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18/12/2012

Azuelo: Belén

 Bueno, voy a ir al grano antes de que de nuevo me enrolle y hable de todo menos de lo que quiero. En otro momento seguiré con la descripción de este entrañable pueblo, donde vivieron mis abuelos, mi madre, mis tíos y muchos de mis primos.

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Ahora en estas fechas navideñas el que tenga ganas tiene la oportunidad de ver un belén especial en un Monasterio singular. Belén en el que se puede ver a un pueblo tal como fue Azuelo, con carnecería, carpintería...

 

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También podéis visitar la casa de "la Conrada", verdadero museo etnográfico de lo que fue una casa del pueblo hace unos años...

 

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Gerardo Luzuriaga

17/12/2012

Azuelo (I)

Hoy voy a loar las maravillas de un pueblo pequeño, Azuelo.  Tal vez muchos de los que leéis este blog no conozcáis este bonito y encantardor pueblo navarro a unos cinco kilómetros de Otiñano, que está al otro lado del valle de La Berrueza. Ubicado en un lugar privilegiado con unos paisajes inigualables, bajo las grandes peñas de la Sierra de Codés y al lado de las dos rocas encantadas de las Dos Hermanas.

Pueblo pequeño, cada año un poco más. En los inviernos no llegarán a los 30 vecinos, he dicho treinta, no no llegan a las 30 personas las que viven en el pueblo. También a Azuelo le ha ocurrido lo mismo que al resto de pueblos de la zona. La industrialización hizo que los labradores dejasen los arados y bravanes y se fuesen a las fábricas y construcciones de la ciudad. Entre ellos mis tres tíos, Ireneo, Eugenio y Jesús, con todas sus familias.

Quién ha visto estos pueblos y quien los ve ahora. Donde todas las casas, todas estaban habitadas y en cada casa había de media unas 12 personas. Eran casas bien pobladas. Abuielos, tíos y tías solteras, padres y hermanos y hermanas. Lo dicho de media unas 12 personas. !Qué tiempos aquellos¡

En cada casa casi había más habitantes que hoy entre todas las casas del pueblo. Igualmente las calles estaban llenas de vida, la escuela llena de niños y niñas con la Paca de maestra, en la iglesia se llenaban todos los bancos. Conocí dos bares, una tienda, las salinas en marcha, rebaños de ovejas y cabras,  los pajares llenos de paja por muy a las afueras que estuviesen.

Azuelo, un pueblo más de esta Navarra Media, que le ha tocado sufrir tanto durante la historia, no en vano ha sido frontera durante siglos con las tierras castellanas. Y a pesar de que son pocos los kilómetros que les separa de los pueblos de La Berrueza y de Kanpezo tienen peculiaridades diversas tanto en la forma de hablar y en los términos que usan como en las costumbres. Conozco, mejor dicho conocí de cerca Azuelo, mi madre es de allí. Y yo mismo viví unos tres meses cuando tenía unos siete años. Tengo recuerdos precisos y preciosos de aquella época, aunque la escuela con la Paca no eran fáciles, y tampoco con el cura, aunque no recuerdo quién era en esos momentos, a pesar de que mi abuelo y mi tío eran los sacristanes, no teníamos al cura ni Santiago ni yo de nuestra parte, y era más que normal que nos arrease algún que otro castigo y algún que otro tortazo.

A pesar de la cercanía entre Nazar  y Azuelo, dos pueblos que vivían las mismas miserias, pero a mí me parecían pueblos de costumbres diferentes, y si que es verdad que los terrenos de labranza, hasta los animales me parecían diferentes los de un pueblo y los del otro. Recuerdo los caballos del tío Jesús, la burra del tío Ireneo, las cabras de mis tios y me parecían diferentes a los de Nazar. !Y que decir de la tienda de la Catalina, de la Iglesia, con los retablos más cercanos, el lavadero, hasta el agua y el ruido de la fuente me parecía distinto¡ El frontón, el cual era y es la pared de una casa, con la ventada tapada con una red de alambre. Hasta las personas especiales, raras o trastornadas eran completamente diferentes, las de Azuelo me daban miedo las de Nazar me parecían cercanas y afables. Recuerdo a Jesús el tonto, que se paseaba por los alrededores  del frontón, hombre delgado con pantalones con petachos.

G. L.

Juegos en La Berrueza: Pelota

Acabo la serie de juegos con el fútbol y la pelota. Ahora no hago más que un resumen de lo que serán dos mensajes bastante más extensos, que intentaré escribirlos esta misma semana.

Fútbol. Aunque en Nazar surgió un equipo a finales del siglo XIX, principios del siglo XX con nombre euskaldun AMAIKA BAT (si sin h, ya que hamaika ahora se escribe así), en Nazar nunca ha sido el deporte más seguido, todavía ahora a pesar de las hazañas realizadas año tras año por el Osasuna, tampoco es el deporte que más adictos tiene. En Nazar, como en muchos de los pueblos sigue siendo la pelota el deporte que más entusiasmo lleva, y sobre el que más se comenta.

El juego de pelota. Al frontón se le ha denominado el juego de pelota, lo de frontón parece que ha sido de los de nuestra edad, los anteriores le denominaban juego de pelota.  

