03/11/2005
Las mujeres (I): Nuestras abuelas / Amamak
Las olvidadas. Si tuviera que definir de alguna manera a las mujeres de La Berrueza, con este adjetivo las definiría: las olvidadas. Se hablan, se cuentan mil aventuras de los hombres de La Berrueza. Cada pueblo tiene mil anécdotas de otros tantos personajes. Los partidos de pelota, las juergas en las tabernas y en las bodegas, las hazañas del bayo... por poner algún ejemplo. ¡Qué pocas veces de las mujeres, y cuando se habla es para mal! Pero las verdaderas artífices, las verdaderas protagonistas de nuestro valle han sido las mujeres. Siempre he pensado que ha tenido que ser duro ser mujer en estos pueblos. Soy de aquí, tengo madre y hermanas, y sé que para ellas es lo normal. Así se han criado, así lo han visto toda la vida, y así lo entienden. Es más, parece que ellas no necesitan nada más, ya que siguen viniendo al pueblo y disfrutan tanto o más que los hermanos. ¡Pero cuántas veces me he dicho a mí mismo la suerte que hemos tenido los hombres por haber nacido hombres! Mujeres sin vida social. Justo salían de casa los días de fiesta y a misa, y al rosario. En la iglesia también eran consideradas de segundo grado, mientras los hombres se quedaban en el pórtico y las paletejas hablando de sus cosas antes y después de la misa, las mujeres entraban religiosamente a sentarse en los bancos de la iglesia. ¡Con el frío que hacía en invierno! En las procesiones siempre en la cola, detrás de los hombres y del cura. Y este era el único momento en que salían de casa para relacionarse con el resto del pueblo. Las mujeres han sacado las familias adelante. Economistas sin estudios, y sin medios. Me río yo de los economistas y gerentes de las empresas de Fagor, de Agni o de la Mercedes. Trabajadoras en el campo, en la casa, en la cuadra... No tenía que ser fácil administrar los alimentos para todo el año, en la mayoría de las casas el cerdo y las gallinas... y eso para todo el año. Nada que comparar con los ecónomos de los conventos de curas y monjas. Nuestras abuelas y nuestras madres si que han tenido valor... Repartir los pocos alimentos para muchos y que pareciese que había en abundancia. La mayoría de las casas han sido gobernadas por estas mujeres inteligentes y a la vez sumisas. Bueno todo esto y mucho más... Ya que yo no he conocido ni la mitad de la mitad. No he conocido, ni tampoco me lo habían contado que las mujeres recién paridas no pudiesen salir de casa sin permiso eclesiástico. Es decir que tenían que pasar la cuarentena antes de salir de casa. Siendo la señal el primer día que acudían a misa una vez pasados los meses de rigor. ¿Me pregunto, si esta limitación, que a mí más me parece un castigo de la iglesia, también era tomada por las propias mujeres como un honor y no como un castigo? Las mujeres han tenido que soportar doble carga, ya que para la iglesia, que en otros tiempos era lo mismo que la sociedad todo lo relacionado con la sangre de la mujer era sinónimo de sucio, falta, pecado y mancha. Recuerdo a Severiana, que según tengo oído iba de casa en casa ayudando a las mujeres a dar a luz. A Gregoria, siempre cuidando a Bego y Javi, dos mocetillos pequeños, todo el día alredor de su abuela, a Josefina, de conversación amena, a Felisa y a su madre, creo que se llamaba Aniceta, que veía hombres en el granero, se pasaba las horas hablando con ellos. A Conce, de baja estatura, pero de un genio endemoniado, no podía soportar que los niños nos acercásemos al pozo cuando las mujeres estaban lavando, a su hermana Paca, Paquita para nosotros, soltera, de una gran religiosidad, su frase preferida era por Dios, por Dios... A los niños y no tan niños cuando íbamos a su casa nos hacía rezar el padrenuestro y nos daba unas galletas marías revenidas, Aparición, Patro y su hija Lucía, Modesta, escobera, de baja estatura, de mucho nervio, a Mere, vestida de negro, a Empera, mujer educada y agradable, a Julia, a Gregoria a la que justo conocí, a Maria Jesús. En las casas caidas quiero acordarme de dos mujeres mayores, vestidad de negron no recuerdo para nada sus nombres. Al lado de la escuela vieja Antonina, creo que así se llamaba, lo que si que sé es que era la abuela de Tere de mi edad, a Pilar, la recuerdo más por los viajes que hacía al hospital que por los días que pasaba en Nazar, pero la recuerdo muy bien. A Teófila y su madre, la caststellana, esta es a la primera persona que me acuerdo que le llevaron el Viático, con campanilla y todo. A Conce y Leona que aunque fuesen de Nazar, las recuerdo como veraneantes del barrio de arriba, Resurre y Engracia. De Resurre, la maestra, podría escribir un libro, de su hermana Engracia, recuerdo un viaje que hice a Zirauki a hablar con ella, creo que ya en aquella ocasión tenía un poco perdida la cabeza, al final vino a vivir a Nazar. Me habré dejado alguna, no he citado más que las que conocí en la