04/12/2012
Juegos de La Berrueza: bimbili-bamba
Estoy llegando al final. Ya he visto que han sido acogidos con bastantes entradas. Ya sé que existe un gran vacío, por varias causas, la primera porque el que me contó todos estos juegos era hombre y un hombre que vivió una época completamente distinta a la de ahora, donde los hombres mandaban y eran los únicos visibles en el pueblo. La segunda porque el que los recogíó, yo mismo, también soy hombre con lo que tampoco se me ocurrió preguntar excesivamente sobre los juegos de las niñas. Y tercero, porque los últimos folios donde había copiado lo que me contó nuestro padre, los perdí, y no me han llegado más que hasta aquí, aunque tampoco creo que fuesen muchos más.
Bueno lo dicho os invito a que contéis los juegos que aquí faltan o que completéis los que he recogido en estos mensajes.
Los inviernos en Nazar eran interminables, muchos de los juegos se llevaban a cabo en las cuadras y en los pajares, en la mayoría de las casas los padres nos instalaban las “bimbili-bamba”. En una madera a una altura apropiada y en un lugar bastante espacioso se ataba una soga por dos puntos, con lo que los niños y niñas teníamos ya creado un culumpio. Para apoyar el culo solíamos poner un saco vacío, y ahí pasábamos las tardes columpiándonos de un lugar para otro, intentando lo imposible. Era bastante normal que alguno o alguna de las más hábiles pegase con los pies en el techo. Era uno de los juegos preferidos de los niños, pues aparte de poder ver de vez en cuando los culeros de las niñas, eran muchas las veces que montábamos un niño y una niña juntos en el columpio uno encima del otro…
Uno de los juegos, o las tradiciones que no entendí muy bien, y que en su día no le di importancia alguna; pero que ahora al releer los apuntes me he arrepentido de no haber indagado algo más. Por lo tanto esto lo diré muy por encima y con todas los interrogantes que os podáis imaginar. Parece que cuando los chavales pasaban a mozos (momento que debía ser importantísimo), que por lo que creí oirle al carbonero sería hacía los quince años. Los que ese año cumplían esa edad tomaban el pueblo, y se pasaban el día persiguiendo y apaleando a los más jóvenes (me suena un poco raro); pero creo que así me lo contó. Y aparte de esto era un día de terror para los niños, a veces hasta el monte los seguían… Lo dicho, en su día no hice caso a estos párrafos y hoy lo tengo todo borroso como si en cierto modo me lo haya inventado, estaría bien contrastar esto con los mayores del pueblo…
Tal vez uno de los juegos más locales sea el cachupín. Nazar ha sido conocido como el pueblo de los garbanzos, por lo que en la época en que nuestro padre el carbonero era joven se sembraban muchas y muchas robadas de garbanzos, con la paja de los garbanzos se hacían grandes hogueras, alrededor de las que bailaban al anochecer los chicos y chicas todos juntos agarrados de la mano, el primero que iba en la fila llevaba el “cachupín”, un palo encendido con el que simulaba comos si les fuese a quemar al resto de chicos y chicas, con lo que el resto retrocedía a la vez que se armaba un gran vocerío.
Gerardo Luzuriaga
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01/12/2012
Berrotzako egutegia / Calendario de La Berrueza
Hona hemen egutegiaren hilabete bat, maiatza, argazkia Nerearena, ona.Zergatik ez dira jarri hilabeteak eta asteko egunak ere euskaraz? ziur aski bururatu ez zaielako...
He aquí una muestra del calendario, el mes de mayo de la nazarena Nerea. Aunque tampoco hubiese estado mal que el nombre del mes y los días de la semana también hubiesen estado en euskera.
21:31 | Permalink | Comentarios (4)
Juegos en La Berrueza: La calva
Por lo que me cuenta el carbonero este juego de la calva era un juego muy popular, al que acudía todo el pueblo con los niños y niñas los domingos después de Misa. Normalmente no tomaban parte más que los casados del pueblo. En la era de Cuenca (que de paso no sé cual era, y seguro que en su día se lo pregunté, pero que ahora se me ha olvidado) era donde se celebraba este juego. ¿Tal vez sería la era que compró el Angelito?, y en la que ahora hay una casa preciosa que le han puesto el nombre de almacén, porque así le denominaba el Angelito y los vecinos del pueblo al pabellón que hizo para guardar el tractor y otros aperos de labranza. Espero que alguien aclare cual era la era de Cuenca).
En la era de Cuenca (un vecino del pueblo, que vivía en la casa donde vive ahora el José Ibarrola, y que vendió la casa y las tierras de labranza y se fue con su familia a Gipuzkoa) se elegía un mojón, una piedra que se clavaba en el suelo. Los participantes elegían sus piedras las que lanzaban desde una distancia de 30 metros, el que golpeaba el mojón conseguía 16 puntos, si nadie lograba tocar el mojón, al que más cerca se quedaba se le concedían 8 puntos.