¡Cuántos grandes y buenos ratos hemos vivido en el juegopelota! Casi todas las generaciones que hoy componemos la gente del pueblo hemos vivido momentos inolvidables, unos practicándolo y otros presenciándolo. Me imagino a todo el pueblo viendo los partidos de pelota el domingo después de misa. El frontón de Nazar, tenía y tiene unas gradas para ello. La raya desde donde se hacía el saque y era preciso que la pelota saliese para que fuese buena siempre se ha denominado eskas (falta).Las pelotas las elaboraban ellos mismos, el principio era una bola redonda de madera de encino, luego tripas de gato (gomas) y luego trapos y lana…

 

 

 

06/12/2012

Juegos en La Berrueza: Carburo

El carburo y la pólvora eran dos productos habituales en todas las casas. El primero como combustible y el segundo para elaborar los cartuchos artesanales. Los cartuchos se hacían en casa. Hace unas semanas estuve viendo un castillo-palacio en un pueblo de Alava, donde se usaron los pergaminos de los siglos XII al XVI como última tapa de los cartuchos.

En Nazar por lo que parece eran bastante adelantados en esto de manipular los explosivos desde una edad muy corta. Seguro que tuvieron más de un percance, aunque el intelocutor de estos juegos no me lo hizo saber en ningún momento; pero tal vez porque ese riesgo entraba dentro del juego. 

La explosión. Los tiempos han cambiado nadie se imagina las casas y las calles sin luz, pero así era la vida hace 100 años en el pueblo. En todas las casas se compraba y se guardaba carburo en bolas para combustible para los candiles. Los niños robábamos trozos pequeños, los cuales los metíamos en un bote lleno de tierra y agua, al bote se le hacía un agujero pequeño, se cebaba, y a los pocos segundos a consecuencia de la combustión tenía lugar una gran explosión, con lo que el bote a causa de la explosión era lanzado a unos cuantos metros de altura con el consiguiente estruendo y griterío.

Por mi parte sobre este tema ya no me queda más que el siguiente en el que hablaré del juego de pelota y el fútbol.

Gerardo Luzuriaga

 

04/12/2012

Juegos de La Berrueza: bimbili-bamba

Estoy llegando al final. Ya he visto que han sido acogidos con bastantes entradas.  Ya sé que existe un gran vacío, por varias causas, la primera porque el que me contó todos estos juegos era hombre y un hombre que vivió una época completamente distinta a la de ahora, donde los hombres mandaban y eran los únicos visibles en el pueblo. La segunda porque el que los recogíó, yo mismo, también soy hombre con lo que tampoco se me ocurrió preguntar excesivamente sobre los juegos de las niñas. Y tercero, porque los últimos folios donde había copiado lo que me contó nuestro padre, los perdí, y no me han llegado más que hasta aquí, aunque tampoco creo que fuesen muchos más.

Bueno lo dicho os invito a que contéis los juegos que aquí faltan o que completéis los que he recogido en estos mensajes.

 

Los inviernos en Nazar eran interminables, muchos de los juegos se llevaban a cabo en las cuadras y en los pajares, en la mayoría de las casas los padres nos instalaban las “bimbili-bamba”. En una madera a una altura apropiada y en un lugar bastante espacioso se ataba una soga por dos puntos, con lo que los niños y niñas teníamos ya creado un culumpio. Para apoyar el culo solíamos poner un saco vacío, y ahí pasábamos las tardes columpiándonos de un lugar para otro, intentando lo imposible. Era bastante normal que alguno o alguna de las más hábiles pegase con los pies en el techo. Era uno de los juegos preferidos de los niños, pues aparte de poder ver de vez en cuando los culeros de las niñas, eran muchas las veces que montábamos un niño y una niña juntos en el columpio uno encima del otro…

Uno de los juegos, o las tradiciones que no entendí muy bien, y que en su día no le di importancia alguna; pero que ahora al releer los apuntes me he arrepentido de no haber indagado algo más. Por lo tanto esto lo diré muy por encima y con todas los interrogantes que os podáis imaginar. Parece que cuando los chavales pasaban a mozos (momento que debía ser importantísimo), que por lo que creí oirle al carbonero sería hacía los quince años. Los que ese año cumplían esa edad tomaban el pueblo, y se pasaban el día persiguiendo y apaleando a los más jóvenes (me suena un poco raro); pero creo que así me lo contó. Y aparte de esto era un día de terror para los niños, a veces hasta el monte los seguían… Lo dicho, en su día no hice caso a estos párrafos y hoy lo tengo todo borroso como si en cierto modo me lo haya inventado, estaría bien contrastar esto con los mayores del pueblo…

Tal vez uno de los juegos más locales sea el cachupín. Nazar ha sido conocido como el pueblo de los garbanzos, por lo que  en la época en que nuestro padre el carbonero era joven se sembraban muchas y muchas robadas de garbanzos, con la paja de los garbanzos  se hacían grandes hogueras, alrededor de las que bailaban al anochecer los chicos y chicas todos juntos agarrados de la mano, el primero que iba en la fila llevaba el “cachupín”, un palo encendido con el que simulaba comos si les fuese a quemar al resto de chicos y chicas, con lo que el resto retrocedía a la vez que se armaba un gran vocerío.

Gerardo Luzuriaga