14/03/2012
Los zudaire
En la casa de la calle la fuente vivió José María Zudaire, el señor José María. Según tengo oído en los años de la guerra tuvo ideas republicanas. Hasta se vio en la obligación de escaparse una temporada al monte.
Lo cierto es que entre él y su esposa, la Modesta tuvieron una familia numerosa. Además la mayoría buscó su pareja en el pueblo (Jesús, Antonia, Celes, Fidel). Varios encontraron también su pareja en los pueblos de al lado (Eloy, Bienve). Otras fueron a buscar su marido a Barcelona (Reme) y todavía quedó lugar para curas y monjas (Loreto y Honorato).
(Preciosa fotografía en la era, en la que aparecen el señor José Maria, Jesus, Eloy y seguramente Angelines en los brazos de su abuelo)
Como la mayoría del pueblo fue agricultor, pero se le conoció como el escobero de la Berrueza, el último escobero, aunque conocido es que también existieron otros en Nazar, en Asarta y seguramente en otros pueblos de la Berrueza.
Lo recuerdo bajando el biércol del monte. Y especialmente a su mujer vendiendo las escobas de pueblo en pueblo, y cargándolas los jueves en la Estellesa. Cuando yo lo conocí ya era de edad avanzada. Por lo que lo recuerdo junto a la pared de la iglesia, en la pared antes de entrar a las paletejas, lugar donde da el sol, y está muy bien resguardado del viento. Lo recuerdo sentado a las tardes en esa pared abrigada y soleada.
Su mujer la Modesta, era de Asarta, una mujer pequeña y muy activa, con mucho garbo, que no paraba e iba de un lugar para otro.
Uno de sus hijos fue Eloy, vivió en Nazar, se casó con Milagros de Azuelo, y en Nazar tuvieron dos hijos Angelines, y José Mari. Siendo Angelines mocica y José Mari un chavalín se fueron a vivir a Pamplona. Donde Milagros dio a luz a Oscar.
Eloy parece que padecía alguna enfermedad, un hombre delgado, siempre de buen humor y un buen conversador. Murió bastante joven.
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12/03/2012
Los Lander
No es un apellido muy generalizado, aunque si es propio de Navarra, y especialmente de la zona en la que estamos. En algún sitio he leído algo parecido a esto; apellido navarro no muy frecuente, parece que el origen es del valle de Rusia, del valle de Lana, así lo demuestran los escudos que existen en muchas de las casas.
(Fortunato es el señr con boina a la izquierda de la columna)
En Nazar vivieron tres hermanos Fortunato, Cirilo y Patrocinia. Fortunato fue hombre alto y serio. Murió bastante joven, yo creo que no tendría 65 años, recuerdo muy bien aquel día, aunque creo que era verano estábamos los chavales en un pajar reunidos, por lo que es fácil que estuviese lloviendo. Los funerales de aquellos años nada tenían que ver con los de ahora, el pueblo se sumía en un ambiente triste y de gran solemnidad. Creo que fue el primer entierro del que fui consciente. Habían ocurrido ya otros anteriormente, pero por lo que se ve o yo era bastante más joven o el señor Fortunato murió bastante más joven de lo que se esperaba. El caso es que entre los niños quedó bastante grabado este funeral. Se iba todo el pueblo, o por lo menos las mujeres y los niños a rezar el rosario a la casa del difunto. En la casa se guardaba un luto riguroso, no solo en las ropas, sino también en otros aspectos, como eran las fiestas. De ahí que la mayor parte de las mujeres pasados los cincuenta años vestían de negro, pues siempre se tenía un familiar cercano que había fallecido. Además en esa época no era un año de luto sino que el luto duraba bastante más. Nadie de la familia tomaba parte en las fiestas del pueblo.
El Fortunato como la mayoría de las personas pueblo fue labrador, aunque durante unos años se quedó con las hierbas y echó un rebaño de ovejas. También recuerdo la pareja de bueyes que tenía.
Muchos, muchos años después, no hace mucho murió su mujer, la María. Llegó de Antoñana. Una mujer muy trabajadora, y muy vital.