El hinque, juego que ha llegado hasta nuestros días, por lo menos cuando yo era niño en el pueblo. Se elegía un lugar bastante húmedo, normalmente alguna zona de hierba o alguna era donde se había formado algún charco de agua, y que mantenía la tierra blanda.Este juego era uno de los preferidos por la chavalería, cada niño se elaboraba su hinque con gran esmero. Para hinque se usaba un palo de madera acabado en punta, la punta se hacía con un hacha pequeña. Cada uno podía elegir la madera que más le gustase, cada uno se afanaba en tener el mejor hinque, los había de chopo (los menos cotizados), de encino, boj. Lo único que se controlaba era el tamaño del hinque. Había algun jugador que los conseguía curvados con lo que las posibilidades de derribar a los contrincantes era superior. El juego consistía en clavar el palo en la tierra. El primer jugador clavaba el hinque en el lugar elegido, el resto de jugadores tenía que clavar también su hinque en la tierra a la vez que intentaba desclavar el de algún compañero que había tirado anteriormente. Por lo que la técnica era muy importante aparte de clavar su palo el juego consistía en tirar al suelo alguno de los anteriores. Por lo que la fuerza tenía una gran importancia. Para ganar era necesario clavar el tuyo y tirar el del compañero. El ganador tenía opción de lanzar el hinque de su contrario bien "a fuerzas" con la mano, bien a bajo brazo, bien con el pie derecho o bien con el izquierdo. Si se hacía mediante la primera modalidad, es decir como normalmente se tira cualquier objeto, antes de que el perdedor fuese a por su hinque, y volviese al lugar de juego, el ganador debía clavar el hinque 32 veces seguidas, sin que se cayese al suelo. Si por el contrario, se había lanzado a bajo brazo , solamente serían 16 veces las que se debían clavar, si se tiraba con la pierna derecha eran 8 veces, y si se hacía con la zurda las veces era 4.
Igualmente existía otra modalidad de jugar al hinque que también perduró hasta nuestros tiempos de jóvenes. Se jugaba en un trozo de tierra, en el que se clavaba un objeto punzante, normalmente un palo bastante más pequeño que en el juego anterior. El jugo consistía en ir clavando el hinque en el terreno de los contrarios. Allá donde se clavaba el hinque se hacía una raya de un extremo al otro del terreno, de manera que esa zona era conquistada para tí. El juego consistía en ir dejando al resto de jugadores sin terreno.
G. L.
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Funcionarios y la extra
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29/11/2012
Juegos de La Berrueza: hiloveo
El hiloveo es muy semejante al esconderite, al "escondite" como decimos por aquí. Se elegía un lugar concreto donde el que la pagaba contaba hasta 100, mientras el resto buscaba un escondite donde no fuese visto y también estuviese bastante estratégicamente colocado para poder salvarse, cuando al que le tocaba buscar al resto de participantes abandonase la base donde los jugadores podían salvarse si llegaban antes que él al lugar que se había elegido como base.
El corroncho de la patata, las niñas y niños se ponían en corro para agarrarse de las manos sin soltarse para dar vueltas y más vueltas de manera pausada cantando esta canción: Al corro de la patata, que comemos en ensalada, la que comen los señores, naranjitas y limones. Alupé, alupé, sentadita me quedé. Cuando se decía alupé, alupé todos se inclinaban y al final del juego todos acababan sentados en el suelo. Al principio se empezaba muy suave para ir aumentando el ritmo con lo que al final se acababa con un ritmo trepidante, de manera que cuando todavía no nos habíamos levantado ya nos teníamos que sentar de nuevo.
Peonza. De vez en cuando todavía se pone de moda este juego también llamado de la trompa. En el tiempo de mi padre eran ellos mismos los que se las fabricaban. No se necesitaba más que un trozo de madera con una punta de hierro o acero en el extremo sobre la que giraba y giraba la trompa.
Juego del Corroncho o aro. Uno de los juegos más divertidos y en el que participábamos la mayoría de los niños. El juego consistia en hacer rodar un aro de hierro que en Nazar le llamábamos corroncho, el cual lo sacábamos de cualquier utensilio que tuviese un aro de hierro. Aunque usábamos los aros de cualquier diámetro, los mejores y los más cotizados eran la base de unas calderas de zinc de un diametro de unos 40 centímetros. Pero lo dicho, cualquier aro de hierro era aprovechable. Muy corrientes eran las bases de los calderos, aunque eran de un tamaño bastante más pequeño. Mi padre recordaba haber corrido por las cuestas de Nazar con los aros de hierro de las viejas cubas de vino, que podrían ser bastante más altas que los que las manejaban.
Era precioso ver a la mocetería con sus corronchos por todos los lugares, caminos, cuestas arribas, ribazos, no había lugar que se resistiese...
El siguiente instrumento necesario para manejar el corroncho era el gancho, que normalmente se hacía con el asa de algún caldero viejo. Era todo un arte elaborar este gancho. En un extremo se retorcía el hierro de forma que se le daba forma de un cuadro abierto por un lado, el cual se introducía en el aro y se manejaba a las mil maravillas. También pasábamos el tiempo elaborando mangos de madera la mayor de las veces decorada con incisiones y figuras.
Era bonito ver a toda una gran cuadrilla por las calles del pueblo a toda la velocidad, y también por los lugares más insospechados nos introducíamos con este artilugio.
Gerardo Luzuriaga
08:31 | Permalink | Comentarios (3)