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05/07/2005

Mirafuentes

Mirafuentes. El triunfo de la solidaridad
Xosé Estévez.- Historiador

La Berrueza es un hermoso valle navarro, enclavado en Tierra Estella, cuya panorámica en forma de mandorla o almendra desde la sierra de Ioar provoca quietudes de éxtasis. Los romanos transitaron por él y dejaron su impronta en yacimientos y restos de calzada en la antigua Petra Miliaria, hoy Piedramillera. La crónica de Alfonso III menciona el valle como libre de la ocupación musulmana.

Gegráficamente abarca una serie de pueblos que sestean recostados sobre las laderas para buscar el cariño de los acuíferos, asesinos de la sed y progenitores de la vida. Otiñano, Nazar, Mirafuentes-Iturriaga, Ubago, el señorío de Cábrega, Acedo, Mués, Asarta, Mendaza, Sorlada, Piedramillera, el señorío de Learza, Etayo, Olejua y Oco, aunque éstos últimos se adscriben administrativamente a Valdega, adornan con su caserío el valle. Han desaparecido Burguillo, Desiñana, San Cristóbal, Estemblo y Villamera. Nuestro amigo y extraordinario escritor, Pablo Antoñana, ha acotado una inimitable y ajustada denominación de origen, cuajada de irónica sabiduría popular, para este recanto navarro,”la Repùblica del Ioar”.

Por esta acogedora y suave cuenca discurría un camino secundario y alternativo de Santiago, del que existen numerosos vestigios y signos de todo tipo. Proporcionaba a los peregrinos unas condiciones más amables durante los rigores estivales y estaba dotado de una notable infraestructura de acogida: ermitas, monasterios, calzadas, fuentes, torres defensivas y hospital. Este camino se desviaba del llamado francés en Villamayor de Monjardín y transcurría por Olejua, Etayo, Learza, Sorlada, Cábrega, Ubago, Mirafuentes, Otiñano, Santuario de Codés, Torralba, Azuelo, Aguilar de Codés, Lapoblación, Yécora, Oión y Logroño o desde Lapobación por Labraza y Moreda empalmaba con la vía francígena en Viana.

Mirafuentes era pueblo realengo mediante privilegio otorgado en 1236 por el rey Teobaldo I, debiendo pagar de pecha o impuesto 800 sueldos anuales por San Miguel, el 29 de septiembre. La peste negra y la crisis del siglo XIV, las guerras con Castilla en tiempo de Carlos II el Malo (siglo XIV), las de mediados del Siglo XV en la época del Príncipe de Viana y las tormentas y pedregadas del XV provocaron un drástico descenso del número de sus habitantes del que se recuperaría a partir del siglo XVI. Durante el siglo XIX su población oscilaría entre 33 y 37 fuegos o vecinos, población que mantendría con ligeras oscilaciones hasta mediados del siglo XX, fecha en que el masivo éxodo rural originaría un paulatino decrecimiento.

Mirafuentes disimula sus glorias bajo un aspecto recoleto y humilde. Pero posee monumentos de los que debiera sentirse sanamente orgulloso: el palacio de los López de Mirafuentes, la ermita de San Adrián, una entrañable imagen gótica de la Virgen de Beraza del siglo XIII y la Iglesia parroquial del San Román, cuya construcción comenzó a finales del siglo XII. Es una Iglesia-fortaleza, por tanto de carácter mixto, pues cumplía una doble función: religiosa y militar. En la segunda mitad del siglo XVIII la antigua espadaña fue relevada por una imponente torre-campanario, símbolo de la importancia del lugar, que hinca vanidosa su soberbia traza ante los atónitos ojos del visitante.

Pero si el viajero no sólo se soloza con la contemplación de sus bienes materiales y se digna adentrarse en el corazón de sus habitantes, encontrará joyas de humanidad y robadas de fraternidad, porque en Mirafuentes todavía anida una ave canora desgraciadamente en vías de extinción, la solidaridad.

Gracias a ella se construyó el bar-sociedad, se acondicionó el entorno de la fuente, se habilitó un gastetxe, se ennobleció la entrada del pueblo, se halla en fase de edificación una nueva casa consistorial, se han recuperado tradiciones como el Mayo, se restauró la iglesia, el cementerio y sus alrededores y en general, viviendas y calles han experimentado un proceso de embellecimiento, que ha tenido la recompensa de un merecido y justo premio.

