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06/01/2014

Víspera de Loreto

DSCN7811.JPGVíspera de Loreto, 9 de diciembre de 2013, día nublado, la niebla ha invadido el valle, el pueblo, las calles, las casas, los árboles... hasta las personas parecemos perdernos entre la niebla.

 

El frío de la mañana penetra la carne para llegar hasta los huesos.

La campanilla de Loreto anuncia que son las 9 de la mañana y es hora de acudir a la novena, los pocos vecinos que están en el pueblo acuden a la ermita.

Retiro la ceniza del día anterior, preparo las abarras y las "estillas" para el fuego, abro la ventana de la cocina y espero a oír la bocina del panadero. Aprovecho la espera para leer un artículo sobre la Feria del Libro y Disco de Durango del periódico del día anterior. A los 10 minutos me quedo helado, el frío sobre todo lo noto en la espalda y las rodillas, decido encender el fuego y acercarme a él, mientras sigo leyendo alguna otra noticia que no le había dado importancia anteriormente.

Se oye la bocina de la panadera (al pueblo llegan dos panaderos), a los tres minutos oigo la furgoneta del panadero, de dos zancadas bajo a la plaza, tan solo tres vecinos hemos salido en busca de pan, supongo que no hayan salido muchos más a la panadera.

 

 

Día helado y frio. Preparo el desayuno y le doy el primer vistazo al Gara (también hasta aquí llega este periódico). Enciendo la calefacción central meda hora antes de levantar a mi madre. Son las 11:30, la niebla todavía sigue entre nosotros. No se ve más allá de tres metros.

Cambio, limpio y levanto a mi madre. Preparo el desayuno y se lo doy. El frío y la humedad de la calle se aprecia y se siente a través de los cristales de la ventana de la cocina.

Paso las siguientes horas entre preparando la comida, leyendo el Gara, el último libro de Arretxe y mirando de vez en cuando por la ventana, alternando momentos de somnolencia entre el bor-bor de los pucheros que van haciendo la comida encima de la chapa de la cocina. La niebla ya no es tan densa, poco a poco va levantando la mañana y deja a la vista parte del pueblo.

La ventana es una muy buena atalaya, a pesar de que los calles del pueblo no se ve nadie, porque nadie anda,  a excepción de los vecinos Gloria y Manolo que van de un lugar para otro.

Es víspera de Loreto pero el pueblo permanece en silencio y paz, ni los ladridos de los perros interrumpen la tranquilidad de un día de invierno.

Sin darnos cuenta son las tres, hora de comer. Enciendo la televisión para oír el telediario (en nuestra casa por lo menos no se sintoniza la euskal telebista). Paso el pure, le doy de comer a mi madre, como y sigo con el libro de Arretxe, me ha enganchado y me lleva a pasar el día entretenido entre las calles bilbaínas, especialmente por las calles de las Cortes.

Son las 5 de la tarde, hora de la siesta de mi madre, aunque pasa todo el día adormecida la meto en la cama dos-tres horas para que cambie de postura, y para cambiarle el pañal, pues bien esté sentada o tumbada no es capaz de mover ni un sólo músculo.

Víspera de Loreto, día nublado y frio, pero a estas horas la niebla se ha ido por fin, y ahora tampoco hace excesivo frío, tampoco llueve. Me acerco a la hoguera de la ermita que ya ha sido encendida hace unas tres-cuatro horas, van llegando los hombres y las mujeres, en ese orden. Comienza el acto religioso sin sacerdote alguno, la mayoría entra a la ermita, siguiendo la tradición (que en el pueblo para alguna cosa somos muy de tradiciones) primero las mujeres y después los hombres. La novena dura unos 20 minutos, también siguiendo la tradición son los hombres los que primero salen, seguidos de las mujeres.

A la hoguera acude todo el pueblo, nos juntamos todo el pueblo alrededor de la hoguera para hablar de mil cosas. Primero en un corro general, para ir creándose poco a poco corrillos, la mayoría, especialmente los que no estamos de habitual en el pueblo vamos de corro en corro tomando parte en el asunto de turno y saludando a todos.

El alcalde va poniendo las parrillas de txistorra y panceta en la hoguera, también las patatas asadas. Hay comida y vino en abundancia.

Oscurece, se echa la noche, no hay prisa (el único que tengo prisa soy yo para levantar a mi madre), el tiempo aunque frío se ha portado, no llueve, y alrededor de las ascuas se está de maravilla. Surge alguna que otra polémica, especialmente en el corrillo de los jóvenes... Un día memorable, víspera de Loreto, ambiente especial.

 

 

Gerardo Luzuriaga

 

04/01/2014

Babajana - Cacerolada de habas

habas.jpgAño tras año Alfontso Morras nos cocina unas habas que no tienen nada que envidiar a cualquier plato de los grandes cocineros vascos del momento.

