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12/10/2005

Palomas / Usoak

Por ahora, por este año por lo menos, parece que las palomas vienen sanas. O mejor dicho, parece que todavía la gripe aviar no afecta al paso de las palomas. Bueno usaré terminos un poc más técnicos:  Se trata de un virus muy patógeno, que se extiende muy facilmente entre las aves, y aunque también puede infectar a los humanos no es fácilmente transmisible.

Esto es importante: No existe razón para pensar que el consumo de aves pueda suponer riesgo para los humanos. El virus de la gripe aviar se destruye rápidamente al cocinarse.

Herrikoia

Sin prisas: un día cualquiera en el pueblo

A las 11 en punto, como todos los días salgo de casa en busca de Florencio, Benito, y Felipe. Acaricio el perro  que está tendido al sol enfrente de la puerta. ¡Qué raro, a pesar de llegar cinco minutos tarde no hay nadie esperando! He mirado de nuevo a mi “Folch Mar”, no es extraño, me he dicho hace un bochorno insoportable. ¡Quién es capaz de resistir esta chicharrina! Pasados diez minutos, cuando ya comenzaba a impacientarme aparece Felipe, cojeando como de costumbre, pues había perdido un pié en la Guerra Civil.  Inválido de guerra para cobrar. Pero uno de los más hábiles para andar entre los setales y recogiendo biércol para hacer las escobas. El único que sigue usando tabaco picado cuarterón. 
 
                Pasada media hora llega Florencio.
¿Habrás dormido bien, no?
De primera, ¿qué se puede hacer sino con este calor?
¿A qué se debe esas sonrisas?
¿Risas?
¿Con quién has soñado? Le he preguntado maliciosamente.
¿Acaso has soñado qué eras el rico del pueblo?
No me ha respondido. Ya que he acertado de medio a medio. Se le nota que ha soñado ser el amo del valle.
 
Aprovechado la sombra de los árboles, y siguiendo el ritmo de Florencio, -cada día le cuesta más andar, hoy hasta arrastraba  la pierna derecha- paso a paso hemos llegado hasta un peñasco junto al camino, donde hemos aprovechado para tomar un nuevo respiro de un cuarto de hora, mientras Benito y yo nos liamos un cigarrillo
 
No sé si se debe al cansancio o a la ilusión de ver que nos vamos acercando a la vieja fuente hace que se los latidos del corazón se hagan más palpables.  La fuente está igual de cuidada que cuando la dejé. El caño sigue protegido con la misma media teja. 60 años y sigue todo igual.  He bebido un buen trago del chorro, aunque lo mío  me ha costado agacharme hasta el chorro de la fuente.
 
Benito nos sigue unos cuantos metros por detrás.  El camino de vuelta lo hemos hecho casi sin esfuerzo, gracias a las anécdotas que nos ha recordado Benito, como si le hubiesen sucedido el día anterior. Comenzó ¿Recordáis el día que se me escaparon las vacas cuando las llevaba la pilón a beber agua? No tenía todavía ni 12 años. No sé a que se debió pero en vez de tomar el camino de casa como todos los días, tomaron el camino de Otiñano. Cuando parecía que ya les iba a tomar la delantera, y lograría cerrarles el camino, echaban de nuevo a correr. Así llegaron hasta el río Odrón, donde inexplicablemente se dieron la vuelta, y no es que fuese por el caudal del río, pues era verano y justo corría un riachuelo sin caudal.
 
Sin interrupción alguna continúo. ¿Os acordáis del señor Undo?
¿De Veremundo? Pregunto Florencio.
Sí, sí del que vivía junto al nogal de la Pinta.
Cómo no nos vamos a acordar. Respondió Florencio.
Aquel hombrón de dos metros, de unos 160 kilos, con los pantalones en las rodillas, con el culo medio al aire.
Ya sabéis como durante el verano solía venir de peón a nuestra casa. No había otro en todo el valle que tuviese tanta fuerza como él. Nadie del pueblo resistía más de dos horas en la aventadora que se trajo de Vitoria de la fábrica Ajuria. Undo, sin embargo, agarraba la manivela con las dos manos y vuelta tras vuelta, cada vez cogía más velocidad, con lo que separaba una gran cantidad de grano. Eran necesario que dos de los peones más finos estuviesen echando cunachos de paja con grano.
 
