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20/10/2005

Excursión por La Berrueza

Los árboles singulares / Euskal Herriko zuhaitz bereziak

A los de La Berrueza, y especialmente a los de fuera, que leaís estas líneas os propongo una bella excursión. Podeís pasar un día estupendo recorriendo los árboles singulares o monumentos naturales -toma término bonito o cursi-. Bueno no creo que haga falta madrugar mucho, a eso de las 10 os podéis tomar un café en el bar del camping de Acedo, de ahí os vaís a Sorlada, recorred andando el pueblo, todavía se coservan portales preciosos, puertas de madera antiguas con clavos antiguos, aleros de casas bien conservadas, pero con rasgos arquitectónicos de siglos anteriores. No os olvidéís de dar una vuelta contemplando las casas, las calles solitarias, los balcones.... De aquí con el coche subid hasta el Santuario de San Gregorio, Basílicca de estilo barroco. Desde la cima mirando hacia el sur se contemplan las tierras de la ribera, y al norte  la sierra de Codés y la Sierra de Nazar, tal vez esta es la vista más bonita para divisar los picos de Joar y la sierra de Codés, últimas estribaciones de la Sierra de Cantabria o Sierra de Toloño. Desde aquí también se ve muy bien el pueblo de Asarta. Bajad de nuevo al pueblo e id a Learza, aquí se encuentra el árbol también calificado como árbol singular, el quejigo de Learza. De aquí dirigiros hasta el cruce de la carretera general para llegar a Cábrega, ahi os encontraréis con las encinas de Cábrega, creo que ya no queda más que una, ya que la otra desapareció hace unos años, a causa de un rayo –bueno, es lo que creo-, de paso no aprovechad para ver el palacio de Cábrega, en otros tiempos centro neurálgico del valle. Aunque es extraño, nunca he oído hablar a los mayores sobre esto. Pero me imagino, que tratándose de una gran hacienda de un Marqués residente en Madrid, con la llegada del marqués y la familia, todo el valle se debería revolucionar.  Aprovechad para contemplar una  panorámica preciosa de la sierra de Codés, la iglesia de Mirafuentes -Iturriaga- y el pueblo de Nazar a los pies de su sierra de Costalera, Locijo, Peña la Miel. De Cábrega dirigiros a Otiñano,  aquí os recomiendo tomar un buen trago de agua de la fuente, fuente vistosa y majestuosa, realizada con el dinero que dejó en testamento el obispo de Otiñano, así como el lavadero, recién reconstruido por los albañiles de Nazar –Ibarrola-. No tengáis prisa, recorred el pueblo, en dos minutos se hace, pero la tranquilidad que se respira es inolvidable. De aquí id a Nazar, aunque en este pueblo no existen  árboles singulares o monumentales, - en todo Euskal Herria no hay más que 56- merece la pena ver las cinco encinas preciosas, viejas, pero no tanto como las de Cábrega, o Mendaza; pero dignas de visitarse, rodean el campo de fútbol del Amaika bat, con porterías reglamentarias. Desde el campo fútbol, por una senda de unos 15 metros se llega a los pinotes, desde aquí se contempla todo el pueblo, todo el valle, se divisan todos los pueblos: Olejua, Learza, Etayo, la torre de Piedramillera, Lerín, Otiñano, Ubago, Mirafuentes, Mendaza, y especialmente el santuario de San Gregorio. De Nazar bajad de nuevo a Mendaza, aqui, al otro lado del monte, después de ascender un monte no muy alto se llega a un llano, donde os encontraréis con una de las grandes maravillas naturales de Nafarroa, monumento natural, la encina de las tres patas. Daros una vuelta, por los alrededores, el llano lo merece. Sin prisa bajad de nuevo al pueblo, para esta hora ya serán las 2 del mediodia, os propongo tomar un vino en Acedo, y comer bien en el campin de Acedo o bien en el bar de Ancín, Iribias, - creo que se llama, aunque he estado infinidad de veces, confundo el nombre, por i seguro que comienza, y el dueño es tío carnal de un buen amigo mío, Jon Iriberri- aquí podéis gozar de una comida navarra, buenísima, seguro que no salís decepcionados, el restaurante está en la misma carretera de Ancín. Por la tarde, ya que la excursión va de naturaleza, y de árboles singulares, podéis dirigiros al pueblo de Eraul, a unos 10 kilómetros, aquí también existe una encina maravillosa, la encina de Eraul –también árbol singular-; de aquí si os apetece os recomiendo ver el Roble centinela de Zudaire, a unos 25 kilométros en las Ameskuas; y ya para acabar, especialmente si tenéis que volver a la zona Bilbao, Donostia o Gasteiz por la carretera de Estella a Vitoria no dejéis de visitar el fresno de Santa Teodosia en el valle alavés de Arana, y el tejo y el tilo de Antoñana

