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11/06/2010

Una mañana de lluvia

euliak.jpgUna mañana de lluvia, tranquila y sin prisa da para mucho, hasta para pararse a ver como dos moscas se aparean.

Hacía tiempo que no veía dos moscas apareándose, es más hacía bastante tiempo que no veía moscas. Con lo que han supuesto las moscas en estos pueblos de la Berrueza. Especialmente recuerdo días de verano en que la casa estaba llena de moscas, verdadera pesadilla de nuestra madre. En la hora de la siesta, cerraba todas las ventanas y puertas y echaba bloom contra las moscas. En definitiva en aquellos años las moscas convivían con las personas, pocas eran las casas en que no andaban revoloteando de un lugar para otro. Tanto es así que Pablo Antoñana si mal no recuerdo en más de una ocasión trató el tema de las moscas y la república independiente de Joar. El caso que ver dos moscas una encima de la otra, ha sido una escena habitual desde que teníamos uso de razón.

Sin embargo, esta vez, seguramente debido al asueto, la tranquilidad y el no tener otra cosa en que pasar el rato me entretuve en ver como se llevaba a cabo tal acto. Tengo que decir, que no me di cuenta de los prolegómenos, sino que cuando reparé en las dos únicas moscas que merodeaban por la cocina, ya se habían unido. Acopladas de maravilla, como se aprecia en la fotografía. El macho sobre la espalda de la hembra. Encima de ella, con las patas de atrás apoyadas suavemente sobre la superficie, que al principio fue mi camisa, luego la mesa, y al final el cristal de la ventana. El macho apoya las patas de adelante  en la parte anterior de la espalda de la hembra, algo más adelante que lo que aparece en la fotografía. Al principio pensé que sería cosa de unos segundos, pasaron los minutos y seguían unidas. Pasaron cincuenta minutos y seguían unidas, por fin en un momento las vi de nuevo revolotear cada una por su lado, no me di cuenta en el momento que se separaron, tampoco es cuestión de realizar un seguimiento, como si de una investigación científica se tratase.

Permanecen inmóviles, sin movimiento aparente. De vez en cuando avanzan unos centímetros, para quedarse de nuevo inmóviles. Aparentemente no existe movimiento alguno. De repente vuelan unidas a otro lugar, para volver al instante al mismo cristal. El peso del macho no parece inconveniente alguno, no solo para permanecer minutos y minutos encima de la hembra, sino también para moverse y volar de un lugar para otro unidas y acopladas maravillosamente.

Lo dicho hasta las cosas más habituales con el paso del tiempo se hacen especiales. Con las miles y miles de moscas que habremos visto sin hacerle el mínimo caso.

Ya dice el refrán que cuando el diablo no sabe que hacer con el rabo espanta las moscas.

Gerardo Luzuriaga

10/06/2010

IV BTT Berrotza

vista.jpgLa metereología no apoyo el acontecimiento, pero tal vez a alguno le vino de maravilla que no calentase como acostumbra a hacerlo por estos lugares el sol. El caso es que 420 participantes tomaron parte, al final el tiempo mejoró y la lluvía no fue impedimento para que los ciclistas gozasen del inmejorable paisaje, por el que discurrió la carrera.  

Yon Isaba llegó el primero a la meta. No sé que tal llegaría mi hermano y su compañero, no creo que entrasen entre los primeros, más bien creo que fueron a pasar un buen día de paseo y contemplar el arbolado y los lugares por los que discurrió el circuito.

Ya sé que entre los organizadores, a parte de Patxi, estuvieron una gran parte de los nazarenos, repartidos por los diferentes cruces y lugares peligrosos del recorrido.

A ver si para el año que viene puedo por lo menos acudir como organizador, ya que la bicicleta nunca ha sido uno de mis defectos.

Joarkide

kardelina - jilguero

kardelina1.jpgUn 5 de junio, dia de bochorno infernal, alrededor de las 12.

Me encuentro delante de un huerto sin cultivar, repleto de zarzas, hierbas, plantas y flores de todos los tipos.

En un rincón son los cardos de casi dos metros los que sobresalen sobre el resto de las plantas, entre ellos resaltan los que todavía están en flor, especies de  alcachofas de filamentos morados muy atractivos visualmente. Entre ellos se ven algunos cardos ya maduros de color blanco a punto de dejar libres "los abuelos" que inundarán el pueblo los días secos que corra un poco de aire, yendo de un lugar hacia otro dejando las semillas en los lugares apropiados para que el año que viene crezcan de nuevo.

De cuando en cuando, cada cinco, diez minutos aparecen cinco, siete y hasta diez cardelinas que se posan suavemente encima de las flores y picoteando tratan de librar las semillas con que alimentarse.

Hacía años que no me fijaba en estos pequeños y encantadores pajarillos de colores vistosos y llamativos. Pico blanco, cocorota negra, alrededor de los ojos y en la papada es el rojo chillón el que predomina sobre el resto de colores, pecho y parte de la cara blanco, espalda marrón y cola y extremo delas alas negro, las alas son de color amarillo vivo, lo cual especialmente en el vuelo lo hace uno de los pájaros más vistosos del verano.

Un bonito domingo de junio, justo el que los nazarenos llevan la Virgen de Loreto de la ermita a la iglesia. En este caso sin cura, pero verdaramente emotivo, unas 18 nazarenas y nazarenos acompañaban a la imagen, cuatro llevaban la imagen, una el estandarte de la Virgen de Loreto y el resto cantaba las canciones de toda la vida. Los niños iban por delante cosa bastante inusual.