juventud, aunque los recuerdos se mezclan y es fácil mezclar épocas y nombres... Estas y las que han vivido después han sido las verdaderas protagonistas del pueblo, bastante más calladas, y hasta trabajadoras, me atrevería a decir que los hombres. De todas maneras, ¡Cuántas y cuántas mujeres salieron del pueblo!, para perderse en la jungla de las ciudades, en el anonimato, pues para eso el pueblo es muy desagradecido, no se tiene para nada en cuenta a los que se fueron y vuelven como forasteros alguna vez que otra. Las hermanas y jermanos de mi padre, y las hermanas y hermanos de los demás del pueblo. Aquellos/as que venían de pascuas a ramos al pueblo, a pesar de ser tan nazarenos/as como mi padre, y los demás que viven de continuo. Para nadie del pueblo han sido nazarenos/as, a pesar de haber dado sus mejores años de su vida entre ellos... He leido el libro "tierra de estrellas" de Ana Diez de Uré y Paco Roda, ¡Qué sorpresa! al encontrarme con que aparece citada Celedonia Yániz. Dice así: nació en el seno de una familia de labradores de Nazar... la guerra carlista... arruinó la casa de sus padres...Vivió en el siglo XX en Estella. Y como ésta existirán desperdigadas por toda la geografía vasca, sin que las hayamos conocido... De los que se fueron muy poco se ha hablado en el pueblo. Ikazkina |
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19. Gabino
(ESTAMOS LLEGANDO AL FINAL, pero si por casualidad os está gustando no os preocupéis, fuera de esta narración, tengo bastantes anécdotas en el coco como para aburrir a un rebaño de ovejas aburridas) No puedo dormir. No tengo ganas de dormir, lo intento, pero no lo consigo. En vano, hasta me duelen los ojos de tanto cerrar los ojos. Agotado al final parece que me he dormido. Vuelta tras vuelta en la cama, me levanto a tomar un vaso de agua. Pasa media hora, me tomo un vaso de leche caliente con la intención de tranquilizarme.Oigo las campanadas de la torre como si estuviesen al lado. Las doce, la una, las dos. Retumban en mi cabeza, me traen viejos recuerdos, me detengo en ellos, pero sigo sin poder dormirme. Cuando parece que me he dormido oigo el kirikikiiiiiiiiiiii del gallo. No he pegado ni ojo. Justo cuando más a gusto estaba, me despiertan los golpes en la puerta de la casa de al lado. Son las diez. Más a gusto no puedo estar en la cama, acurrucado, calentito. Me doy media vuelta y me duermo de nuevo. Las diez. No me puedo despertar, medio despierto, medio dormido me viene a la cabeza que es martes, quiero levantarme pero no puedo, un poquito más, otro poquito más y así van pasando los minutos. Me despierto de dos en dos minutos y pienso que ya estoy levantado, pero no. Sigo allí acurrucadito entre las sábanas calientes. Se me ha hecho tardísimo. No tengo tiempo de hacer tostadas, ni tomar mantequilla. Me tendré que beber la leche de un sorbo si quiero llegar para cuando el médico no se haya marchado. Estoy bajando las escaleras cuando me tropiezo en la entrada de casa con Don Hugo, el médico que viene a verme. ¿Qué tal marchas Gabino? No he podido pegar ojo. No he dormido ni pizca. Al sentir el aire fresco de la calle y al ver las golondrinas revoloteando por encima de nuestras cabezas, me ha entristecido y me ha recorrido una sensación preocupación. A ver Gabino, qué tienes ahora, me ha preguntado el médico conforme atravesaba el dintel de la puerta de la cocina. No estoy bien. Le he respondido ofreciéndole una silla para que se sentase. Entonces como siempre. No esta vez, parece que es de preocupar. Estos últimos días tengo un dolor extraño en la cadera. A ver, a ver bájate los pantalones. Te duele. Sí. No parece gran cosa. Tómate cada día una pastilla de éstas. Me ha despedido con la sonrisa de todas las semanas entre los ladridos de los perros de alrededor. Me da la impresión que no me ha dado más que un placebo. Las pastillas por no tener no tienen ni prospecto. Sin caja ninguna. Hoy hemos tomado un camino diferente. El camino de Asarta. Nos hemos sentado enfrente de la iglesia medio derruida del despoblado de Disiñana. Han llegado paseando un matrimonio ya mayor que viven en San Sebastián, pero que veranean en Asarta. Gabriel y Maritxu Gastón, nacida en Mués. Gabriel se ha despachado a gusto contra el régimen de Franco. Lo no oído ni en tiempos de la guerra. Mis amigos Felipe y Florencio ni han pestañeado, es más en todo momento asentían con la cabeza, como si estuviesen conforme con todo lo que decía el famoso poeta, de barba blanca poblada. ¿Pero quién se cree que es éste? Dijo Felipe, una vez que se ausentaron. ¡Qué sabrá este de nuestro pueblo! Ya me parecía extraño que estos viejos falangistas admitiesen tan fácil los razonamientos del forastero. 