Este año además era preciso que pusiese buena cantidad, pues tras la hazaña de la subida a Kostalera, estábamos dispuestos a acabar con todo.

Como de costumbre no lo conseguimos, pues una cosa es acabar con las habas y otra bastante distinta dar con todos los condimentos, y sacramentos (costillas, chorizo, jamón, tocino).

Este año las habas no eran de Nazar, las ha traido de a saber de dónde, "baba txikiak" dice él, pero a nosotros las que nos van (por lo menos a unos cuántos, que esto de dar la opinión por muchos, siempre se complica) nos gustan más las de Nazar y no solo porque sean de Nazar.

Bueno el caso es que las habas y los sacramentos han estado más que en su punto, también la Codés ha tenido su ración, que le hemos subido, que me imagino que también las habrá saboreado.

Sin duda en la fotografía no se aprecia la cantidad y la dimensión de la cazuela "lapikoa", daros cuenta que casi es tan grande como la mesa, una mesa de bar para cuatro personas, con eso está todo dicho.

El cocinero también nos ha sorprendido con un vino elaborado por el mismo con uva de las cepas de KOROKO, que aunque todavía tiene que estar algo más en la cuba se ve que va a ser un caldo de una gran calidad.

Koroko tiene pinta de ser una palabra vasca, aunque ya sabemos que en esto de las palabras cada uno llevamos el agua a nuestro molino. Korkox: bizkarrean konkorra duena, es decir el que tiene una chepa en la espalda, es decir un levantamiento en la tierra, especie de montículo... y koroko cumple con esta condición... Ya sabemos la evolución que han tenido las palabras vascas en la zona castellanizada... Hoy por ejemplo, los nazarenos y nazarenas oímos valderrota y nos parece la palabra castellana más normal, más vale que todavía en esa zona se conserva un molino viejo, valderrota : valle del molino...  

03/01/2014

KOSTALERA

taldea.jpgkostalera.jpgjon.jpgEste 31 de diciembre un grupo de nazarenas y nazarenos nos hemos decidido a subir a Kostalera, no estaría mal que se convierta en costumbre.

He aquí alguna de las fotografías. Falta el fotógrafo Peio, pero ya aparecerá en el siguiente mensaje.

 

 

 

30/12/2013

Laura Mintegi - Estella

Sigo con el recorrido de los académicos de la lengua vasca de Tierra Estella. Cómo bien sabéis he mencionado a Felipe de Murieta, y a Faustino de Cerio (Bargota). 

La tercera la conocemos casi todos, es la estellica Laura Mintegi Lakarra, nombrada académica el año de 2006.

laura1.jpg

Nació en Estella, de familia muy conocida, especialmente su tío José María Lakarra. Laura nace el 26 de octubre de 1955, siendo bebé se traslada su familia a Venezuela, para volver a los pocos años a Bilbao, donde vive su juventud.

El año de 1973 se traslada a Algorta.

Laura es y se siente Estellica, su familia es de Estella, todos los veranos acudía a su ciudad, donde pasaba largas temporadas. Se conoce a las mil maravillas todos los rincones de la ciudad, desde los edificios religiosos y civiles a las tabernas, discotecas, los montes de los alrededores… Todavía hoy mantiene su cuadrilla de Estella.

laura.jpg

 

Sin duda sigue enamorada de los edificios, calles y personas de Estella y su merindad. Me ha confesado que tiene una gran pena y es no haber conservado, o no haber podido conseguir el acento de las y los estellicas, ese acento tan peculiar que es bastante distinto al del resto de la merindad.

En todo no se puede ser perfecto, en el resto es tan Estellica como el resto o más…

estella.jpg

Este no es el lugar de loar su biografía científica, además de que al ser tan extensa no haría más que repetir lo que aparece en todos los lugares y aburrir a los lectores de este blog. Todos conocemos sus novelas, sus libros científicos y sus andadura universitaria (profesora de la Universidad del País Vasco) y política (portavoz en el Parlamento Vasco de Euskal Herria Bildu)…

 

se.jpg

Acabo resaltando que es Académcia de la Lengua Vasca, a pesar de ser euskaldunberri como lo fueron Felipe de Murieta y Faustino de Zerio, comenzó los estudios de euskera a los 17 años, a partir de ese año ha trabajado lo indecible por que el euskera sea la lengua de este país.  

