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30/06/2006

Navarra (III)

C. Evolución

 

 

 

Veámos  por ejemplo la evolución y los cambios que se han experimentado durante estos pocos años en  pueblos limítrofes de la provincia de Alava y Navarra. Como pueden ser los pueblos navarros de Galbarra, Narcue, Acedo, Nazar, Mendaza, Mirafuentes y los pueblos alaveses de Campezo, Orbiso, San Vicente, Oteo, Alda… pueblos en los que el sentimiento sentimiento por lo vasco hasta hace unos años era el mismo, me estoy refiriendo a los últimos años del franquismo y primeros de la transición. Eran pueblos en los que se sentían los mismos sentimientos, se tenían pensamientos e ideologías bastante semejantes, en los que las costumbres eran parecidas -aunque es verdad reconocerlo que para nosotros, los aborígenes de aquellos valles  las diferencias eran bastante pronunciadas, pero no eran mayores que las que existían entre los valles navarros de Valdega, Valle de Lana o Valle de la Berrueza. Para nosostros los de La Berrueza los del Valle de Rusia eran diferentes, hasta en el habla los diferenciamos. Y conste, que me estoy refiriendo a dos valles colindantes de Navarra: Berrueza y Val de Lana.

 

 

 

La distinta evolución, es decir, el pertenecer a dos administraciones distintas, con distintos formas de ver la causa vasca ha hecho que en estos pocos años exista una diferenciación bastante clara entre los pueblos de Navarra y los pueblos de Alava. Tal vez sean tan solo signos externos. Seguramente así será. Detallaré algunos de estos rasgos que he apreciado personalmente y que para nada existían en los años de juventud, cuando ibamos  a estos pueblos bien a trabajar o bien a pasar las tardes de los fines de semana, es decir de juerga, especialmente los domingos por la tarde hasta altas horas de la madrugada a la discoteca Yerti de Campezo.  Cualquier visitante que se acerque a fiestas de los pueblos alaveses verá que los banderines, carteles no tienen las mismos símbolos que los navarros, los niños de los pueblos alaveses en gran parte realizan sus estudios en euskera… En definitiva detalles que hace 25 años eran similares han cambiado por completo… 



 
En la decada de 1970 la mayoría de los navarros admitíamos  sin esfuerzo y sin tapujos la vasquidad de los navarros, y pocos eran los que ponían en duda que la cuna del pueblo vasco fuese Navarra. Hasta fuimos capaces, aunque tan solo fuese como mal menor de  recoger esta idea  en el Estatuto de Atonomia de Euskadi: Navarra forma parte del Pueblo Vasco o Euskal Herria, y por lo tanto los navarros somos vascos. Y no es nada extraño ya que la idea de que existe un pueblo vasco, que comprende los territorios de de Álava, Guipúzcoa, Navarra, y los tres de Baja Navarra, Lapurdi y Zuberoa, ha sido una idea defendida por todas las fuerzas políticas hasta no hace mucho.

Es más,  hasta los años 1980 el término Euskal Herria, no pasaba de tener un componente cultural y no político, referido a las tierras donde se habla o se ha hablado históricamente la lengua vasca. Hasta el propio Jaime Ignacio del Burgo escribía por estos años que : lo vasco es consustancial con lo navarro, ciertamente, aunque no sea el único componente de lo navarro. Y hasta la derecha más radical daba por buena cualquier salida que no fuese la creación de una comunidad vasca, en la que estuviese Navarra, ya que eran conscientes de la popularidad y la consciencia del pueblo navarro, especialmente en la zona norte, de la vasquidad navarra.


En definitiva hasta 1978,  muy pocos se atrevían a negar un tronco común de todos los territorios vascos, nadie ponía en duda que Euskalerria era una realidad y podía ser ser una comunidad de etnia y de lengua, que Navarra era parte del País Vasco, y que la cultura vasca era una peculiaridad de todos los territorios vascos.

 

 

 

Sin embargo, no puedo decir concretamente en que años comenzó la corriente contraria, en la que se hacía hincapié en lo navarro unido a lo castellano,  para poco a poco ir renegando de todo lo que oliese a vasco.

Aunque ya lo barruntamos, y no es preciso realizar profundos estudios, algún día conoceremos con todo tipo de detalles cómo fueron aquellos días en que los «ruidos de sables» condicionaron este capítulo de la Transición española, cuyas nefastas consecuencias hemos arrastrado y las seguimos arrastrando hasta hoy. Son muchos los libros que se han escrito sobre este asunto. No voy a repetir ni las palabras de historiadores, ni de políticos, ni tampoco citas de personajes ilustres que nos dejan perplejos de lo que declararon sobre la vasquidad de los navarros, no hace muchos años.

Navarra se constituyó en Comunidad Autónoma uniprovincial, se promulgó la ley orgánica de Reintegración y del Amejoramiento del Regimen Foral de Navarra. Euskadi constituyó su Comunidad Autónoma. Con lo que se crean dos gobiernos el de Navarra y el de Euskadi, se crean dos redes sanitarias, dos redes culturales, dos redes educativas... Con el gravamen de que una Comunidad se denomina Comunidad Autónoma Vasca, y la otra Comunidad Autonoma Foral de Navarra, se aprovecha esta terminología tan poco acertada. Ya que tan vasca es la Comunidad de Euskadi, como la Comunidad Foral de Navara, pero se quiera o no al existir una Comunidad Autónoma que toma el nombre de vasca, los contrarios a la vasquidad de Navarra, aprovechan esta terminología para comenzar a cuestionar que Navarra sea vasca, que los navarros seamos vascos, se comienza a exponer estas ideas sin mucho convencimiento, pero aprovechando, por un lado, la buena acogida que tienen estas nuevas proposiciones en el territorio español, y por otro, los artículos y tertulias de varios medios de comunicación, que a fuerza de repetirlo acaba calando en la propia Navarra, con lo que con el paso de los años se va extendiendo en contra de la historia, la geografía, y todas las ciencas hasta ahora conocidas. Con lo que se comienza a oir que por ser navarros ya no podemos ser vascos. Teoría simple donde las haya, pero que a fuerza de repetirlo en algunos ambientes se da por cierto.


Es así como a partir de los años ochenta se da un cambio y se tiende a identificar a lo vasco únicamente con la Comunidad Autónoma del País Vasco. A la vez que sectores de la población, espoleados por políticos y partidos vinculados a la órbita española rechazan el término Euskal Herria, y reniegan de la identidad vasca de Navarra.

No me extiendo más, no merece la pena, significativo es la posición que han mantenido los partidos politicos sobre este tema, el PSOE, más tarde convertido en Partido Socialista de Navarra, en 1981 el PSOE decidió renunciar a la integración de Navarra en la Comunidad Autónoma del País Vasco, que había venido defendiendo desde los últimos años del franquismo, y apostar por una Comunidad Foral diferenciada, al tiempo que acordó impulsar como alternativa una cooperación entre las dos comunidades “que incluyera la creación de un organismo intercomunitario que podría denominarse Consejo Vasco-Navarro”. Con el paso de los años, en este tema también donde dije digo, digo diego. Y el Consejo Vasco-Navarro se fue aparcando antes de crearlo.

(continuará)

Gerardo Luzuriaga

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