20. Ni neu Loak ez nau hartzen, alferrik begiak ixtea, mindu arte saiatu naiz begiak ixten. Loak hartu ezean azkenean ahaleginak ahalegin nekeak gainezka egin dit, jeiki naiz buelta bat etxe barruan ematera, baso bat ur edatera, ordu laurden barru baso esne bero bat edan izan behar dut lagungarri izan zitekeelakoan. Ezin dut lorik egin. Elizako kanpantorreko erlojuaren hotsak tak, tak, tak, hamabiak, ordubata, ordubikoak entzun ditut, loak hartu nauenerako oilarraren kurru-ku-kuek esnatu naute. Hutsean pasatu dut gaua. Lo seko nengoenean aldameneko etxeko ate jokak esnatu naute. Bederatziak dira, halere oso gustura nago ohean, buelta erdi eta loak atzera hartu nau. Hamarrak, ohetik ezin izan naiz jeiki, gustura nago izaren artean bururaino estalirik. Asteartea zela konturatzean, ohetik jeiki naizela salto batetik esan nahi nuke, baina ez da izan horrela. Oso berandu egin zait, presaka ibili beharko dut. Dagoeneko ez dut gosaria ogi eta mermeladaz amaitzeko astirik sendagilearen kontsultara helduko banaiz. Etxeko eskaileretan behera noanerako medikua ateaz bestaldean daukat Zer moduz. Ondo lo egin duzu? - Ez da ikusten begiak ezin irekirik nagoela? Gauean begiak bildu ez ditudalako! lo gutxi eginda nagoelako! Haize freskoa aurpegian sentitzeak eta zeruan enarak hegaz ikusteak tristatu eta beldurtu nau Zer moduz Gabino, sukaldeko atea zeharkatuz galdetu dit medikuak Ondo ez. Erantzun diot aulki bat eskeiniz. Orduan betiko moduan Ez ez, oraingoan ez, aldakan izugarrizko mina daukat. Ondoezik nabil Lasai. Ez du ematen gauza handirik. Egunero, datorren astearte arte bazkaldu ostean hartu pilula bat Irribarrez agurtu nau aldameneko txakurren zaunken artean. Susmoa daukat plazeboa besterik ez didala errezetatu, bada, pilulak prospektorik gabe eman dizkidalako. Amorrua eman dit paseotan besteen erritmoak, batik bat aldapa gora egin dugunean eta haiek bezain traketsa ibili behar Hiru urte behar izan ditut errealitatea ezagutzeko. Egunero bezala, gaur ere betiko ibilbidea hartu dugu, beste egun batzuetan bezala gaur ere aldameneko herrian uda pasatzen duten Gabriel eta Maritxurekin topo egin dugu. Donostiako olerkari ospetsu omen. Herrikideek betileak higitu gabe, entzun entzuten badakitela ondo erakutsi dute; Gabrielek frankismoaren politika hankaz gora jarri baitu, eta Florentzio eta Felipe burua goitik behera mugituz arrazoia emango balute bezala adostasuna adierazi dute. Aitzitik, denon artean gehien ulertu duena, ezbairik gabe, Benito gaixoa izan da; Nahiz eta ea nor zen hain ondo hitzegiten zuen gizon hori, eta zer izena zeukan hamaika aldiz galdetue. Grabiel, Grabiel errepikatuz etorri da ibilbide osoan, ahaztu orduko galdera bera egiteko Zer ote daki honek gure herriez baino ez dute errepikatu gainontzekoek, bere aurrean izan diren bitartean apezpikoaren hitzak izango balira bezala men eginez. Herrian betiko sustraiak sekula sekulorumerako daude finkatuaz ohartzeak pena handia eman dit Zer demontre. Non daude falangista hutsak izandakoak, orain harri azpian miatu behar ditut falangistazaleak aurkitzeko, erregimen kontrako batere ez aurkitzeko Florentzio eta postariak behin eta berriro errepikatutako esaldiak belarrietan pilatzen zaizkit. Bigundu egin zaizu bihotza. Gabino, Gabino errealitatean ez da ezer aldatu... Herrira itzultzea, gustuko lekuak aurkitzea, lagun min zaharrak agurtzea, familia, anaia, ilobak ikustea eta zergatik ez barruko harropuzkeria, zahartasunak, ez dit lagundu gehiegi herriko benetako egoera neureganatzeko. Lehendabiziko hilabeteetan ikusi dudan oro atsegina eta orekatua iruditu zaidalako bihotza bigundu eta mihia leundu egin zait Gerardo Luzuriaga Sanchez |
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21/10/2005
18. Lagunak / Los amigos
Son las 12 y media. Tocan a la puerta. Es el cartero, Epi, que como todos los días hacia esta hora suele pasarse con la correspondencia. Un enamorado de la caza. Sin prisa. La destreza de sus cachorros, y el ciclismo son sus temas favoritos. Desde que ha cambiado su vieja bicicleta por la lambreta no tiene prisa para volver al pueblo. Otro tema de conversación es el ciclismo. En la época del Tour, aunque no sabe leer, para cuando llega a casa, se sabe de pe a pa lo que traen el Diario de Navarra y el Pensamiento Navarro. Nos pasamos la mañana comentando las hazañas de Carlos Echeverria, Francisco Javier Galdeano, Gabica... Desde que Florencio no me visita tan a menudo, la llamada de Epifanio, se ha hecho imprescindible. Es un hombre de pueblo de toda la vida. Un hombre avispado, nunca fue a la escuela. Pero capaz de amoldarse a cualquier oficio y circunstancia. Es cartero sin saber leer. No hay nada que él no sepa de este valle. Especialmente los días de invierno pasamos horas y horas comentando los acontecimientos del pasado. De él he conocido los nombres de los delatores en tiempos de la postguerra, los detalles de los fusilamientos. Los lugares y los participantes en las reuniones secretas. Quienes fueron los verdaderos instigadores de las decisiones más comprometidas y los autores de las acciones. Era