03/11/2017
Demokrazia
Ez dakit katalanek nola bukatuko duten, ez dakigu zer edo zer lortuko duten; baina bai badakigula Espainiako egoera politika kolokan jarriko dutela, eta hemendik aurrera ezer ez dela izango berdin.
Euskal Herrian bizi izan garen gehienok badakigu nola tratatu gaituzten eta zer tresnak erabili dituzten aurreko urte hauetan.
Espainiak demokrazia hitza erabiltzen du, baina demokrazia dagoela esan dezakegu? Zaila daukate hori baieztatzeko agintari instituzionalak baztertuta geratzen direnean, kartzela joateko arriskua daukatenean.
Denok dakigu borroka latza izango dela, eta partida luzea izango dela, euskaldunak edo Euskal Herrian bizi izan garenok urte askotan gehiegi jasan dugu. Ez dakigu katalanei zer gertatuko zaien, ez dakigu hau dena nola bukatuko den. Denborak esango digu.
Baina argi eta garbi geratu da zer nolako autonomia daukagun Espainiako herritarrak. Estatuak agindutakoa eginez gero, tira, denok pozik eta aurrera; baina ados ez gaudenean, autonomia pittin bat gehiago eskatuz gero Estatuak dena lotuta eta ondo lotuta daukala bistan dago.
KATALANEK gutzienez hori bistan utzi digute, argi eta garbi eta hori asko da. Euskal Herrian pairatu dugun guztia estalita geratu da, independentzia biolentziaren bitartez nahi baitzuen lortzen talde militar batek.
Bagenekien Estatuaren jarrera eta hitzak aitzakiak zirela. Bagenekien zeren menpe geunden, baina katalanei eskerrak eman behar diegu hain garbi Espainiako estrategia agerian uzteagatik.
Borroka latza izango da, luzea; baina biolentziarik gabe eta lotuta jarraituz gero... xake partida baten aurrean gaude.
Agerian geratu da zer nolako demokrazian bizi garen.
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02/11/2017
Pequeñeces (XX)
Un día el abuelo comenzó a toser, con una tos profunda y continua, había cogido la tosferina. Por la noche le subió la fiebre hasta casi 40 grados. Al día siguiente no se levantó de la cama. Me pareció ver a los padres preocupados por su salud. A eso de las seis de la mañana el hermano mayor salió a pie a avisar al médico, y aunque ninguno de los hermanos nos enteramos, pues para cuando se levantaron para ir a la escuela ya estaba de vuelta, algo extraño nos pareció percibir.
Mis hermanos se despertaron y se vistieron casi sin meter ruido, tanto que yo no me desperté hasta que ya estaban todos desayunando en la cocina. Nada más salir al pasillo mi madre me dio un beso y me ordenó volver de nuevo a la cama, pues todavía era muy temprano. Unas horas más tarde, cuando ya los rayos del sol iluminaban el pasillo, me pareció oír las voces de la madre de Pedro y de otras mujeres del pueblo. Allí estaban en la cocina tomando un tazón de café con leche, y charlando amigablemente. Desde la cocina se oía la respiración fuerte del abuelo. Después de desayunar, me acerqué a su habitación, le agarré la mano, y le di dos besos. Tenía los ojos relucientes, me echó una sonrisa y cerró los ojos por un instante.
De dos saltos me encontré en la calle. Oí los chillos de mi madre. Sin entenderle ni una sola palabra de lo que me decía, le contesté. Sí, sí mamá luego haré todo, a la hora de comer lo haré. Como un relámpago estaba ya con los amigos, me preguntaron por el abuelo. No te preocupes, ya verás cómo se cura, me comentaron. Serían las once de la mañana cuando vimos subir por la carretera del carbón la vespa del médico.
Hoy el abuelo ha dormido muy bien, oí a mi madre decirle a mi padre. Parece que evolucionaba bien. Estaba mucho más tranquilo y casi no tosía. Cuando me acerqué a la habitación estaba tumbado boca arriba, escabullido entre las sábanas y mantas bien alisadas y en orden. Me acerqué y le di dos besos, ni se inmutó, ni tampoco me devolvió la sonrisa de otros días.
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26/10/2017
Pequeñeces (19)
En otra ocasión, sería por los años 1950, en plena posguerra, momentos en que cualquier vaivén económico hacía que la familia se plantease dejar el pueblo, vender las pocas tierras de la familia y tomar el camino de la industrialización, cuando vendimos diez tetones, cerdos que se tenían durante un año engordando en las casas para luego venderlos a un buen precio. Convenimos la cantidad con el tratante. El trato se cerró sin complicaciones, nuestro padre estaba contento. Debíamos de bajar los cerdos a Mirafuentes, el pueblo de alado, desde donde saldría un camión con otros cerdos comprados en Otiñano y Mirafuentes. Y desde allí se llevarían a la plaza de Santiago de Estella, donde el tratante los vendería a bastante mejor precio que el que nos había pagado a nosotros. Aquella mañana todos los de casa se levantaron pronto, antes que amaneciese, los cerdos tenían que estar en Estella antes de las 8 de la mañana. Los dos hermanos mayores y nuestro padre los sacaron de la pocilga, los cerdos estaban limpísimos, su piel relucía, y no sin gran trabajo, con la ayuda de los dos hermanos pequeños penosamente atravesaron las calles del pueblo, padre delante, y el resto a los lados por detrás; no sin varias carreras de los cerdos que se iban para todos los sitios menos para donde debían, salieron del pueblo y tomaron el camino hacia Mirafuentes. Una vez llegado a este punto todo fue bastante más sencillo, los dos hermanos pequeños se volvieron a la cama.