Katagorria

19/10/2005

Noticias / Berriak

Kaixo

Este fin de semana, se ha rodado una secuencia de la película "Bajo las estrellas" de Fernando Trueba en la carretera entre Nazar y Asarta, en Disinaña. ¡Qué sorpresa! LLegar, tomar el cruce de Nazar y ver unas luces y dos camiones cruzados en la carretera. ¡Ha habido un accidente! Un foral en el cruce de Asarta, me aclara todo. Están rodando una película. Toma, una película en Disiñana, eso si que es noticia. Me vuelvo y a dar la vuelta gustoso y contento por Cábrega, Ubago, Mirafuentes y Otiñano, hasta llegar a Nazar. Según me cuenta "la Gloria" es una película basada en el libro "el trompretista del Utopia" de Fernando Aranburu Irigoien, de San Sebastián, pero que algo tiene que ver con Estella, según ella bastante más que algo y el segundo apellido además así le delata. El resto de secuencias, también parece que están rodadas en la zona de Tierra Estella. Ya que va de cine, si podéis no os perdáis las películas ¡Aupa Etxebeste! y Obaba. Dos películas para ver.

Las aportaciones de José Luis al blog son de agradecer. ¿No lo pensáis así? Animaros a contar lo que ocurre en el valle. Tengo buenos/as informantes pero sería bonito que lo que ocurre en los pueblos lo pasaséis por esta página.

La iglesia de Acedo, ya se encuentra rodeada de andamios, las obras están a punto de comenzar.

Ikazkina.

 

12/10/2005

Palomas / Usoak

Por ahora, por este año por lo menos, parece que las palomas vienen sanas. O mejor dicho, parece que todavía la gripe aviar no afecta al paso de las palomas. Bueno usaré terminos un poc más técnicos:  Se trata de un virus muy patógeno, que se extiende muy facilmente entre las aves, y aunque también puede infectar a los humanos no es fácilmente transmisible.

Esto es importante: No existe razón para pensar que el consumo de aves pueda suponer riesgo para los humanos. El virus de la gripe aviar se destruye rápidamente al cocinarse.

Herrikoia

Sin prisas: un día cualquiera en el pueblo

A las 11 en punto, como todos los días salgo de casa en busca de Florencio, Benito, y Felipe. Acaricio el perro  que está tendido al sol enfrente de la puerta. ¡Qué raro, a pesar de llegar cinco minutos tarde no hay nadie esperando! He mirado de nuevo a mi “Folch Mar”, no es extraño, me he dicho hace un bochorno insoportable. ¡Quién es capaz de resistir esta chicharrina! Pasados diez minutos, cuando ya comenzaba a impacientarme aparece Felipe, cojeando como de costumbre, pues había perdido un pié en la Guerra Civil.  Inválido de guerra para cobrar. Pero uno de los más hábiles para andar entre los setales y recogiendo biércol para hacer las escobas. El único que sigue usando tabaco picado cuarterón. 
 
                Pasada media hora llega Florencio.
¿Habrás dormido bien, no?
De primera, ¿qué se puede hacer sino con este calor?
¿A qué se debe esas sonrisas?
¿Risas?
¿Con quién has soñado? Le he preguntado maliciosamente.
¿Acaso has soñado qué eras el rico del pueblo?
No me ha respondido. Ya que he acertado de medio a medio. Se le nota que ha soñado ser el amo del valle.
 
Aprovechado la sombra de los árboles, y siguiendo el ritmo de Florencio, -cada día le cuesta más andar, hoy hasta arrastraba  la pierna derecha- paso a paso hemos llegado hasta un peñasco junto al camino, donde hemos aprovechado para tomar un nuevo respiro de un cuarto de hora, mientras Benito y yo nos liamos un cigarrillo
 
No sé si se debe al cansancio o a la ilusión de ver que nos vamos acercando a la vieja fuente hace que se los latidos del corazón se hagan más palpables.  La fuente está igual de cuidada que cuando la dejé. El caño sigue protegido con la misma media teja. 60 años y sigue todo igual.  He bebido un buen trago del chorro, aunque lo mío  me ha costado agacharme hasta el chorro de la fuente.
 
Benito nos sigue unos cuantos metros por detrás.  El camino de vuelta lo hemos hecho casi sin esfuerzo, gracias a las anécdotas que nos ha recordado Benito, como si le hubiesen sucedido el día anterior. Comenzó ¿Recordáis el día que se me escaparon las vacas cuando las llevaba la pilón a beber agua? No tenía todavía ni 12 años. No sé a que se debió pero en vez de tomar el camino de casa como todos los días, tomaron el camino de Otiñano. Cuando parecía que ya les iba a tomar la delantera, y lograría cerrarles el camino, echaban de nuevo a correr. Así llegaron hasta el río Odrón, donde inexplicablemente se dieron la vuelta, y no es que fuese por el caudal del río, pues era verano y justo corría un riachuelo sin caudal.
 