Pero no sólo era especial en el trabajo, también lo era en la bebida, al cabo del día se bebía siete litros de vino como nada.
 15. Betikoa
 
                Plazer handia eman dit aspaldiko lagunak agurtzea, nire adinekoak batik bat  Benito, Florentzio,  Felipe eta ez gehiago, gehiagorik  ez, ez baitira gelditzen, halaber gogoko dauzkat garai bateko gomutak gogoratzea. Gogoan dut, pertsona bat ikustean, etxearen bazter batean erreparatzearekin bat garai batean bizi izandako gomutak berriro berpiztea. Frantziskarekin amets sentsualak eduki nituen bazter horiek  ikustean zirrara ikaragarria eman dit,  utzi nuen moduan aurkitzeak aspaldian gozatu nuenaren bikoitza gozatzea suposatzen duelako.
 
                 Bitxia da lehendabiziko egunetan bizitzen ari naizena, gaztaroaren bizipenak berriro gogoratzea. Ia-ia inor ezagutu ez, baina ez zait egiten  beharrezkoa galdetzea zer familiatakoa den, izenak jakinda ez ondo dakit zeintzuk ziren bere gurasoak, bere aiton-amonak. Hitzegitean ezpainen erak, ilea kiribildua, beltz-beltza, sudurra zabala, gorputz usaina, egia esateko ez zait  beharrezkoa azterketak biologikoak egitea aitatasun-amatasunaren sorburu genealogikorik asmatzeko. Antza fisiologikoaz gain bitxia da zer antza psikologikoa daukaten etxeko berekoen artean, hitz berak erabiltzen dituzte, pentsatzeko era, ibilkera,  imintzaok, begien keinuak espero nituen bezala egiten baitituzte.
 

                Lehendabiziko egunetan gaztaroan ibilitako lekuak aztertuz orduak ematen ditut, bazter guztiak miatzen ditut metroz metro oraina eta iraganaren nahastearen plazerra  gozatuz. Zer plazerra sentitzen dudan bide ondoko ezpel mordosken artean galtzean, ezagutu nuen zuhaizkaren kabia atzera topatzean, sustraiak harkaitzetan duten zuhaitzaren itzalean atsedena hartzean. Zer atsegina, zer poza dena espero nuen bezala aurkitzea. Basoko bideak, harkaitzak, belarrak, zuhaitzak, iturriak, landariak, perretxiko lekuak. Dena berdin aurkitzea, alegia.

Gerardo Luzuriaga Sánchez

 
 

10/10/2005

Nuestros mayores / Gure zaharrak

Todos hemos conocido a personas que tienen un don especial para contar el pasado. Qué tienen una habilidad innata para darnos a conocer las anécdotas, los hechos que han ocurrido en nuestros pueblos. Por norma general son personas mayores, que tienen una gran experiencia, que han vivido hechos que ya no se repiten.

En nuestros pueblos hemos conocido a muchos viejos y viejas, que nos han transmitido lo acontecido a sus abuelos, a la generación de sus padres y a ellos mismos, con una facilidad y un interés que ha hecho que todavía se recuerden entre los que hoy vivimos en estos pueblos.

En cada pueblo, en cada uno de nuestros pueblos podríamos  citar nombres y más nombres. Unos que nos han contado historias de caza, otros que nos han hecho recordar las temporadas fabricando carbón en los montes, otros que nos han contado lo que ocurría en las épocas de la siega. No han sido menos los que han recogido todo lo referente al sexo, y los curas. Qué historias.

Cada día nos quedan menos, poco a poco se nos van yendo. Quisiera agradecer a todos estos trovadores, a todos estos oradores sin igual, hombres de vocabulario sencillo, pero directo. Algún día será el momento de hacer un recuento de todos estos hombres y mujeres.

Katagorria

 

 

09/10/2005

Uribe

Fin del  II capítulo.

