio de abajo. LLegamos a la casa de Landa. En esta casa conocí a una mujer mayor, siempre vestida de negro, creo que se llamaba Aniceta, la madre de la Felisa y de la Gloria, y de unos cuantos muchachos que no me acuerdo muy bien de sus nombres que se fueron a América. Uno creo que se llamaba Luis. Recuerdo entrar a esta casa con mi madre, y ver allí a una mujer mayor de edad, la cual no estaba bien de la cabeza y que decía que había personas en el granero. A mi me daba pánico entrar en aquella casa, a pesar de que siempre iba con mi madre. Allí también vivió la Felisa, una mujer de bastante estatura y que los últimos años llevaba unas gafas oscuras. Se fueron a vivir a Pamplona.
Subiendo la cuesta se llega a casa de los Delegardón, tres hermanos solteros. La Conce, el Crescencio y la Paquita. A la Conce justo la conocí, la recuerdo como una mujer regordeta, seguramente murió bastante joven, pues no la recuerdo vestida de negro. También la recuerdo como una mujer que siempre estaba gritando a los niños, especialmente a los que andábamos alrededor del pozo de lavar. Conocí algo más al Crescencio, un hombre que llevaba los pantalones siempre medio caidos, una vez que estaba junto a mi padre me comentó o me preguntó algo y yo le respondí algo semejante como que lo había hecho para joder a los preguntadores. Todavía recuerdo la cara y los reniegos que me echó. A la Paquita la hemos conocido casi todos los del pueblo. Una mujer alta, delgada y que destacaba entre todas sus virtudes por su religiosidad. No faltaba ni un solo dia, fuese fiesta o de labor a la misa, y al rosario. De su boca no salía otra frase que no fuese chico, chico por Dios, por Dios... Parecía un tanto mística, más para ser de un pueblo como Nazar, en el que siempre ha destacado la brutalidad y la forma de hablar un tanto brusca.
En la casa de arriba vivieron la Aparición, que creo que era de Espronceda y el señor Donato. Poco puedo comentar del Donato, si no es que lo recuerdo como un hombre calvo con un bastón sentado al sol en el poyato. De la Aparición me acuerdo bastante más, una mujer bastante gorda, y muy agradable, me solía gustar ir a su casa con los recados que me mandaba mi madre.
Y así llegamos a la calle la fuente, la primera casa es la de los Ibarrola. Aquí vivió la Patro, madre de la Lucía, y hermana del Fortunato y el Cirilo. Una mujer pequeña y vestida de negro. Vivió durante algunos años en Beasain. La Lucia, una mujer alta, tal vez es una de las mujeres con las que más he hablado de Nazar, ya que bajaba habitualmente a nuestra casa o nuestra madre y nosotros con ella ibamos a la suya. Debía tener alguna enfermedad, ya que movía suavemente la cabeza de un lado para otro. Recientemente hemos despedido a Aurelio, Jesús Mari y Ricardo. La vida de Jesús Mari ha sido especial. De niño debía ser un niño bastante espabilado, en la escuela iba de maravilla y las matemáticas debían de ser uno de sus principales gustos. En su juventud abusó de la bebida, e iba de pueblo en pueblo a las fiestas. Tuvo unos años de una gran libertad. Desde que fue a Pamplona ya no fue el mismo, volvió bastante cohibido, y con problemas sicológicos. Los últimos años los pasó sin salir de casa. De Aurelio y Ricardo no puedo decir nada que no sepáis o que no lo haya dicho ya en este blog.
Gerardo Luzuriaga
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14/06/2010
Personas de Nazar (II)
En la siguiente casa, también vivió un Atxa, el Serafín y su esposa la Josefina de Andosilla. No tuvieron hijos. Vivían en una casa amplísima. Con muchos pajares a su alrededor. Se decía que era el hombre más rico de Nazar, y así sería, ya que a parte de las tierras de Nazar, también poseía gran cantidad de fincas por los pueblos de los alrededores. Sin contar las propiedades que la Josefina poseía en su pueblo.
Las cuadrillas de mocetes más viejos que nosotros, la del Aurelio, Juan Antonio, Toñin, y en especial las anteriores la del Ricardo, Manolo... no le dieron tregua, no tenían mayor gusto que meterse con él. Le robaban las manzanas, las peras del huerto del Chorrón, andaban en el pajuguero, levantaban las tejas del gallinero en busca de nidos... el Serafín les perseguía... los mocetes entraban en el juego y lo tomaban como la diversión del verano. Sin embargo le tenían bastante miedo, y en más de una ocasión dio algun buen escarmiento a alguno de los que pilló. En una ocasión cuando les perseguía por las piezas con el perro y la yegua. Uno del grupo, creó que fue un hijo del Aderito, el que cogió una piedra y cuando se acercaba la tiró, con tal suerte que le pegó en el morro a la yegua y el Serafín cayó tendido al suelo, mientras los mocetes huían despavoridos.
Aunque con los chavales de nuestra generación no tuvo tantos problemas, yo por lo menos le tuve miedo, y cierto respeto. Recuerdo al Serafín como un hombre grande y gordo. Serio y como si estuviese enfadado. Tuvo fama de roñoso y ruín. Repetía una y otra vez cojotes, cojotes... De su muerte casi ni me enteré, un invierno cuando vine del colegio, me dijeron que había estado enfermo y que había muerto.
La Josefina, sin embargo, era una mujer habladora y me parecía agradable, aunque yo nunca tuve mucha relación con ella. Vivió unos cuantos años más que él.
En la siguiente casa, también amplia y rodeada de pajares y graneros vivió el Agustín, lo conocí ya de edad avanzada. Fue el padre de la Tere, y hermano del Carmelo y don Antonio médico del pueblo que vivía en Mendaza. Lo recuerdo como a un hombre gordo, de andares tranquilos, nunca lo vi trabajar. Todos los días subía con el barril de agua a la fuente. No podía ver que sus dos nietos estuviesen jugando con el resto de los niños, por lo que cualquier excusa era buena para llamarlos y mandarlos para casa . En su casa, a la cual acudíamos con asiduidad, lo recuerdo sentado en un sillón de mimbres en la cocina desgranando las vainas secas. En casa era un hombre tranquilo y agradable.
En esta casa, como casi todos sabemos vivió el David, padre del Alfredo y la Encarna. Un hombre alto de tez morena, de habla suave y pausada. Padecía de la columna, por lo que no podía realizar esfuerzos físicos. Nos hablaba a los niños como si fuesemos adultos, lo cual no era muy usual en el pueblo. Trabajé algo para él, pero especialmente lo recuerdo en el huerto recogiendo piedras con una carretilla. Murió bastante joven.
En la siguiente casa, vivió la Severiana. Una mujer también de edad, o así me lo parecía. Su casa ya no existe, ha sido derrumbada, es la que estaba en la curva para salir hacia el carbón. Según he oído era la que ayudaba a dar a luz a todas las mujeres del pueblo. No tendría yo más de cuatro años cuando se fue del pueblo...
Gerardo L.
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