Sin interrupción alguna continúo. ¿Os acordáis del señor Undo?
¿De Veremundo? Pregunto Florencio.
Sí, sí del que vivía junto al nogal de la Pinta.
Cómo no nos vamos a acordar. Respondió Florencio.
Aquel hombrón de dos metros, de unos 160 kilos, con los pantalones en las rodillas, con el culo medio al aire.
Ya sabéis como durante el verano solía venir de peón a nuestra casa. No había otro en todo el valle que tuviese tanta fuerza como él. Nadie del pueblo resistía más de dos horas en la aventadora que se trajo de Vitoria de la fábrica Ajuria. Undo, sin embargo, agarraba la manivela con las dos manos y vuelta tras vuelta, cada vez cogía más velocidad, con lo que separaba una gran cantidad de grano. Eran necesario que dos de los peones más finos estuviesen echando cunachos de paja con grano.
 
Pero no sólo era especial en el trabajo, también lo era en la bebida, al cabo del día se bebía siete litros de vino como nada.
 15. Betikoa
 
                Plazer handia eman dit aspaldiko lagunak agurtzea, nire adinekoak batik bat  Benito, Florentzio,  Felipe eta ez gehiago, gehiagorik  ez, ez baitira gelditzen, halaber gogoko dauzkat garai bateko gomutak gogoratzea. Gogoan dut, pertsona bat ikustean, etxearen bazter batean erreparatzearekin bat garai batean bizi izandako gomutak berriro berpiztea. Frantziskarekin amets sentsualak eduki nituen bazter horiek  ikustean zirrara ikaragarria eman dit,  utzi nuen moduan aurkitzeak aspaldian gozatu nuenaren bikoitza gozatzea suposatzen duelako.
 
                 Bitxia da lehendabiziko egunetan bizitzen ari naizena, gaztaroaren bizipenak berriro gogoratzea. Ia-ia inor ezagutu ez, baina ez zait egiten  beharrezkoa galdetzea zer familiatakoa den, izenak jakinda ez ondo dakit zeintzuk ziren bere gurasoak, bere aiton-amonak. Hitzegitean ezpainen erak, ilea kiribildua, beltz-beltza, sudurra zabala, gorputz usaina, egia esateko ez zait  beharrezkoa azterketak biologikoak egitea aitatasun-amatasunaren sorburu genealogikorik asmatzeko. Antza fisiologikoaz gain bitxia da zer antza psikologikoa daukaten etxeko berekoen artean, hitz berak erabiltzen dituzte, pentsatzeko era, ibilkera,  imintzaok, begien keinuak espero nituen bezala egiten baitituzte.
 

                Lehendabiziko egunetan gaztaroan ibilitako lekuak aztertuz orduak ematen ditut, bazter guztiak miatzen ditut metroz metro oraina eta iraganaren nahastearen plazerra  gozatuz. Zer plazerra sentitzen dudan bide ondoko ezpel mordosken artean galtzean, ezagutu nuen zuhaizkaren kabia atzera topatzean, sustraiak harkaitzetan duten zuhaitzaren itzalean atsedena hartzean. Zer atsegina, zer poza dena espero nuen bezala aurkitzea. Basoko bideak, harkaitzak, belarrak, zuhaitzak, iturriak, landariak, perretxiko lekuak. Dena berdin aurkitzea, alegia.

Gerardo Luzuriaga Sánchez

 
 

10/10/2005

Nuestros mayores / Gure zaharrak

Todos hemos conocido a personas que tienen un don especial para contar el pasado. Qué tienen una habilidad innata para darnos a conocer las anécdotas, los hechos que han ocurrido en nuestros pueblos. Por norma general son personas mayores, que tienen una gran experiencia, que han vivido hechos que ya no se repiten.

En nuestros pueblos hemos conocido a muchos viejos y viejas, que nos han transmitido lo acontecido a sus abuelos, a la generación de sus padres y a ellos mismos, con una facilidad y un interés que ha hecho que todavía se recuerden entre los que hoy vivimos en estos pueblos.

En cada pueblo, en cada uno de nuestros pueblos podríamos  citar nombres y más nombres. Unos que nos han contado historias de caza, otros que nos han hecho recordar las temporadas fabricando carbón en los montes, otros que nos han contado lo que ocurría en las épocas de la siega. No han sido menos los que han recogido todo lo referente al sexo, y los curas. Qué historias.

Cada día nos quedan menos, poco a poco se nos van yendo. Quisiera agradecer a todos estos trovadores, a todos estos oradores sin igual, hombres de vocabulario sencillo, pero directo. Algún día será el momento de hacer un recuento de todos estos hombres y mujeres.

Katagorria