16 Segunda carta a mi amigo Mauricio Uribe
 
Hola Uribe
 
Parece que fue ayer cuando regresé, pero ya llevo un año y medio por estas tierras. Ayer me di  una vuelta por Otiñano, el pueblo en el que llevó acabo sus andanzas el brujo de Bargota. El que según dice la leyenda convirtió al cura de Otiñano en un peñasco puntiagudo con forma de obispo, los leñadores todavía dicen que lo ven vagando entre los peñascos en los días fríos y nubosos de invierno.
 
Amigo Uribe los tiempos han cambiado, en estos pueblos que hace unos años no se conocían más que los brabanes, las layas y las hachas hoy no se ven más que tractores y cosechadoras. Los cerdos sueltos, las gallinas y los pollos picoteando de un lado para otro han pasado a la historia. No  quedan más que dos caballos y alguna vaca que otra para leche. Todas las semanas me doy un paseo hasta Mirafuentes, normalmente aprovecho para mantener largas conversaciones con el secretario del pueblo, Pablo Antoñana. Hace dos semanas te envié su última novela. Espero que sea de tu gusto, a mí me ha traído muy buenos recuerdos.
 
Volviendo de nuevo a mi pueblo, sólo una familia sigue trillando a la vieja usanza, y sólo cuando siembran habas en un terreno que no puede entrar la maquinaria. Es todo un acontecimiento presenciar como limpian la era, como la allanan, segando la hierba, rellenando los huecos, quitando los pequeños montículos con los azadones, para pasar al final la escoba, dejando la era más limpia que la patena. Sólo es un día y no todos los años; pero no te puedes imaginar la ilusión que me ha hecho ver extender la parva, ver las caballerías dar vueltas y vueltas con los niños del pueblo montados en el trillo.
 
No creo que les salga muy rentable en los tiempos que estamos, sembrar y segar a mano, sacar los haces al hombro hasta el camino, trillar; tampoco creo que esta familia siga haciendo todo lo anterior por devoción, ya sabes que en el campo manda el dinero.
 
Camarada Mauricio,  aunque los primeros días parece que todo es nuevo,  que hemos venido a otra tierra, en definitiva no ha cambiado nada. Siguen vivas las costumbres de siempre.

07/10/2005

Un jueves cualquiera en Estella/Lizarra

Hace frío. ¡eh!
¡Que va! Hoy no hace para tanto.
Más vale. Le contesto,  mientras me coloco bien la bufanda.
Ya llevamos cinco minutos oyendo el ruido del motor de La Estellesa, pero no aparece.
Entramos a empujones en busca de calor. Imposible. Por las ranuras se cuela el aire frío. Llevamos una hora pasada de viaje para hacer los escasos 25 kilómetros. Este trasto tiene parada obligatoria en todos los pueblos, aunque no haya nadie esperando el conductor hace la parada reglamentaria. En Murieta suben alrededor de 10 viajeros. Por fin llegamos al destino.
 
¿Vamos a almorzar al Cachetas? Me comentó Florencio nada más llegar a Estella. Almorzamos unos callos acompañados de una botella de vino tinto de Mañeru.
 
-Yo pago. Se echó la mano al bolsillo y sacó una cartera vieja atada con una goma. La abrió y dejó a la vista un fardo de billetes.
No, pago yo.
Ni pensarlo, pago yo. Y no se hable más.
¿Hoy no tomamos copa o qué?
Claro que sí.
Saca una copa de Cadenas. ¿Tú que quieres?
Una copa de Terry.
Saca una copa de cadenas, otra de terry y un faria.  Le digo al dueño del bar, y cobra todo.
No. No. Estamos en Estella y pago yo, dijo medio enfadado Florencio. Lo hago yo.
Bueno a medias y no se hable más.
 
De allí nos dirigimos a Casa Miquelez, pido dos cajas de cartuchos de la marca “El halcón” y “Trust” y una piedra de afilar la guadaña. Después fuimos a la tienda de ropa Armañanzas a comprar dos camisas de cuadros y dos boinas Elósegui.
 
Sin darnos cuenta se nos han hecho las 12 del mediodía,  Estella parece un enjambre. Cada dos pasos que damos saludan amigablemente a Florencio.
Buenos días Florencio.
¿Qué tal pareja?
Hola nazarenos.
Buenos días. Hoy también os habéis animado a venir. ¿eh?
¿Qué pareja, no queréis saber nada con los pobres?
¿Qué tal la cosecha por la Ribera?
¿Desde cuándo somos de la Ribera? Le comento sorprendido a Florencio. Ya sabes, que para los de la Montaña, los de Estella para abajo somos de la Ribera.
 