Vídeo de Laura explicando algunos de los principales lugares de Estella.  http://www.eitb.com/es/videos/detalle/1707538/video-palacio-real-estella-presentado-laura-mintegi/

G. L.

29/12/2013

Nazar

 

 
 

 
Las páginas de este itinerario semanal por Tierra Estella llegan hoy a uno de sus municipios más pequeños y acercan al lector a la villa de Nazar de la mano de uno de sus 50 habitantes. Superviviente de una generación que se crió en el pueblo pero eligió para vivir otros lugares, Pedro Bujanda Cirauqui tiene claro que éste es el suyo. Los porqués, a lo largo de un paseo de algo más de 700 metros de altitud y bajo el cielo azul de una fría pero soleada mañana de diciembre a la que pone marco un horizonte de montes nevados. Elige como punto de partida un enclave a un par de kilómetros del casco urbano.

RECUERDOS DEL DESPOBLADO

A pie de carretera arranca un breve paseo hasta alcanzar las ruinas del despoblado de Desiñana, habitado hasta 1640. De la leyenda de la mujer que sobrevivió a una epidemia y se quedó sola en todo el poblado a una historia de litigios con la vecina Asarta, Desiñana se vincula definitivamente a Nazar desde que, después de varios juicios en el siglo XIX, gana la batalla judicial y se agrega todo el término del despoblado.

Los muros que aún quedan hoy en pie son los de la iglesia del siglo XVI, llamada popularmente la ermita, como explica el guía de un recorrido al que se asoman también los recuerdos infantiles. "Venir a Desiñana me da una gran sensación de tranquilidad, me mueve por dentro porque por aquí solía pasear", señala de regreso a la carretera para seguir camino, ahora sí, hacia el mismo pueblo de Nazar.

EL MIRADOR DE LA IGLESIA

Con no más de una treintena de personas viviendo de forma fija en invierno, los picos más altos de población se dan en agosto, cuando se puede llegar a 300. Y esas cifras que desgrana Pedro Bujanda se perciben al llegar a un casco urbano cuyas casas, bien conservadas, hablan de ese regreso en los periodos vacacionales que lleva de nuevo niños a un pueblo en el que, durante el curso, solo tres de sus vecinos tienen menos de 18 años.

La siguiente parada conduce hasta la parroquia de San Pedro Apóstol. Desde el exterior, cualquiera de sus vistas merece la pena. Con la iglesia a la espalda y la sierra a la derecha, Pedro Bujanda mira hacia el pico El cogote redondo, a 1.380 metros de altitud, y a la peña La Concepción. Pero si la vista se orienta al frente, abarca Mirafuentes, Otiñano, el caserío de Cábrega, Mues, San Gregorio Ostiense en Sorlada y la torre de la iglesia de Piedramillera, entre otras referencias del entorno. "Se confunde con las nubes, pero desde este mirador pueden abarcarse también algunos días los Pirineos y el Moncayo", explica.

Nazar es lugar de viento, y, desprotegidos del aire, continúa la ruta por el pueblo que tiene también en su término la peña Costalera, uno de los referentes de la zona a 1.234 metros de altitud. Cita de montañeros, da su nombre a la sociedad, el centro de la vida vecinal en estos meses de invierno.

HACIA EL CAMPO DE FÚTBOL

Hay más en lo que a paisaje se refiere en esa Berrueza a la que Pedro Bujanda alude como una de las grandes desconocidas de Navarra. "Nazar dejó de tener equipo de fútbol en los 80 y ahora, desde hace unos años, se hace en verano un campeonato interpueblos de toda la Berrueza. Y siempre, máxima rivalidad con Asarta", señala. Ya en ese campo de fútbol testigo de esos encuentros entre vecinos y amigos, de nuevo un paisaje que vale una parada. Pedro Bujanda señala las ocho encinas que rodean el campo de hierba natural antes de asomarse a los Pinotes. "De pequeños también veníamos mucho aquí, en estas rocas recreábamos muchos juegos", cuenta desde otro de esos miradores naturales que divisan a lo lejos los barrios de Nazar, del Cuarterón al de Arriba y el de Abajo.

AL LAVADERO Y LA FUENTE

Otra vez en el centro del pueblo, en la pequeña plaza eje de la actividad en fiestas bajo cuyo sauce se coloca el escenario de las verbenas. Y, más arriba, uno de sus referentes, la ermita de Nuestra Señora Loreto y un recuerdo en su entrada al incendio del monte que llegó a las puertas del pueblo en septiembre de 1994. Nazar le agradece a la Virgen todo el favor recibido entonces y cuida con mimo su espacio a través de una cofradía formada por unas 150 personas. "Los niños de Nazar veníamos con nuestros mayores a tocar la campana, subíamos a hacerlo, y quienes la oían tenían que rezar una Salve. Casi todos los que hemos crecido aquí tenemos ese recuerdo", señala.

Nazar se despide con el sonido del agua. Es el lugar elegido por Pedro Bujanda para poner el broche a su ruta. Allí, junto a la fuente y el lavadero, en un conjunto que luce también la restauración de unos años atrás, se siente en casa. "Como que pertenezco a esto y que es el lugar donde me gustaría quedarme", dice.