No habíamos recorrido ni un kilómetro cuando un tetón (cerdo grande, también llamado primal) cayó desplomado en mitad del camino. No respiraba. Allí cayó muerto. Conocido por todos era que los cochos ya de unos años, no acostumbrados a salir mucho de sus pocilgas, a nada que hacían el menor esfuerzo, correr o agobiarse por cualquier circunstancia, especialmente los días de calor, era fácil que les diese un ataque al corazón. Pero no era este el caso, eran cerdos jóvenes, y todavía no había ni amanecido. No habían dado ni cincuenta pasos más cuando otro cerdo cayó seco. Al final llegamos a Mirafuentes con cuatro cerdos. ¡Menudo desastre! ¿Cuántos llegarían vivos a Estella?.
Pronto supimos la causa, el día anterior en vez de darles el pienso de todos los días, harina de maíz y cebada, mezclada con bastante “salvao”, les dimos harina, con la intención que en el mercado de Estella los cerdos de Nazar destacasen y estuviesen bien lucidos. El salvado es un alimento bastante más suave, elaborado con la cáscara de los cereales. El empacho junto al esfuerzo y el agobio al que fueron expuestos los cerdos fue la causa de su muerte.
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24/10/2017
Pequeñeces (18)
Los labradores, especialmente los que labraban y sembraban pocas tierras, porque pocas tierras tenían, estaban expuestos a cientos de contratiempos. Una tormenta, el granizo, la sequía, una mala cosecha hacía que el año se hiciese más largo de lo acostumbrado. No era una vida fácil. La simple pérdida de cualquier animal hacia que la paupérrima economía familiar se derrumbase. No existía lujo alguno, se vivía el día a día, pocos productos se compraban fuera, algo de pescado para cumplir con la vigilia de los viernes, algún bacalao seco para tenerlo colgado en el granero, para salir del paso cuando llegaba alguna visita, y las especias para la matanza son todos los alimentos que recuerdo que se comprasen en nuestra casa.
Muchas son las historias y las anécdotas de este tipo oídas a mis padres alrededor del fuego bajo de la cocina vieja, en las noches eternas del invierno, mientras nos asábamos por delante y las espaldas se nos quedaban heladas. La cocina vieja no tenía puerta, tan solo una manta vieja hacía de cortina.
Recuerdo como nuestro padre contaba el año en que perdimos toda la cosecha, pues al trigo, y por entonces casi todo se sembraba trigo, algo de cebada y algo de forraje para el consumo de los animales de casa, le entró “la niebla”, una enfermedad que hizo que las espigas no granasen, con lo que a la hora de trillar no se recogió ni simiente para el año siguiente. No existía seguro, con lo que tuvimos que empeñar lo poco que teníamos para subsistir.
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19/10/2017
Juanito
Hoy nos hemos amanecido con una triste noticia, JUANITO, Juan Castor Fernandez Andueza ha aparecido muerto en la cama. Una muerte dulce, pero al pueblo nos ha dejado entristecidos, aunque ya no era tan habitual verlo por el pueblo siempre hacía ilusión verlo.
Ha sido una muerte repentina. Se puede decir que casi otra casa más se cierra, pues su hermana que vive en Francia será difícil que visite la casa.
Juanito durante los años en que podía bajar con Pinedo era habitual, no dejaba ni un solo fin de semana de bajar al pueblo. Era su ilusión, tenía su ambiente y su vida. Seguro que estaba toda la semana esperando a que llegase el viernes.
Lo recordaremos por muchas cosas, yo aquí quiero destacar su fuerza física, a pesar de su pequeña estatura tenía una gran fuerza y era capaz de llevar a dos personas al hombro sin despeinarse.
Este mismo año le concedieron el Celedón de Oro en Gasteiz. Todo un honor, ¿quién iba a pensar que no iba a llevar tal honor durante todo el año?
Juanito hil egin zaigu. Doluminak familiari. Oso familia gutxi zeukan. Arreba bat eta hiloba bat, Parisen bizi direnak, gero bigarren lehengusuren bat eta kitto. Baina Nazarren zeukan bere etxea, eta bere familia. Nazar dagoeneko ez da izango berdina. Denok gara beharrezkoak, batez ere herri txiki batean. Juanitorekin hamaika kontu joan egin zaizkigu. Goian bego.
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