G. L.
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11/03/2012
El Mari
Jesús Mari Ibarrola tuvo varias etapas en la vida. Diferentes y diversas, yo ya lo conocí cuando era mozo, bastante mozo, supongo que ya tendría unos 15 años cuando yo nací. De niño, dicen que fue un chaval normal, aplicado en clase y de una gran cabeza, hacía todas las cuentas que se le presentasen de memoria, no le hacía falta papel alguno. Esta cualidad la tuvo hasta el final de sus días. En esta etapa fue muy trabajador. Era el hermano mayor, por lo que cuando se murió su padre, especialmente a él le tocó llevar el negocio de la tienda… Aquí comenzó su nuevo periodo, parece que gastaba más que lo que ganaba, con lo que el negocio fue para abajo.
(Esta fotografía de Jesús Mari describe al Mari, tal como lo recordamos, alto y con las facciones bien marcadas, con el pelo a un lado, y siempre al lado de los músicos, con la alegría que daba a todo el pueblo, verlo tan alegre. Esta fotografía también fue realizada por Angel Mari Ortigosa en lo que fue la taberna de la Teófila. ¡Qué recuerdos no nos trae ver al Mari! Sin duda para muchos nos retrotrae a una época ya pasada y bonita del todo. ¿Que no?)
Iba de vez en cuando de peón para unos y para otros. Los fines de semana, sin embargo le pegaba un poco al morapio, con lo que poco a poco fue deteriorándose. No se metía con nadie, tenía un carácter agradable y él solo hacia la fiesta. Una postura muy común cuando ya llevaba unos vinos de más era mover las manos y adoptar la postura como si tocase el acordeón. La música y el acordeón le chiflaban. Era muy conocido en el resto de los pueblos, ya que iba de fiesta en fiesta y se ponía delante de los músicos haciendo como que tocaba el acordeón. Nunca se metió con nadie, ni tampoco era faltón. Eso si en esta época fue muy conocido en todos los pueblos de alrededor. Fue un mozo alto, de buena talla, con un andar muy característico, como si al andar se fuese un poco para los lados.
Ya de unos 45 años, lo llevaron a Pamplona. Estuvo unos meses ingresado en una institución. Volvió completamente cambiado. No fue el Mari, como lo conocíamos. Vino asustadizo, desconfiado, y con miles de miedos. Ya no fue el mismo.
Unos años después se metió en casa, ya no Salió para nada, hacía su vida entre las cuatro paredes de su habitación, aunque sé que tenía una pequeña ventana que daba a la calle y por ella controlaba los movimientos de los vecinos. Gloria le bajaba diariamente la comida, y era con las pocas personas que tenía relación.
Un día los hermanos decidieron llevarlo a una residencia, allí estuvo varios años.
Ricardo Ibarrola Perez de Pipaon, su hermano, marchó muy joven a Beasaín, donde estuvo toda su vida. Yo creo que ya para los 16 años si no fue antes es cuando subió al pueblo guipuzcoano. A Ricardo lo recuerdo desde joven calvo, y los primeros años venía con un mini rojo, que a todos nos parecía precioso.
Fue una época en que la mayoría de los jóvenes fueron a los pueblos industriales y las ciudades a trabajar. Por lo que cuando bajaban al pueblo por las fiestas más importantes en el pueblo se montaban grandes fiestas. Ya que todos manejaban dinero fresco, y las fiestas y las borracheras eran considerables. A Ricardo como a otros de los que se fueron a trabajar fuera, se le notaba la nostalgia del pueblo. Tuvo épocas en que bajaba mucho y otras en que parece que la tristeza podía a la nostalgia, y le costaba bajar al pueblo. Esta es una sensación muy curiosa, bastante difícil de explicar, pero muy común entre los que un día nos fuimos y volvemos a nuestros orígenes. Siempre encuentras algo distinto a como lo dejaste.
Trabajó de butanero en Beasaín, y en los pueblos de alrededor. Recorría los caseríos de la zona. Estaba muy orgulloso de su trabajo. Tuvo épocas en que trabajó muy duro. Ricardo era un mozo serio, que le gustaba la juerga pero siempre con un orden. Hablaba siempre con una gran seriedad.
Gerardo Luzuriaga
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08/03/2012
Agur ETBri
Guardia Zibilak ETBko hedagailua zigilatu egin du. Hortaz ETB barik geratu gara Iruñerria. XXI. mendean TBko kate bat itxi dute... Hamaikak ikusteko jaio gara, txo!
