30/07/2012
Fiestas del valle (VIII)
Ia-ia hamabost egun falta dira jaierako. Anak jarri zuen argazkiaren arabera prestakuntzak ezin hobeto joaten dira. zoritzarrez ez naiz izango egun horretan herrian, kanpoan izango naiz...
Pedro Mari y varias hermanas.
Felix Ibarrola, Manolo, Gloria...
Mari Puy, Andrés, Encar, Reyes...
16:57 | Permalink | Comentarios (0)
Soberanía alimentaria
No sé si os habréis enterado ya que Euskal Herria Bildu ha presentado como Consejera para el Gobierno de Euskadi a una chica de Bargota. Judit Garcia Llorens. Lo que seguramente habréis leido en la prensa tradicional (seria y educada) los improperios que han comentado sobre el nombre de la Consejería, “soberanía alimentaria”, llamándonos cavernícolas, y que no hemos evolucionado del periodo de las berzas…
Yo por mi parte no voy más que a resaltar algunos puntos de vista que conlleva el nuevo concepto, que como el resto de conceptos lo importante no es el nombre, sino como se actúe en el futuro. He aquí unos de los principales ejes:
- Dotar al sector primario (labradores, ganaderos, madereros, pescadores) de una estructura fuerte.
- El modelo de producción alimentaria actual basado en un modelo neoliberal, mercantil e industrial no es sostenible, ni justo.
- Los modelos industriales e intensivos ha perjudicado al sector primario, se han perdido puestos de trabajo, se han abandonado las explotaciones…
- El modelo actual concibe los productos alimenticios como mercancia para que los intermediarios hagan negocio, especialmente las grandes empresas internacionales, marginando de tal negocio a los productores.
- Favorecer la actividad del sector primario con el fin de alimentar a la población más cercana, y favorecer que en todas partes del mundo puedan hacer lo mismo.
G. L.
10:32 | Permalink | Comentarios (1)
27/07/2012
Exiliados
Hoy tengo ganas de hablar sobre un tema, que no tiene relación directa con el valle de La Berrueza...
En primer lugar, me parece que justo se haya tratado este asunto en estos momentos en que no existe presión alguna es una incongruencia supina; pero por desgracia estamos muy acostumbrados a que en esta nuestra tierra propuestas semejantes han tenido éxito.
Segundo, si alguien quiere empadronarse no tiene más que venir a vivir y que pague los impuestos. Que nos digan que les impide volver a todos esos cientos de miles de refugiados políticos a sus pueblos. Que vuelvan y se empadronen. Si no vienen es porque no les interesa.
Tercero, que pasada que todos los policías, guardias civiles, soldados, militares, estudiantes de la Universidad del Opus, venidos de cualquier lugar de la geografía española, la mayoría que no han venido más que a reprimir y colonizar el país, ahora puedan votar.
Cuarto, les habrá parecido que es la única manera de ganar las votaciones, además cuando barajan cifras de 300.000 personas.
Quinto. ¿En España, en Europa, en el resto del Mundo se tragarán esto?.
Sexto. Este tipo de proyectos no hace más que más sectores se acerquen a la idea independentista. Sin duda con esto les dan puntilla a esta maltrecha democracia.
Séptimo. ¿Os habéis dado cuenta que en temas políticos, culturales para el Estado también Navarra y Euskadi son una misma comunidad? Y que absolutamente todas sus propuestas en contra de los vascos nos unen y nos identifican como una misma comunidad (claro está lo que somos).
Bla, bla, bla…
Gerardo Luzuriaga
21:13 | Permalink | Comentarios (1)
Fiestas del valle (VII)
Codés, Lurdes y Rosario con el peinado de esos años.
La niña no tengo ni idea quién es.
En la fotografía de abajo distingo a Alfredo, Alfonso, Angelito, Juanito, Amador, Morras, Joaquin,
17:55 | Permalink | Comentarios (2)
25/07/2012
Haraneko Jaiak / Fiestas del Valle (VI)
Estos días de cosecha es cuando verdaderamente nos hemos dado cuenta de los cambios que se han dado en unos años en el campo. Como bien dice Juanito, ya he perdido la ilusión por la cosecha, hace unos años seguía de cerca y con una gran ilusión cuando cosechaban las piezas, la del roble, la de la balsa... Hoy todavía subo a ver como las cosechan pero no es lo mismo...