sábado, hora de reunión con los amigos, pasaban los minutos y no llegaban. Se avecinaba una tormenta, era un día de esos en que las moscas estaban pesadas, se posaban en los brazos y picaban de vez en cuando. Llegó Felipe. Estaba más nervioso que de costumbre. Deja a las moscas en paz, que me estás poniendo nervioso. Le comenté. Allí estaba moviendo la boina de un lado para otro, dando golpes encima de la mesa con lo que dejaba cada vez seis o siete moscas muertas y otras tantas atontadas revoloteando alrededor nuestro. Florencio y Benito llegaron a la vez, sudorosos. No se si se debía al viento sur, pero Benito parecía más nervioso que de costumbre. Toda la tarde la pasamos sentados a la sombra comentando los temas de costumbre: el asesinato de Kennedy, la facilidad con que se hace el dinero en Alemania, la educación tan penosa que se estaba dando a la juventud, lo corta que es la vida... Tú si que andas bien, Gabino. ¿Bien? Como siempre, ni bien, ni mal. De unas cosas bien, y de otras bastante escaso. Sí, Gabino, sí. Tú si que estás de primera, y también este medio inválido. Dos meses con los Nacionales, y mira le ha quedado una pensión de general para toda la vida. ¡Tenéis todo el dinero que queréis! No me lo podía creer. De nuevo me sorprendió, Florencio, con los mismos temas de siempre. El dinero, la seguridad, las enfermedades. ¡Mira el otro! ¿Ah, ah, te refieres al dinero? Florencio me miró de reojo. Enfadado. No me contestó. Intentando cambiar la conversación, le comenté qué tal le había dado el último análisis que se había realizado. Qué raro Felipe no llega hoy. Seguro que le ha pasado algo. Donde se habrá metido. Seguro que está enfermo, repetía Benito una y otra vez. Seguro que Felipe está enfermo, le respondí, mirando a Felipe con cara de guasa. Gabino no te hagas el tonto, si no quieres que hablemos de dinero, dilo y ya está. Habla, habla medio balbucí algo avergonzado, pero sin ninguna gana de volver de nuevo al tema del dinero. ¡Qué canso! – Pensé para mí. A eso de las 7 de la tarde, nos pusimos a andar, con la intención de llegar hasta la fuente. Vosotros si que estáis bien. Pero Florencio, ¿De qué te puedes quejar? Tenemos todo lo que queremos, salud, y dinero no nos falta. ¿Qué más queremos? Somos ricos, tenemos de sobra para vivir. No nos podemos quejar comenta también Felipe, a pesar de que no nos tiene acostumbrados a este tipo de comentarios personales. Tú sí. Le ha respondido agriamente. Con tu sueldo del estado. Por dos rasguños de nada y rico para toda la vida. Nosotros ya tenemos que estar más preocupados por la salud que por el dinero, amigo Florencio. Jode, jode, ¿Cuánto te ha costado rehacer la casa? ¿Seguro que has pagado medio millón de pesetas? Claro ¿como a ti las empresas de América te dan dinero a manta, y tu Felipe como con lo que cobras del gobierno no sabes ni donde meterlo? Así cualquiera está solo preocupado con la salud. Esto si que es vida, no lo cambiaría por nada del mundo, me salió de dentro mientras tomábamos un trago fresco de la fuente. Desde luego, como tienes todo lo que quieres. No comencéis de nuevo. Por favor. Nos sorprendió a todos Benito. ¡Qué fácil ve la vida, el que la tiene resuelta de antemano! Pero ¿Qué es lo que te preocupa? Soy viejo. No sé donde acabaré. Lo que veo en casa, lo que me espera no es nada agradable. Te prometo que no te faltará de nada, tendrás todo lo que te haga falta y más. Tranquilo. Comenté, aunque sabía que para lo que el necesitaba tenía de sobra y también para diez como el. Pero… No, no, no es eso. Hablo de la seguridad, no de caridad. ¡Qué sabréis vosotros! Al anochecer, sentados en el lugar de costumbre divisamos todo el valle, a lo lejos se ven seis cosechadoras y otros tantos tractores faenando en los campos. Permanecemos las horas muertas sentados, sin prisa, siguiendo el vuelo de las mariposas y los aviones, oyendo de lejos el piar de los pájaros y el canto penetrante de la chicharra, y especialmente nos llama la atención el vuelo de una babuta con su cresta de colores vivos y diversos. Pasan las horas tranquilamente. No apartamos la vista de las cosechadoras rojas de la marca Laverda, que poco a poco van acabando con el cereal como si de langostas se tratasen. ¿Por qué no hacemos una cena como las de antaño? Podemos aprovechar que mañana es jueves. Le podemos decir a Gloria que nos traiga todo lo necesario de Estella. Dicho y hecho. Para cuando vinieron los amigos, ya tenía preparada la sopa de ajos, la merluza al horno y el cordero. Trae más vino Llené de nuevo el porrón. ¡Qué no estamos en épocas pasadas! Dijo Florencio mirando a Benito, para guardarse el vino y racionar el pan. ¡Hoy también nos vas a dar la noche! Cascarrabias. Intenté cambiar la conversación. ¿Florencio te acuerdas lo que nos ocurrió un jueves en Estella?, tendríamos unos 20 años. Entramos a una bodega a comprar dos botellas