17:52 | Permalink | Comentarios (0)
06/03/2012
Aurelio Ibarrola Perez de Pipaon
En una casa preciosa vivió Lucía Pérez de Pipaón, no conocí a su marido, hermano del Félix Ibarrola. También en esta casa vivió su madre, Patrocinio Lander, hermana del Fortunato y del Cirilo. Esta casa fue durante muchos años la tienda del pueblo. Hasta no hace muchos años se conservaba el mostrador de la tienda en la entrada.
La señora Patro tenía su casa al lado de la de Landa, tampoco conocí a su marido. Se puede decir que Nazar, como muchos pueblos de la época ha sido el pueblo de las viudas. Los maridos no sabemos si debido al trabajo, a los excesos o a la constitución física murieron bastante antes que sus mujeres.
A Patro la recuerdo como una mujer pequeña y vestida de negro (esto de vestir de negro como hemos visto era habitual entre la mayor parte de las mujeres). Vivió durante algunos años en Beasain. Aunque siempre venía a Nazar.
La Lucia, la madre de los Ibarrola era una mujer alta, tal vez es una de las mujeres con las que más he hablado de Nazar, ya que bajaba habitualmente a nuestra casa o nuestra madre y nosotros con ella íbamos a la suya. Debía tener alguna enfermedad ya de bastante joven, ya que movía suavemente la cabeza de un lado para otro, es decir que tenía un pequeño tembleque. Durante una época la llevaban bastante a menudo al Hospital de Pamplona, y volvía de nuevo bastante mejorada. Hasta que una vez fue y no volvió. Murió bastante joven.
Hace no mucho nos vimos en la necesidad de despedir al Aurelio. Sobre Aurelio he escrito bastantes artículos o mensajes en este blog, por lo que el que quiera conocer algo de su vida puede mirar mensajes anteriores. A Aurelio siempre lo aprecié, como creo que lo apreciamos todos los de Nazar. Fue un hombre convincente, y recto. No creo que hiciese daño a nadie, y siempre estaba dispuesto a ayudar en lo que podía a todos. No hizo daño a nadie sin perder ninguno de sus convencimientos que no es nada fácil.
Estuvo durante algunos años en la Misericordia de Pamplona, también estuvo algún tiempo en Beasaín, y como el resto de los mozos de su época le tocó hacer el servicio militar, aunque más de la mitad del tiempo se lo pasó en el calabozo. No era pájaro para estar enjaulado, pero todos sabemos que es lo que en el servicio militar ocurre con los espíritus libres.
Aurelio fue un gran trabajador, eso sí a su manera, libre. Sin embargo, cuando acudía al tajo nunca se quedaba atrás daba todo lo que tenía, que por cierto era mucho, en todos los aspectos, tanto en el nivel físico, como en el intelectual. Era igual que fuese cavando viña, que escardando habas, rajando leña, poniendo azulejos, luciendo yeso, o lo que tocase. Se le daba a las mil maravillas la fontanería, que era lo que había trabajado en Beasaín, como la albañilería, o cualquier chapuza que se le pusiese delante. Fue muy curioso, y laborioso. Trabajé con el todo un verano, el de oficial y yo de ayudante. Es decir de zarramplín. Un gran hombre. Trabajador como ninguno, y nunca, nunca se le ocurría decir nada en contra de sus ayudantes. Todo eran alabanzas, y él también siempre estaba dispuesto a hacer cualquier tipo de trabajo. Nunca olvidaré aquel verano a cuarenta grados después de comer haciendo la masa a mano, él y yo, siempre a la vez, con un calor afixiante. Siempre dispuesto a trabajar igual que el peón. Tenía unas manos delicadas para realizar cualquier obra de arte. Un artista. También en el fútbol militó en los equipos juveniles de Pamplona. Recuerdo una fotografía de su equipo en el periódico.
No hace mucho, una tarde nos enteramos que tenía cáncer. No tuvo que ser fácil, tras estar con los médicos decidió no operarse. Vivió unos dos años más. Bastante dignamente. La enfermedad lo fue demacrando, pero él siguió siendo él. Pacífico, fumador y algo bebedor.
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