La cosecha, en el pueblo sigue siendo importante. Cómo no. Supone la recogida de lo que se ha trabajado durante todo el año. Tareas todas encaminadas a la recogida del grano.
Sin embargo, hoy la cosecha en los pueblos no es, no representa lo que suponía hace unos pocos años. Hace 50 años las piezas se llenaban de trabajadores con sus hoces, sus zoquetas, sus guadañas, sus rastrillos y sus líos para atar los haces. Todas las manos eran pocas, todas eran necesarias, desde la de los niños a la de los abuelos. Los campos se llenaban de peones venidos de fuera, mujeres que seguían la renque al igual que los hombres, niños dando manadas y rastreando. Actividad que duraba todo el verano, desde mediados de junio hasta mediados, finales de septiembre, un día sí, y el otro también, no existían domingos, excepto para acudir a misa. Días agotadores y un día tras otro hasta que al final se tenía el grano y la paja bien guardados en los graneros y en los pajares. Para graneros se usaba el último piso de las casas, el grano se separaba en alorines, unos de trigo, otros de cebada, y otros de avena. Siega y trilla en que participaban todos los vecinos del pueblo, pues todos vivían de una manera u otra del cereal. Todas las casas tenían mucho o poco terreno, pero todas tenían algo que segar y trillar. En esta época existían las parcelas, terreno comunal del pueblo que se repartía entre los que menos terrenos tenían.
En esta época las cuadrillas se repartían por los campos, desde el amanecer hasta el anochecer se veían grupos de trabajo en el tajo. Como bien comenta NAZARren esas eran épocas de trabajo duro. No digo que hoy día los agricultores no trabaje, no tengan sus preocupaciones, igual en cuanto a preocupaciones tienen bastantes más que los agricultores de hace 50 años. Todas profesiones tienen sus contrapartidas, y qué fácil vemos la profesión de los vecinos. Ser agricultor también hoy día tiene lo suyo. Lambrar y sembrar con tempero, cuidar la simiente, calcular la cantidad de abono y herbicidas. El campesino todo el año vive mirando al cielo. Aunque sin duda, en estos tiempos, tienen bastante más tiempo para contemplar la naturaleza, y pasear por los alrededores. Sin duda los tiempos han cambiado, y mucho.
Estos días estamos en época de cosecha, y el pueblo casi ni lo nota. ¿Quién no recuerda cuando llegaron las primeras cosechadoras, las Laverda de Ajuria? Todavía en aquellos años, por un lado se necesitaba de bastante personal para cosechar. Eran cosechadoras sin cabina, el conductor tragaba el polvo y estaba expuesto al fuerte sol del verano. Ni que decir del peón que iba atando los sacos conforme se iban llenando, las priemeras cosechadoras no tenían tolva, por lo que conforme iba cosechando había que recoger el grano en sacos, y había que andar muy listo para dar a basto. Trabajo de verdad agotador, aunque esto lo digo más por lo que me imaginaba que por experiencia pues nunca me tocó estar en tal lugar ni siquiera como ayudante. En este lugar, cercano a donde salía la paja, era una plataforma bastante estrecha y todo el día acompañado de un polvo asfixiante. Todavía recuerdo los litros de agua que se consumían en garrafones de 5 litros que se recargaban en los caños de la fuente. El grano se guardaba en los graneros de las casdas. Por lo que los tractores circulaban por las calles del pueblo, con los remolques repletos de sacos. En esta época también todo el pueblo participaba de una forma u otra de la cosecha, aunque en estos años, muchos ya solo seguían las labores desde el alto, y veían a las cosechadoras moverse de pieza en pieza.
Hoy, sin embargo, la cosecha casi se hace sin que el pueblo, los habitantes nos enteremos. Al ser unas cosechadoras de gran tamaño, cuando están trabajando o especialmente cuando están en las piezas cercanas al pueblo se oye su rugir, pero nada más. Hoy día llegan tres cosechadoras de última generación con cortes de 6 metros, en una hora acaban con piezas inmensas. En tres días visto y no visto. El grano en los graneros de Los Arcos, Estella... ya no se guarda en casa, por lo que los tractores tampoco pasan por las calles del pueblo. Un ver y no ver. Cosechadoras irreconocibles, verdes, grandísimas, tractores y remolques que tampoco se quedan a la zaga... Los tiempos han cambiado y creo que en este caso para bien.
Gerardo Luzuriaga
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