 
¿Tanto tiempo sin vernos, Florencio? ¿Qué tal cosecha tenéis por La Berrueza?
¿A cuánto paga la robada? ¿Cuántos kilos por robada estáis cogiendo este año? Comentan que esta cosecha es buena.  Nos siguen preguntando sin esperar la respuesta. Me dio la impresión de tratarse de un diálogo entre sordos.
Florencio para todos tenía respuesta.
No,  no, este año no ha sido buena cosecha, al final se ha quedado corta.
No ha producido ni la mitad de lo que se esperaba.
El sol de los últimos días le ha apurado, las espigas no han granado como se esperaba.
De paja bien, pero el grano se ha quedado pequeño.
De nuevo me han sorprendido las respuestas de Florencio, pues en el pueblo decían que este año había sido una buena cosecha.
- Le he comentado al oído ¿Pero en el pueblo no comentáis que ha sido una buena cosecha?.
Sí, pero...
 
No esperaba encontrarme con semejante ambiente. Un verdadero enjambre. Florencio en su salsa. Tanto que la cojera del pueblo no se le notaba para nada.  Parecía el marqués de Cábrega. Si todos los que le saludan supiesen que no tiene ni cinco robadas de tierra, si supiesen que sus propiedades no llegaban a las dimensiones de un campo de fútbol. Estaba abstraído en estos pensamientos cuando nos ha convidado a un chiquito Antonio de El Busto, por él hemos sabido que en la zona de Los Arcos se habían plantado grandes terrenos de viña nueva.
 
Hacia tiempo que no comía tan bien. Menestra, y cochinillo asado.  Un poco caro ya nos ha salido, ha tenido que decir Florencio.
¿Qué te apetece una partida al mus o un partido de pelota?
Pelota, al mus ya jugaremos en el pueblo.
No creas, no es lo mismo, las partidas de los jueves son especiales.
Con el puro en la boca he entrado en el trinquete.
¿Qué hora es?
Las tres y media.
Ahora comenzará el partido. Vamos.
Ya estaban calentando los cuatro pelotaris. Uno de ellos moreno, de pelo rizado, Chichán.
El partido está por comenzar, Chichán contra los otros tres de Abárzuza. He aprovechado que Florencio se ha quedado en el servicio para jugarme mil duros a favor de Chichán.
Saca Chichán, ha salido la chapa roja. El primer tanto inacabable, más de 60 pelotazos. Chichán a la defensiva, ha levantado seis o siete pelotas que parecían inalcanzables.
6-0. El partido no puede ser más peloteado. Los tantos largos, pero al final todos caen del lado de los de Abárzuza.
Joder que mala suerte, me digo para mí.
12-1. Falta de saque. Más vale. Chichán parece derrotado. Sin fuerza. No es su día. Parece que la mano derecha la tiene tocada. No puede pasar ni una pelota del cuadro seis.
15-4. Florencio, ya he perdido mil duros. Al pelotari de Estella lo veo resignado. Acabado.
¿Has apostado o qué?
Sí.
No te preocupes todavía no has perdido. He visto muchos partidos de Chichán. No te puedes fiar, ¿Quién te dice que no está perdiendo aposta? Otros partidos mucho más comprometidos que éste le he visto darle la vuelta. Es conocido en todo Navarra, que los familiares y amigos de Chichán no se atreven a apostar cuando juega él, ya que no es la primera vez que los ha usado para manejar las apuestas. Muy pocos saben cuando sale a ganar o a perder.
17-4. Dos tantos más a favor del trío. El último tanto muy bien trabajado. Chichán ha tenido el trío a su antojo, de adelante atrás, del choco al ancho. Dos o tres veces se han estorbado entre ellos. Se les ve sudados, cansados, mientras Chichán ahora parece fresco, como si fuesen los primeros tantos. Pero al final cometye un nuevo fallo estrepitoso. Un nuevo fallo. Y van quince por lo menos.
18-4. Se acabó. Adiós a los mil duros. Si todos los trinquetes son especiales, el de Estella es más. Sin fraile, sin tejadillo. En el frontis, sin embargo, hay dos pequeñas ventanas con una red de alambre. Si se acierta a dar en ellas el tanto es seguro, ya que la pelota se queda muerta.
Chichán ha entrado en el partido. La mayoría de los pelotazos los está poniendo en los cuadros traseros. Ha conseguido seis tantos seguidos.
19-10. Es la primera pelota que pega en la red de la ventana. Eso es suerte. Cuando parecía que el partido daba la vuelta...
20-10. Los contrarios saltan como si hubiesen ganado el partido.  Chichán consigue el saque de un fallo garrafal del delantero más joven de Abarzuza.
20-16. Chichán saca tres saques cortos, encima de la chapa, cruzados, imposibles de restar. El partido se ha animado. Todavía parece que está vivo.
21-16. Me jugaría el cuello que este tanto también lo ha perdido porque ha querido. Se oyen los primeros pitos.  Gritos. Florencio y yo nerviosos, y no solo por los mil duros, sino por el ambiente, el griterío. El único que parecía tranquilo en todo el frontón era Chichán. Comenzó a hacer diabluras, cortadas encima de la chapa, ganchos de izquierda al ancho.
21-21. Conseguido con un saque malvado, imposible de levantar.
21-22. Se acabó. Chichán campeón. Una dejada en el ancho. La mayoría de los espectadores la hemos visto mala, claramente ha pegado en la raya, en la parte de fuera además, también a Florencio y a mí nos ha parecido mala, como a la mayoría del público, pero el juez se ha quedado impasible.
Aunque no ha llegado al escándalo, los gritos de tongo, tongo se oyen en la plaza de San Juan y hasta en la de Santiago.
 
