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10/02/2021

Agricultura

 

 

Si el panorama de los pueblos es negro, no es menos el de la agricultura familiar, vamos a desgranar alguno de sus problemas. Las políticas neoliberales promueven el comercio internacional, la agricultura y la ganadería intensiva liderada por las multinacionales.

  1. El acceso a las tierras, tiene un alto precio. Se necesitan 400.000 euros iniciales, sin contar con los gastos de la maquinaria para obtener 20.000 euros anuales de renta. Un negocio complicado y caro. Si es de cereal andan por los 600.000 euros. Las cosas así, salvo en los casos en los que el joven que se incorpora recibe la explotación por herencia, ¿quién da el paso y se atreve a ello? Casi ninguno.
  2. El alto precio de las tierras. Tanto para la compra, como para la renta. La tierra es cara y cada vez más. De 2016 a 2019 ha subido un 3%. La hectárea ronda los 10.200 euros.
  3. Las ayudas del PAC se distribuyen en función de las superficies y no del rendimiento de la tierra. Cuanto más tierras tengas más ayudas recibirás. Con lo qu ese prima el acaparar tierras que hace  que unos pocos acumulen la mayor parte de las subvenciones. (Zumos valencianos, Gallo, Nutrexpa, Vega Sicilia, Nestlé, Mercadona, Casa Alba). Agricultores de sofá, viven de rentas del PAC de tierras que no producen. Las condiciones para mantener los derechos históricos son mínimos, en ocasiones solo se necesita arar los campos o arrendarlos para pastos. Más de 63.200 agricultores viven en las ciiudades de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Zaragoza. Agricultores de sofá.
  4. Concentración en pocos propietarios. Más de un 70% de las tierras explotadas son arrendadas. La tierra se emplea para especular. La concentración de la tierra en pocas manos impulsa la especulación y aumenta los precios. Se producen inversiones industriales. 181 personas físicas  posee más de 1.000 hectáreas cada una (latifundios), y más de 1.162 tienen explotaciones de más de 500 hectáreas.  898 sociedades mercantiles tienen una media de 671 hectáreas cada una.
  5. Desaparición de las explotaciones familiares y pequeñas explotaciones. Pérdida de peso de los terratenientes tradicionales por ventas y divisiones hereditarias. Sin embargo, a nivel mundial son los pequeños agricultores los que producen el 70% de los alimentos que comemos.
  6. Aparición del asalariado. Con contratos eventuales para la época de cosecha. En condiciones penosas.
  7. Mercantilización del campo y aparición de grandes explotaciones. Producen más y más barato. La producción ha aumentado en un 15%, las exportaciones se duplican. El 3% de propietarios controlan el 50% de la superficie agrícola. Se tratan de bancos, constructoras, e industriales que ven en la tierra un negocio o invierten para crear cotos y entidades agrarias y agroalimentarias consolidadas que adquieren más superficies. (Juan Abelló con 40.000 hectáreas, la Casa de Alba 34.000 hectáreas, Samuel Flores 23.000 hectáreas)
  8. El negocio ha pasado a la industria agroalimentaria y las empresas químicas. Empresas comercializadoras en otros países comienzan a operar en el campo (comercialización con Emiratos Árabes, China…). La industria química no produce comida, solo venden los químicos y recogen las rentas de las semillas.

Este es el triste panorama de la agricultura analizado a vista de pájaro.¿Hasta cuando podrán resistir los pequeños agricultores? Si no se ponen límites a las multinacionales el futuro es negro...

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