de anís las cadenas. Una vieja de Bearin estaba contando una historia triste y bastante desgraciada. Cuándo acaba la mujer de contar la historia, no se le ocurre a Florencio más que decir ¡qué triste, qué triste!. Y todos los que estaban en la tienda entendieron ¡que chiste, que chiste!. Florencio repetía y repetía triste y ellos entendían chiste. Y cuánto más lo repetía más se mosqueaban los clientes. Florencio repetía ¡Qué triste! Y la cara de los clientes se iba encendiendo más y más. ¿Pero qué os ocurre? Se enfadó Florencio. Pero si lo que estoy diciendo es lo más normal. Normal, normal será en tu pueblo. Al final por fin de tanto repetir, a Florencio se le ocurrió cambiar la frase y en vez de usar la palabra triste, usó la palabra pena. ¿Pero no me digáis que no os da pena a vosotros qué aquélla pobre mujer se tuviese que ir del pueblo porque lo mandase el cura? ¿No me digáis que no os parece triste? Se acabó la discusión. Se acabó el enfado. La frase tuvo sentido y todos la entendieron. Y todavía la vieja de Lezaún mirándonos fijamente nos dijo, pero que pasa ¿Qué no sabéis pronunciar la tr o qué demontre pasa aquí? ¿Y vosotros no os habéis dado cuenta que usáis un tono cantarín en todo momento? Completamente aburrida tenéis a media navarra con vuestro ico, ico. Recadico, mocetico, ratico… les respondió Florencio bastante enfadado y dolido. Eran las 12 del mediodía del día siguiente, y Florencio que no aparecía. Poco a poco comienzo a impacientarme. Normalmente él es el primero que llega. Ya pasaba media hora, cuando me pareció ver el 127 blanco del médico aparcado enfrente de la casa de Florencio. Preocupado bajé hacia su casa. Bajo poco a poco, sin prisa, preocupado, pensando que le habría ocurrido algo serio. Nada más empujar el ventanillo de la puerta me encuentro con Florencio sentado tranquilamente en la mecedora de caña medio adormilado. Habrás dormido bien, ¡cabrón! ¡Qué cojones haces ahí tumbado! ¿No es hora de dar el paseo? ¿No sabes qué hora es? No voy a saber. El hijo anda con fiebre. La nuera ha tenido que salir y me han dejado encargado de la casa. Fuera hacía un sol sofocante, por lo que hemos decidido quedarnos charlando, aprovechando la frescura del portal. Nos ha dado pereza salir al sofocante sol, y hemos pasado la mañana aprovechando la frescura del portal. Sin venir a cuento me ha comentado Gabino, creo que no nos conviene meternos en discusiones como las que hemos tenido estas semanas pasadas. Recuerdas la que tuvimos hace unos días. Qué la luna de día era imposible que saliese y mucho menos que la viésemos desde la tierra. Pues, rediós, al siguiente día de haber tenido la discusión salgo a la puerta de la calle y allí que me la veo. Más clara y reluciente que en una noche de invierno estrellada. Joder, qué rabia me dio. Gabino, no merece la pena enfadarnos por tonterías. ¿Qué te crees que no me he dado cuenta de tus triquiñuelas? Cuando estamos solos parece que me das la razón. Pero en grupo, te aprovechas de lo que te he comentado a parte y te conviertes en el enemigo más implacable. A nuestra edad y andando como mocetes. Pensé para mí. A punto estuve de hacer alguna gracia, pero me callé. Bajé la cabeza y traté de decir algo coherente pero sin darle excesiva importancia al tema. Tienes razón Florencio, al fin de al cabo, no somos más que tres gatos, y pasamos todo el día juntos. No merece la pena discutir y enfadarnos. Total no podemos resolver nada. ¡Pues no nos hemos juntado dos buenos cabezones! 19. Lagunak Hamabi eta erdietan gorabehera postariak ate joka ohi dut ehiztarien gainean aritzeko. Ehiztari amorratua baita, lau ehiza txakurren jabea, zein baino zein hobea. Hilabete batzuk igarota, matraka handia eman ondoren Lur izeneko txakurtxoa onartu dut, indartsua, belarri luzeduna. Epifanioren hitzetan peligri seinalearen hutsezina da hori. Geroztik elkarrekiko adiskidetasuna egunetik egunera areagotzen doa, bizikleta zaharra lambreta motorraren truke aldatu zuenetik inoiz ez dauka presarik herrira itzultzeko. Orduak ematen ditugu elkarrekin solasean, batez ere negu-neguan posta boltsa banatutakoan. Ehiztari eta txirrindularien mundua daukagun hizpide. Frantziako tourraren garaian Desojoko botila ardo gorri batekin kiroleko kazetarien lanari ekiten diogu. Irakurtzen ez badaki ere etxera ailegatzen denerako badaki zer dakarten Diario de Navarrak eta El Pensamiento Navarrok. Bertatik bertara jarraitzen ditugu Aramendiako Carlos Etxeberria, Iguzkizako Francisco Javier Galdeano, eta Gabikaren gorabeherak. Eguerdiko bisitaldia, batez ere negu-neguan ezinbestekoa egiten zait. Florentzio gero eta gutxiago ausartzen denez kalera irteten, Lizarrara ostegunero joateari utzi behar izan diogu, hortaz ez da harritzekoa eguneroko postariaren bisita oso estimatua edukitzea. Alta, lagungarriak dira Epifanioren elkarrizketak, herrikoa ez izatearrren askatasuna handiagorekin