Ostegunerokoa
Herenegunetik erabakita geneukan bezala goizeko 8etan  La Estellesa autobusa  hartzeko prest gaude geltokian. Goizeko haizearen hotza hezurretaraino sartzen zaigu.
- Hotz egiten du.
- Ez . Ezta urrik ere. Gaur ez du gehiegi egiten.
- Eskerrak, irten zait, bufanda lepoan helduz.
Estellesa autobusa agertu baino lehen motorren zarata entzun genuen. Ez zen harritzekoa. Zaharra baitzen.  Garai batean Mueseko Eskolastikoren autobus zaharraren zarata berriro entzutea iruditu zait.
 
Presaka eta bultzaka sartu gara beroren bila. Alfer-alferrik, bazter guztietatik sartu baizaio haizea traste zahar honi. Hogeita bost kilometo eskasak egiteko ordubete pasauta irauten ohi du, herri guzti-guztietan gelditzen da, asko jota bi edo hiru bidaiari igo eta aurrera jarraitzeko. Murietan, hamarren lagun igo dira. Geltokia karreteran erdi-erdian egonda, zeharo arriskutsua izanda amen batean bidaiariak igo eta aurrera.
Lizarrara heldu bezain laster Katxetas tabernan tripakiak hamaiketarako eskatu dugu.
                - Nik egingo dut.
                - Inondik ere ez.
                - Tira, tira. Ezta pentsatu ere. Nik egingo dut
                Eskua poltsikotik larruzko kartera lodikote zaharra goma batez inguraturik ateratzen ez duenean! Bilete fardo bat agerian uzten.
                - Florentzio, nik egingo dut. Konbidatu nahi zaitut. Gainera zergatik ez dugu edaten kopatxo eta puro bana.
- Ez dut  erretzen.
- Atera bi kopatxo. Zuk zer gura duzu?
                - Pattarra.
                - Atera kate anis eta terry kopa bat. Eta kobrau dena. Mesedez.
                - Bai, ondo dago, terry.    
- Ez, eta ez, Lizarran gaude. Nik egingo dut.
                - Beno, bion artean egingo dugu. Erdibana eta kito.
                Azkenean, lotsatuak gelditu ginen zerbitzaria, Florentzio eta hirurok.
 