Ebaristo Etxeberria Lakalle

 

09/06/2010

Kardelina - Jilguero

kardelina.jpgEkainaren 5ean

(Urrezko kardelina ere ikusteko aukera eduki dut)

hortu bat landu barik

belarrez gainezka

lore basatiz beteta

bazter batean bi metroko kardo pilo bat

orburu batzuk moreak ezin erakargarriagoak

beste batzuk, honez gero heldurik daudenak zuriak

aizeko aitonak aske uztear

Noizean behin, bost minutuero edo,

bost, zazpi, hamar kardelina joan-etorri hegazka ibiltzen dira

orburu zurien gainetik barruko hazi beltzak jan nahian

kardelina2.jpgAspalditik kardelinei erreparatu barik nengoen

urrezko kardelin bat ere ikusteko aukera eduki dut

zer kolore ugari, eta distiratsuak

Bekokia eta moko ondokoa gorri, buru tontorra beltza

Mokoa, paparra eta bularra zuria

sorbalda naparra, butana eta hegoen muturra beltza

Hegoak horiak. Ezin pareko txoria. Txikitxua bezain distiratsua.

Joarkide

07/06/2010

Las personas de Nazar (I)

Me hubiese gustado haber conocido Nazar unos años antes, cuando verdareramente fue un pueblo fuerte, donde todas las familias trabajaban duro de sol a sol para poder subsistir.  Muchas han sido las anécdotas e historias que nos han contado nuestros padres y vecinos. ¿Pero qué difícil es hacerse una idea de lo que pudo ser, y de cómo actuaban las personas que vivían en aquellos años?

La realidad es que Nazar era un pueblo completamente diferente a lo que es hoy, las calles llenas de animales y gentes. La vida se hacía en la calle. Pocos eran los momentos de descanso, por lo que las piezas y los caminos estaban llenos de gentes.

No me es fácil imaginar la vida que tuvo que existir de 1918 a 1960 que es lo que me han contado, pero que no es fácil imaginarse, y menos cuando tan sólo nos han dado unas borrosas pinceladas. Los de mi generación hemos oído nombres y hazañas. Pero siempre como pinceladas aisladas, y casi sin cohesión. Recuerdo los nombres de Montoya, el herrero, el  Romero, el Guillermo, el Chicacho, el Felipon, el Undo, el Mónico... Pero siempre la misma historia y sin referencia alguna...

Está claro que es la vida, y a las generaciones venideras os pasará lo mismo con un montón de nombres que yo les pongo cara, y que los he conocido de primera mano. Nazarenos, cada uno con sus pecualiridades.

Aunque no es sencillo, voy a hacer un escueto recorrido por las casas de Nazar, recordándo a los que nos han dejado y un día vivieron con nosotros. Está claro que no me voy a meter en grandes berengenales, y que son apreciaciones personales, que tal vez no tengan nada que ver con la realidad. Ya se sabe que cada uno vemos la realidad de una manera diferente, por lo que lo que voy a contar en este apartado es lo que yo he percibido y sentido. Muchas veces, cuando no tenía más de cinco años, por lo que si a alguno le parece lo contrario o le molesta lo que voy a poner en este interesante apartado pido perdón por adelantado. Pero eso si, os diré que intentaré no molestar a nadie... Pero que también por otro lado quiero expresar lo que yo particularmente he percibido. Ya lo sé que es un asunto bastante arriesgado, pero el riesgo nunca ha sido obstáculo para no comenzar una actividad.

Por lo tanto repito, tan solo haré un breve recorrido y recordatorio de las personas que he conocido de Nazar, y que ya nos han abandonado. Aunque ya os adelanto, que tal vez algunas de las descripciones no tengan nada que ver con la realidad, ya que muchas no son más que el recuerdo que queda en un muchacho que no tenía más de cinco años. Y otra cosa importante, si por casualidad me olvido de alguién que sin duda alguna será así, también pido perdón por adelantado, ya que si algo tiene este blog o por lo menos cuando lo escribo yo, es la improvisación, ya que tengo por costumbre ponerme delante del ordenador y teclear conforme van surgiendo las ideas... También os adelanto que para que me salga un poco más natural voy a poner los artículos a las personas, que es como realmente las reconozco y seguramente a vosotros también os ocurre lo mismo.

Comenzaré por la primera casa del barrio de abajo. La casa de Atxa. En esa casa conocí a la Madre del Pedro, la señora Gregoria, que como la gran parte de las mujeres no era de Nazar, pero que también como la mayoría de ellas se acoplaron muy bien al pueblo y a las costumbres. Una mujer pequeña de estatura, vestida de negro. La recuerdo enseñando a andar a Bego y Jabi; y unos años después sentada en la cocina de casa, en una silla pequeña. En aquellos años, estábamos bastante en su casa, y en el frontón que está enfrente de su casa, y nunca nos riñó, ni nos regañó, ni tampoco a sus nietos.  Al Pedro todos lo hemos conocido.

En la siguiente casa, vivió Mauricio, parece que se casó, pero la mujer parece que no vivió mucho con él. Lo recuerdo como un hombre delgado. Chistoso y que con los niños se llevaba de maravilla. Tan sólo lo recuerdo enfadado con nosotros un día de los Santos Inocentes que le intentamos gastar una broma. No le sentó muy bien. Lo recuerdo jugando al mus en la taberna. Más de una vez los niños visitamos su casa oscura. La casa está hoy derrumbada, no queda más que el solar. La pieza que está junto al cementerio era de él, la que tiene una serie de moreras que en unos años eran muy visitadas por los niños y niñas del pueblo. En el pueblo ha quedado el dicho vas a acabar en la pieza del Mauricio, refiriéndonos al camposanto. Pronto vas a ir a criar malvas a la pieza del Mauricio.

Gerardo Luzuriaga