ibiltzen baikara. Benitoren barrabaskeriak zehatz-mehatz gustura entzuten ditut: guda zibil osteko eginkizunak ezagutzera ematen baitizkit. Kultur handiko gizona ez bada ere, herrikoek daukaten sena edukitzeaz gain izugarrizko abilidadea dauka entzundakoa hitzez hitz errepikatzeko, urte asko postaria izanda ez da existitzen ezer haran honetan berak jakin ez duena. Herrikoi kutsua aurpegian darama, haren konfidantza lortuz gero lagunen lagun fidela baino fidelagoa da. Lagun minekin mihian bilorik ez daukaten horietakoa da, haria atera eta entzun zitekeen gauzarik larriena luzatzen ausartzen diren gizon horietakoa da. Gustura ibiltzen gara elkarrekin aspaldiko gauzei erreparatuz, nire harridura aurpegia ikustean garrantzitsuena errepikatzen ohi du ni konbentzitu nahian, aurretik konbentzituta izan ez banintz bezala. Askotan kontatzen didanak min ematen dit, baina bidenabar gustura entzuten dut, haraneko salatarien izenak, fusilamenduen xehetasunak.. Entzundakoa min egin arren ezin naiz erdian gelditu eta zehatz-mehatz kontatzera bultzatzen dut. Guda zibilaren garaiko edozein berri entzuteko irrikitzen nago. Ekaitza zela eta beranduegi azaldu ziren Benito eta Florentzio, behin eta berriro euliak ziztatzen zuten egun horietakoa zen, astunegi, Felipek , segundoro eskua astinduz aurpegi besoaren parean jarriz euliren bat akabatzen saiatzen zen. Hegoaize zela eta, Benito urduri zebilen, betiko esaldi motzak errepikatzen, txapela eskuan eulien kontra erabiliz, jaurtiketa bakoitzean euli pare bat lurrean uzten zuen. Gogoan ez badaukat ere zeri buruz ibili ginen, betiko gaiei ekin geniolakoan nago, elkarrizketa sinpleak, konpromisorik gabekoak, Estatu Batuetako Kennedy Presidentearen heriotza, zer erraz egiten omen den dirua Alemanian... Seme-alaben heziketa eskasa, astinduren bat garaiz ematea ezinbestekoa dela ondo gobernatzeko familia, eboluzio iraultzailea, bizitza ziztu bizian bukatzen da... Elkarrizketa hauetan ez neukan hitz egiteko gogo handirik, gehienetan entzuten gustura egon arren. Dena den, gehienetan gauza gehiegi esateko ez eduki arren noizean behin parte hartzea saiatzen nintzen. Behin batean, txorietan nenbilela, gutxien espero ez nuenean, Florentziok nire begira esan zidan: Gabino zu ondo zabiltza! Ondo? Beti bezain erdipurdi, edo beti bezain ondo segun nola begiratzen dugun. Bai zu, bai Benito, eta baita sasielbarri hori ere ondo zaudete. Arazorik gabe, nahi beste diru daukazue. Sorpresaz jaso nuen ateraldia Hara bestea! A, a, diruz mintzatzen zara! Zeharka begiratu zidan. Zer moduz azkenaldi honetan errainarekin? lasaitu da zure odol analisien emaitzak ikustean? Felipe zuhaizka baten ondoren txisa egiten ari zenean, urruti baina bistan, Benitok esan zuen: Gaur Felipe ez dugu ikusi, zer arraroa. Baietz zerbait gertatu, seguru gaixorik dagoela Bai, bai Benito, seguru gaixorik dagoela Gabino ez egin tontoarena, ez baduzu honi buruz berba eginnahi, esan eta kitto Lotsaturik erantzun nion, esan, esan... eta hitza mihipuntan zer esan ez dakidala geratu nintzen... Ez ohiko bidea jo dugu, iturriko nagusitik pikotara daraman kale estu-estutik Ezin gara kexatu, nahi dugun guztia daukagu, zer gehiago nahi dugu? Aberatsak gara. Bizitzeko soberan daukagu. Ez ibili beti kexaka, zer gehiago nahi duzu? Bai, zu bai, etxe dotore berreskuratu duzu, milioak gastatu dituzu, Ibarrola igeltseroek soilik jakingo dute zenbat ordaindu duzun. Antzematen da non dagoen dirua. Luxuzko hormak, kanpoko hormetako harria aterata, milioak eta milioak gastatu dituzu soberan daukazulako. Amerikan sortutako enpresen etekinei esker ez duzu arazo ekonomikorik, ez dakizu non gastatu aurreztu duzun dirua. Felipe ere diruz usteldurik dabil, hilabetero kriston soldata kobratzen duenez, ez du edukiko lekurik dirua gordetzeko, hori sortea hori!, Nazionalen aldetik jotzea eta purtzileko zauri bategatik generalaren erretiroa kobratzea. Hori da trebetasuna Zu ere ezin zara kexatu gobernuak ematen dizunarekin demasa daukazu. Lizarrara joatera galerazi zizutenetik ehun pezeta gastatzeko ahalegin aparta egin behar duzu. Herrian bizi garen zaharrok osasunari begira egon behar dugu eta ez diruari begira Iturrian bertan, ura edan ondoren atera zitzaidan Hau bizimodua, ez nuke aldatuko munduko urre guztiagatik ere. -Atera eta damutu, jakina Noski zuk ez, nahi duzun beste diru daukazunez Ez hasi betiko erretolikarekin. Mesedez. nik zeharka begiratuz Florentzio, Florentzio. Zer falta zaigu. Aberatsak gara. Ez izan inkonformista. Demasa daukagu, dena. Zer gehiago eska dezakegu, disfruta dezagun, txitxarren bizimodua daramagu, disfrutatu besterik ez dugu egiten Gabino, zer erraz ikusten den bizitza behar duen dirua soberan duenak Zerk kezkatzen zaitu Zaharra naiz. Ez dakit non bukatuko dudan. Etxean ikusten dudana ez da atsegina. Erraina errieta bizian dabil Agintzen dizut zuk nik baino gehiago irauten baduzu, behar duzun guztiaz jabetuko