                Hamarretakoa bukatu bezain pronto etxetik ekarritako mandatuak ahaztu baino lehen egitera joan gara. Mikelezen etxean anaiarentzat “halkon extra”, eta “trust” kartutxo kutxa bi,  sega zorrotzeko harria, arropa berria herrian erabiltzeko modukoa, oihal lodiko alkondarak, kuadrudunak, prakak urdinak,  artilezko galtzerdiak, eta Tolosako bi Elosegi etxeko txapelak erosi ditut Armañanzasen dendan.
               
Hamabietatik aurrera giro aparta zegoen, bi pauso eman eta agurrak baino gehiago ez ditugu jasotzen.
- Kaixo Florentzio.
- Zer moduz bikote.
- Zer moduz nazartarra
- Egunon, gaur ere animatu zarete, eh!
- Zer bikote, pobreekin ez duzue ezer jakin nahi?
- Zer moduz uzta erribera aldean?
- Erribera?
                 - Esaten diot Florentziori, harrituta. Noiztik gu erriberakoak?
                - Badakizu, montañakoentzat, Lizarraga portutik behera erribera da.  
 
- Kontxo,  Florentzio, uzta jaso duzue?
- Zenbat kilo ematen ditu aurten? Luzatzen digute ibiltariek itaunak erantzunen zain gelditu gabe. Mutuen solasaldien parekoak izago balira bezala.
Besteek entzuten gelditu ez arren denontzat zeuzkan erantzun egokiak.   
- Aurtengo uzta eskasa izan da, ematen zuen baino askoz gutxiago, azkenaldi honetako eguzkiak agortu baitu.
- Gariak ez du burutu espero genuen bezala. 
- Lastoz ondo samar baina aleak ahitu ditu.
- Harriturik gelditu naiz Florentzioren erantzunarekin, ahopeka esan diot baina herrian ez duzue esaten egunduko uzta izan dela?
- Bai, baina...
 
Hau giro hau. Florentzio ere bere saltsan, harik eta Lizarrako kaleetan zehar herrian baino ibilera askoz dotoreago zeraman arte.
Herrikidea harro Lizarrako kaleetan barrena, jaun eta jabe. Jauntxoen pare. Bost robada baino gehiago ez daukala jakingo balute, bere lur jabetza futbol zelaia baino txikiagoa dela jakingo balute, pentsamendu honetan murgildurik  nenbilenean  El Bustoko Antoniok txikito bana edatera konbidatu gaitu. Txikito edan genuen bitartean Urantzia aldetik mahasti zabalkundea jakitun ginen.
Bapo eta merkea bazkaldu dugu. Menestra, arkume errea eta sagar erreak. Majo jarri dugu, herrikideari garesti samarra iruditu arren.           
 
- Musean edo pilota partida ikusiku?
- Aukeran pilota partida. Musean herrian egin dezakegu.
- Ez, ez da gauza bera, hemengo mus partidak aparta dira.
Erantzun gabe, kopa eta puro ahoan trinketeko bidea hartu dugu.
- Zer ordu da?
- Laurak laurden gutxi.
- Partida hasi beharrean egongo da. Goazen azkar.
 
