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10/05/2012

1512 (I)

Los navarreros están intentando hacer encajes de bolillos, con este 2012. Están haciendo todo lo posible por celebrar, commemorar el 500 aniversario de lo que ellos llaman la anexión a Castilla. Creo que por fin este año 2012 se les acabará atragantando. Por todos los rincones de Euskal Herria se están oyendo las voces críticas de aquella fatídica invasión. En gran cantidad de pueblos se están dando conferencias sobre este tema desde un punto de vista crítico y con una visión moderna de los acontecimientos.

Sin embargo, los navarristas siguen empecinados en su commemoración, otras veces dicen que a pesar de commemorar no fue un acontecimiento para festejar, para celebrar. Contradicciones que están llegando debido a la gran crítica que ha habido desde colectivos bien organizados y con razones de peso, como son las que están argumentando colectivos como Nabarralde o Nafarroa bizirik. Si no fuese por la pelmada, y los argumentos tan elaborados que están transmitiendo hasta vaquillas y cohetes tirarían ese día que no recuerda por otro lado más que a una fecha fatídica para los navarros y también para el Reino.

Conocido es que el territorio de los vascones se convirtió en Reino el siglo IX, y perduró en la zona sur hasta que Fernando el Católico en 1512 entra en Pamplona. La Baja Navarra resiste hasta 1620, que es cuando es integrada a Francia, aunque también conservar sus fueros y un sistema de autogobierno...

¿Alguno se ha parado a pensar qué es lo que pueden commemorar, si no es más que la invasión y el sufrimiento al que se vieron sometidos nuestros antepasados?.

Gerardo Luzuriaga

 

 

 

Zaborra

Nafarroako Berrotza haraneko herri batean (Lizarraldeko Nazarren) egun zabor hitza jarraitzen dugu erabiltzen. Zoritzarrez, haran horretan eta inguruetan euskara duela mende batzuk desagertu zen; baina, zorionez, oraindik euskal hitz batzuk badiraute, haien artean zabor hitza. Gaztelaniaren eraginaz, berriz, egun zaborrak ez du esan nahi “basura”, horretarako denok “basura” hitza erabiltzen baitugu.

Ikus dezagun esanahi garrantzitsuena: Txorien habiak izan daitezke arrautzatan, txorikumeetan, edo zaborretan. Habi hustuak, txorikumeak eduki ondoren, hutsik eta zikin daudenean zaborretan daudela esaten dugu, “en zaborra”. Kasu honetan agerian dago herri hauetako jatorrizko hizkuntza euskara izan dela, gaztelaniaren eraginaz zaborraren esanahia soilik jatorrizko konturako geratu bada ere, gauza berrietarako gaztelaniazko hitza erabiltzera behartu gaituzte.

Dena den, mezu hau ez dut idazten hori agerian uzteko, baizik eta urte hauetan zaborrari dagokionez emandako aldaketak aztertzeko. Helduak direnok, noizean behin atzera begiratzea ezinbestekoa da. Aipatutako haranean, duela urte gutxi arte ez genuen ia-ia zaborrik ekoizten. Gezurra irudi  arren, horrela zen. Familia bakoitzak simaurtegiko bazter batean botatzen genituen soberakinak, gutxi izateaz gain, hondar guztiak ongarri bihurtzeko gai ziren, non txakurrek, txerriek eta batez ere oiloek mokokatzen baitzuten. Garai horietan, soilik etxe bakanetako leku berezi batzuetan agertzen ziren piper pote solte batzuk, txirlen oskol batzuk edo laranjen azal batzuk.

Egun, aitzitik, herri hauetan ere edonon metatzen dira kartoizko kutxak, plastikozko poltsak, burdinazko poteak, edozein material suntsiezina edozein bazterretan pilatzen da…, Egun familia batek soilik egun batean sortzen duena garai hartako herriko urte osoan baino askoz ugariago denez, ezinbestekoa da horri erreparatzea, ohiturak aldatzea eta batik bat  gai honen gainean kontzientziatuz gero irtenbideak jorratzea. Inondik inora irtenbidea ez da erre ondoren partikulak eta gasa eguratsera botatzea, edo kamioien bitartez hondakinak bistatik kentzea… Atez atekoa irtenbide egokia da, ea lortzen dugun zero zabor leku guztietan zabaltzea.

Gerardo Luzuriaga

07/05/2012

Angelita

1966 (40).jpgOtra fotografía que está también al revés. Ya que no aparece lo que nosotros denominamos Joar. Las mozas que aparecen en la fotografía son Visi Lander, Blanca Rodriguez, Lourdes Ortigosa, Tere Rodriguez, Maribel Ibarrola, la siguiente no me atrevo a decir quién es, es fácil que sea la Codés, parece que tiene un cierto parecido a Dioana, pero no lo sé, la siguiente si que no tengo ni la menor idea. Angelita Ibarrola con ese vestido blanco, que se asemeja a un angel. Maria Jesús Lacalle, la pequeña del centro tampoco sé quien es, por ese tiempo y de esa edad podría sr Bego, pero no parece. La última está claro que es Encarna Montoya, también con un lazito a algo parecido en la cabeza.