zarela. Trankil? Ez, ez da hori. Diruaren seguridadeaz hitzegiten dut, ez karitateaz, ez horretaz. Ez da erraza azaltzen Ordubete ibili ondoren gustukoen geneukan lekura bueltatu ginen, hots, haran osoa begiztatzen duen lekura. Beroa jasanezina da arratsalde parte horretan, eskerrak txaparrada galanta erori zen Dena geldo dago. Bero izugarria, higidura gabeko naturan biziko baikina, aitzitik bizi bizirik dago dena. Leku pribilejiatu hartako goi-lautadatik zuhaitzak, zuhaitzen adarraren gainean dzeuden hegaztiak, traktoreak eta lau uzta-makina gorrikdunek lekutan egiten duten lana jarraitzen dugu Nabarmena da isiltasuna, bakardadea, edozelan ere goxo-goxoa. Paradisuan Eserita eta haranari so, presarik gabe, gabioiak hegaka eta pinpilipausen mugimenduak begiekin jarraituz, txitxarren eta txorien txio-txioka entzunez, argi-oilarraren hegadak dastatuz eta uzta-makinen lana hizpide ematen dugu arratsaldea. Aurrean daukagun argi-oilarraren hegada dotore, motza, lumen erromako zubiko kolorekoak, gandorraren luma ikusgarriei erreparatzen diegu. Argi-oilarra bera aukerakoa, bici-bizia, orekatua, gandorra eta moko luzeari esker airean hegak mugitu barik oreka mantentzen dakien hegaztia, pinpilipausen hegada paregabekoa, bistarako erakargarria Plazerra da orduak isilik, bakean bizitzea. Dena kontrolpean, gauden lekutik haran osoa kontrolatzen baitugu. Muino baten gainean gauedenez hemengo inguru guztia ikusten da. Ezer berezirik gertatu gabe, atsegin, presarik gabe, hutsari so egiten, denbora pasa, gustura. Lurreko Paradisuan. Lau uzta-makina Laverda gorri markakoei, Gasteizko Ajuria etxeak egindakoei so begira ematen dugu denbora - Zergatik ez dugu egiten afari bat? - Bihar osteguna izanda, ongi moldatuko gara behar dugun guztia lortzen. - Ederki, Gloriari esango diogu dena ekartzeko Pentsatu eta egin Gauean lagunak etorri zirenerako prest neukan berakatz-sopa, legatza labean, bildotsa eta sagar erreak - Ekarri ardo gehiago. - Ez gaude garai bateko aberats etxe batean, ogia eta ardoa errezionatuta edukitzeko! - Jode, Florentzio, zer ipurterre zaren! - Porroia bi bider hustu ondoren gogoz bete nuen - Goazen sutondora pattarra eta anisa edatera! Hobe joan ez bagina! Anisa eta pattarra gehitxo edan genuen gaztetako bihurrikeriak gogoratzen ezin animaturik kantari ibili ginen ordubiak arte. Gehiegi jan genuen, baita edan ere. Baita pasadizo asko aipatu ere. Gogoan daukazu Florentzio, gertatu zitzaidan ostegun batean Lizarran bertan, herritik hogeita bost kilometrora! Denda batean geundela, bi botila anis erosteko, Abartzutzako atso bat istorio triste eta latz bat kontatzen zegoen. Erdaraz, jakina! Istorioa benetan tristea zen. Entzun ondoren, bururatu ba ez zitzaidan esatea: “Qué triste, qué triste!” eta dendan zeuden guztiek, “¡Qué chiste, qué chiste!”,ulertu omen zuten Nik “triste” esaten eta haiek “chiste” entzuten; horrela, esaldiaren esanahia erabat desberdina izanda, ez zen arraroa haserretzeko zorian egotea; elkarri piperrik ulertu gabe, esaldi motza errepikatzen aspertuta nengoen. Areago oraindik “¡Qué triste!” errepikatzen nuen bakoitzean jendearen aurpegiak gero eta sutsuago ikusten nituen Baina, esaten ari naizena normala da! -esan nien, haserre samar Normala? Hori zure herrian izango da! Lizarran eta Abartzuzan, behintzat, ez da normala! Azkenean, errepikatzearen errepikatzeaz, behin “pena” hitzagatik ordezkatzen asmatu nuen. Akabo eztabaida, akabo haserrealdia!. Esaldia ulergarria egin zen - Baina, zuen herrietan ez dakizue bereizten TR eta CH hizkien soinuen artean ala? - Eta zuek ez zarete konturatu soinu kantari baten laguntzaz berba egiten duzuela, ala? Nafarroa erdia aspertuta daukazue hainbeste "-ico, -ico" aipatzen. Recadico, mocetico, ratico... erantzun nien, erdi saminduta Gerardo Luzuriaga |
17:35 | Permalink | Comentarios (0)
20/10/2005
Excursión por La Berrueza
Los árboles singulares / Euskal Herriko zuhaitz bereziak A los de La Berrueza, y especialmente a los de fuera, que leaís estas líneas os propongo una bella excursión. Podeís pasar un día estupendo recorriendo los árboles singulares o monumentos naturales -toma término bonito o cursi-. Bueno no creo que haga falta madrugar mucho, a eso de las 10 os podéis tomar un café en el bar del camping de Acedo, de ahí os vaís a Sorlada, recorred andando el pueblo, todavía se coservan portales preciosos, puertas de madera antiguas con clavos antiguos, aleros de casas bien conservadas, pero con rasgos arquitectónicos de siglos anteriores. No os olvidéís de dar una vuelta contemplando las casas, las calles solitarias, los balcones.... De aquí con el coche subid hasta el Santuario de San Gregorio, Basílicca de estilo barroco. Desde la cima mirando hacia el sur se contemplan las tierras de la ribera, y al norte la sierra de Codés y la Sierra de Nazar, tal vez esta es la vista más bonita para divisar los picos de Joar y la sierra de