San Juan plazatik kalezulo batean sartu, ate handi bat zeharkatuz, pasilo luze  eta estu batetik, zuzenean trinketera sartu naiz. Beroketan zeuden dagoeneko lau pilotariak, bata besteak baino beltzarana, ile kizkurtua, Txitxan deritzana. Lizarrako Txitxan Abartzutzako hirukoten baten kontrako partida hastear dago. Florentzio komunetik etorri zenerako mila duro Txitxanen alde aprobetxatu dut erronka egiteko.
0-0.
Txapa gorria irten da Txitxanek atera du. Lehendabiziko tantoa luzea bezain bukaezina, ehun eskukada pasata. Txitxan defentsan tanto osoan, baina bikain, bost edo sei izugarrizko pilotak jaso ditu.
6-0.
Partida piloteatua. Tanto luzeak. Partida ona eta interesgarria. Tantoak bukaezinak, tanto guztiak hirukoteen alde amaitzeko.
12-1.
Sakez falta. Hutsa galanta. Txitxanek etsita dirudi. Indarrik gabe. Eskuineko eskua minduta omen du. Seigarren kuadrotik pasatzeko gai ez omen du. Eskasean dabil azken tanto hauetan.
15-4.
- Mila duro galtzeko zorian nago. Etsita ikusten dut Lizarrako pilotaria.
- Erronka egin duzu, ala?
- Bai.      
- Noren alde?
- Txitxanen alde.
Ez, ez duzu oraindik galdu. Kontrakoa. Txitxan ustekabekoa da. Partida ugari ikusi ditut. Susmoa daukat ez ote duen galtzen propio. Erronka aldeko amorratua da. Partida ugari hau baino askoz zailago ikusi ditut buelta ematen. Jakina da Txitxanen familia eta lagun minak ere ez direla ausartzen erronka egiten bera jolasten duenean, behin baino gehiagotan erabili duelako posturak alde batera edo bestera eramateko. Oso gutxik dakite galtzera edo irabaztera noiz irteten den.
17-4.
Bi tanto gehiago Abartzutzako pilotarien alde. Azken tantoa ezin hobeto landuta, ezin politagoa. Hirukotea frontoian zehar, aurretik atzera, txokotik zabalera ibiltzen dira. Batzuetan hirurak batera pilota zitala jasotzera estropozoan traba egiten dute elkar. Izerditan patsetan, aitzitik Txitxan orain  fresko fresko. Partidako hasiera bailitzan. Baina azkenean, kale!
18-4.
Akabo. Agur mila duro.
Trinkete guztiak bereziak badira, Lizarrakoa bereziena da. Frailerik gabe, xilorik eta ezkerreko taularik gabekoa. Frontisean, berriz, bi leihatila alanbrezko sare batez estaliak. Leihatila hauetan jo ondoren tanto segurua da. Pilota hila gelditzen baita. Ezkerrezko hormaren erdian beste leiho handi bat dago. Atzeko horma bi metroko ingurukoa goian gradak irekiak daude.
Azken tanto galdu zuenetik Txitxan serio eta zentratua ikusten dut. Atzerako bazterrean pilotak jartzen. Errebote eta pilotak bote eman ondoren gradetan jartzen sei tanto jarraian lortu ditu.
18-10.
Arerioek suertez sarean bete betean jo dute.
19-10.
Akats barregarri bat dela medio sakea lortu du. Horiek sake horiek! Txapa gainean, motzak, biziak, ezkerreko horman ondo sartuak. Jasoezinak.
19-16.
Zelako partida! Azkarra, bizia, bortitza, zitala.
Hurrengo tantoa nahita galdu duela esango nuke. Lepoa egingo nuke.
20-16.
Ikusleak txistuka. Oihuka. Ni urduri, ez soilik jokatutako diruagatik, une horretan gutxienekoa ziren aurretik galdutzat emana baneuzkalako  mila duro. Giroa tirabiratsuagatik baizik. Florentzio gustura. Bat-batean luzatu zidan, Gabino gaur bi mila duro poltsikoan dauzkazu. Agerian dago. Txitxanek gaur ez du galduko. Baietz irabazi. Trinkete osoan normal eta lasai zegoen bakarra Lizarrako jokalaria ematen zuen.
 
Hori esan eta hori gertatu. Bihurrikeriak hasi zen egiten, mozketak txapa gain-ainean, ezkerreko gantxoak bazterrean utzita marra ondo-ondoan. Saltoka eta bizirik ibiltzen da kantxan, txapo azken tantoak.
20-21
Sake zital baten bidez lortua
20-22
Akabo partida. Txitxan irabazle. Dejada zabalean, inor ez da ailegatu lehenengo botean jasotzeko. Trinketeko ikusle  gehienek txarra ikusi dugu, baita Florentziok eta biok ere, eskuineko marra gainean botea ju duelako. Frontoian gauden orok epaileak salbu txartzat emango genukeen pelota da
Polemika handiko partida ez izan arren, eskanbila dezente sortu da, txistuka eta txalo txaparraden artean aldagelara  pozik joan da gure protagonista
Herrira bueltatzean eraman genuen eginbehar garrantzitsuena ahaztu zitzaigula egitea ohartu gara. Ehunaka landare porru erostea hain zuzen ere. Hurrengo ostegurnerako zerbait utzi behar genuen. Ezta!
 
Gerardo Luzuriaga