G. L.

Morrocos. Semana Santa

Semanas Santas ya pasadas hace años en un pueblo de la Navarra Media.

Recuerdos más que borrosos, estos de unas semanas santas ya pasadas. Son ya historia; pero no por ello irreales por mucho que les cueste creer a las nuevas generaciones, y muchas veces  hasta a nosotros mismos, los protagonistas directos de aquellos momentos.

Vaya por delante, que como era normal, nadie encontraba en estos días algo peyorativo, triste o negativo, ni tampoco impositivo o macabro; sino que era lo habitual, lo que año tras años veías hacer, lo que los mayores habían hecho desde que tenían uso de razón, por tanto era admitido con pasividad y lo dicho, como algo normal.

También es preciso resaltar que desde los 9  a los 18 años, no viví la Semana Santa en el pueblo, en Nazar, sino que las pasé en el Colegio, y eso si que eran verdaderas semanas santas, ahí sí que el ambiente no era tan natural y se forzaba en exceso la búsqueda del pecado y la redención por parte de Jesucristo. De ahí cuando digo recuerdos algo borrosos. Aunque no quita para que no hayan quedado grabados en la memoria aquellos oficios eclesiásticos hasta que tuve los 9 años. Ya cuando pude volver al pueblo por Semana Santa con 19 años, y ya en la Universidad, había cambiado algo el pueblo, más porque se había quedado casi sin habitantes que por el cambio que habíamos podido dar los nazarenos.

 

Paso a describir aquellos años de la niñez, y no os creáis que es la visión de un niño, sino que era la pura realidad. El pueblo se sumía en un luto estricto, el ambiente mismo se empañaba en estas fechas de un silencio sepulcral y hasta el aire parecía contagiado por los oficios religiosos. Los días solían ser bastante apacibles, cosa que no suele ocurrir habitualmente, donde el sol salía pero sin calentar excesivamente, para acabando refrescando por las tardes, justo a eso de la hora de las procesiones.

Días de luto, donde reinaba el silencio y la tristeza contenida. La iglesia se volvía tétrica, había un día donde todas las figuras y los retablos se tapaban con paños morados, que hacían el recinto de la iglesia todavía más oscuro, silencioso y misterioso. Las mujeres vestían de negro, con sus velos también negros que se echaban por la cabeza, los curas vestían casullas moradas o negras.

Días en que la alegría y el regocijo no se podía mostrar. El jolgorio, los gritos y hasta el silbar estaba prohibido. Las campanas de la iglesia también permanecían mudas durante estos días. Los niños sentíamos este ambiente y éramos también participes importantes de todo ello. Visto desde hoy día, podríamos decir que se trataba de una especie de teatro, pero nada tenía que ver con el teatro.

Existían unos momentos importantes, uno era el de la confesión. Los hombres que pertenecían a la Cofradía de la Santa Cruz, que eran casi todo el pueblo, acudían al pórtico vestidos con túnicas blancas, y con capuchas aplastadas. Se les denominaba morrocos.  Lo único que se veían eran los ojos.

Por estas fechas todo el pueblo se confesaba, niños, mujeres y hombres. Había muchos hombres que no se confesaban más que en estas fechas. Era solemne ver a hombres hechos y derechos esperar en los bancos junto al confesionario para confesarse.  También eran momentos especiales las procesiones. El silencio y el recogimiento de los feligreses era tal, que ni en el pórtico se oía el volar de una mosca. Los toques de campana eran sustituidos por las carracas que avisaban la hora de los oficios eclesiásticos, instrumento de madera que al moverlo hacia arriba y hacia abajo hacia que las tablas chocasen entre ellas y sacasen un ruido ronco y especial, como el ruido que sacan las cigüeñas con el pico. Los monaguillos nos encargábamos de ir de calle en calle anunciando los toques del comienzo de la misa.

Gerardo Luzuriaga

 

04/05/2012

Máximo

1966 (13).jpgHe aquí una estampa de la juventud de Nazar en una época ya pasada. Jose Mari Aranaz, José Miguel Fernández Zudaire, Juan Antonio Luzuriaga, José Mari Luzuriaga, Angel Mari Ortigosa, Ignacio Bujanda, Aurelio Ibarrola, Fernando Lander, Juanito Fernández Ganuza, Alfredo Ortigosa, Manolo Ibarrola, José Miguel Fernandez Zudaire, Marcelino Albeniz, Máximo Lander.  Elegantes todos ellos, y también todos con corbata, excepto claro está el cura.