Codés, últimas estribaciones de la Sierra de Cantabria o Sierra de Toloño. Desde aquí también se ve muy bien el pueblo de Asarta. Bajad de nuevo al pueblo e id a Learza, aquí se encuentra el árbol también calificado como árbol singular, el quejigo de Learza. De aquí dirigiros hasta el cruce de la carretera general para llegar a Cábrega, ahi os encontraréis con las encinas de Cábrega, creo que ya no queda más que una, ya que la otra desapareció hace unos años, a causa de un rayo –bueno, es lo que creo-, de paso no aprovechad para ver el palacio de Cábrega, en otros tiempos centro neurálgico del valle. Aunque es extraño, nunca he oído hablar a los mayores sobre esto. Pero me imagino, que tratándose de una gran hacienda de un Marqués residente en Madrid, con la llegada del marqués y la familia, todo el valle se debería revolucionar. Aprovechad para contemplar una panorámica preciosa de la sierra de Codés, la iglesia de Mirafuentes -Iturriaga- y el pueblo de Nazar a los pies de su sierra de Costalera, Locijo, Peña la Miel. De Cábrega dirigiros a Otiñano, aquí os recomiendo tomar un buen trago de agua de la fuente, fuente vistosa y majestuosa, realizada con el dinero que dejó en testamento el obispo de Otiñano, así como el lavadero, recién reconstruido por los albañiles de Nazar –Ibarrola-. No tengáis prisa, recorred el pueblo, en dos minutos se hace, pero la tranquilidad que se respira es inolvidable. De aquí id a Nazar, aunque en este pueblo no existen árboles singulares o monumentales, - en todo Euskal Herria no hay más que 56- merece la pena ver las cinco encinas preciosas, viejas, pero no tanto como las de Cábrega, o Mendaza; pero dignas de visitarse, rodean el campo de fútbol del Amaika bat, con porterías reglamentarias. Desde el campo fútbol, por una senda de unos 15 metros se llega a los pinotes, desde aquí se contempla todo el pueblo, todo el valle, se divisan todos los pueblos: Olejua, Learza, Etayo, la torre de Piedramillera, Lerín, Otiñano, Ubago, Mirafuentes, Mendaza, y especialmente el santuario de San Gregorio. De Nazar bajad de nuevo a Mendaza, aqui, al otro lado del monte, después de ascender un monte no muy alto se llega a un llano, donde os encontraréis con una de las grandes maravillas naturales de Nafarroa, monumento natural, la encina de las tres patas. Daros una vuelta, por los alrededores, el llano lo merece. Sin prisa bajad de nuevo al pueblo, para esta hora ya serán las 2 del mediodia, os propongo tomar un vino en Acedo, y comer bien en el campin de Acedo o bien en el bar de Ancín, Iribias, - creo que se llama, aunque he estado infinidad de veces, confundo el nombre, por i seguro que comienza, y el dueño es tío carnal de un buen amigo mío, Jon Iriberri- aquí podéis gozar de una comida navarra, buenísima, seguro que no salís decepcionados, el restaurante está en la misma carretera de Ancín. Por la tarde, ya que la excursión va de naturaleza, y de árboles singulares, podéis dirigiros al pueblo de Eraul, a unos 10 kilómetros, aquí también existe una encina maravillosa, la encina de Eraul –también árbol singular-; de aquí si os apetece os recomiendo ver el Roble centinela de Zudaire, a unos 25 kilométros en las Ameskuas; y ya para acabar, especialmente si tenéis que volver a la zona Bilbao, Donostia o Gasteiz por la carretera de Estella a Vitoria no dejéis de visitar el fresno de Santa Teodosia en el valle alavés de Arana, y el tejo y el tilo de Antoñana Katagorria |
21:03 | Permalink | Comentarios (0)
19/10/2005
Noticias / Berriak
Kaixo Este fin de semana, se ha rodado una secuencia de la película "Bajo las estrellas" de Fernando Trueba en la carretera entre Nazar y Asarta, en Disinaña. ¡Qué sorpresa! LLegar, tomar el cruce de Nazar y ver unas luces y dos camiones cruzados en la carretera. ¡Ha habido un accidente! Un foral en el cruce de Asarta, me aclara todo. Están rodando una película. Toma, una película en Disiñana, eso si que es noticia. Me vuelvo y a dar la vuelta gustoso y contento por Cábrega, Ubago, Mirafuentes y Otiñano, hasta llegar a Nazar. Según me cuenta "la Gloria" es una película basada en el libro "el trompretista del Utopia" de Fernando Aranburu Irigoien, de San Sebastián, pero que algo tiene que ver con Estella, según ella bastante más que algo y el segundo apellido además así le delata. El resto de secuencias, también parece que están rodadas en la zona de Tierra Estella. Ya que va de cine, si podéis no os perdáis las películas ¡Aupa Etxebeste! y Obaba. Dos películas para ver. Las aportaciones de José Luis al blog son de agradecer. ¿No lo pensáis así? Animaros a contar lo que ocurre en el valle. Tengo buenos/as informantes pero sería bonito que lo que ocurre en los pueblos lo pasaséis por esta página. La iglesia de Acedo, ya se encuentra rodeada de andamios, las obras están a punto de comenzar. Ikazkina. |
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