En este alarde solidario, tolerante y convivencial, unos han ejercido de adalides y abanderados, desde Jesús Mari hasta Loli, otros hemos sido más bien currelas de base, desde Honorato a Emilio. Todos y todas, salvo rarísimas excepciones, pues de lo contrario residiríamos en la Jerusalén celeste, hemos empeñado arte, parte, ilusión, esperanza, esfuerzo y trabajo para mejorar humana y materialmente este pueblo de nuestros amores y dolores.

Infantes hiperactivos, jóvenes lozanas, galantes mancebos, recios maduros, diligentes cuarentonas y desentumecidos ancianos han aportado su azumbre al granero. El resultado a la vista está para disfrute general. El amor a la humanidad es pura entelequia, si no hunde sus raíces en el amor a la comunidad vecinal donde se engendró el despertar a la vida, se articuló el embrión de la estructura vital y echó a volar el primer sueño existencial. Sin localización humanizadora no hay utopía globalizadora.

Este modesto "escribidor" considera inmarchitable el valor de la hermandad y proclama abiertamente su más ferviente admiración por este generoso pueblo navarro de la Berrueza, bello rincón de mi querida Euskal Herria, en este poema, que divisa anhelante la cercanía de las fiestas patronales:

"Enhiestas crestas, con hambre de azul y sueño,
puñales de alegre dolor en las alturas,
desplegadas velas de albas desmesuras,
cerviz doblad, el santuario es señor y dueño.
A la Virgen de Codés amparo y manto ofreced
La Berrueza, Torralba, Espronceda y Aguilar,
viñas sacrales, nobles campos de pan llevar,
de Tierra Estella culmen, alcurnia, loa y prez.
Ensalzar la belleza no es infame desacato
y Mirafuentes alcanza supremo loor y encanto,
que en sus habitantes suscita lógico arrebato.
Los foráneos contribuimos con verso, labor y canto,
Unidos colaboramos en común trabajo grato.
!Felices fiestas de San Román, patrono Santo!.

04/07/2005

Dos asesinatos

A las 11 de la mañana, Primitivo atropelló a un hombre que bajaba por la carretera recientemente abierta y embreada. Allí mismo, en la misma revuelta quedó el cadáver a consecuencia de un golpe seco en la cabeza.

Pasados seis meses se llevó a cabo el juicio de paz en el mismo pueblo. Primitivo, el rico del pueblo, quedó absuelto. Tomando el suceso cariz de infortunio.

El mismo año, sucedió otra desgracia. A eso de las 2:30 de la tarde, cuando el sol más pegaba, un hombre vestido con una chamarra de invierno salió de casa. No saludó, ni miró a nadie. Ni reparó en su mejor amigo aunque paso por su lado. LLevaba el rostro completamente desencajado. Atravesó el pueblo en un santiamén, por detrás de la iglesia tomó el camino del camposanto.

Cinco minutos después se oyeron dos tiros de escopeta. Aunque no era época de caza nadie les dió importancia, hasta que apareció la mujer de Primitivo con las manos en el rostro y grritando: !Han matado a mi marido¡ !Han asesinado a mi marido¡

Para cuando llegaron los vecinos el cadáver estaba tendido encima de una manada de cereal recién cortado.

El infeliz pasó 22 años en la cárcel de Pamplona hasta que murió a conseccuencia de varias enfermedades, agravadas por la vejez. Abandonado, sin visitas, sin ayuda de amigos, ni familiares.

Bi hilketa

Goizeko hamaiketan, berritan egindako errepidean, herriko aberatsak, -Primitibok- aurreko hilabetean erositako autoz, bizikletaz jaisten zen gizon bat harrapatu zuen, Buruko golpearen ondorioz han bertan zerraldo gelditu zen.

Herrian bertan epaitu omen zuten, kargurik gabe uzteko. Ezbehartzat baitzuten.

Urte berean, herri txiki honetan, beste ezbehar bat gertatu zen, Arratsalde partean, eguzkiak bete-betean jotzen zuela, ordubi eta erdiak jota zirelarik, gizon bat irten zen etxetik neguko txamarraz jantzita. Ez zion ezerri erreparatu. Bere lagun mina ez zuen ikusi ere egin, haren ondo-ondoan pasa arren. Aurpergia erabat itxuragabeturik zeraman. Herria amen batean zeharkatuz, kanponsantuko bidea hartu zuen.

Bost minuto iragan eta eskopetako bi tiro hots entzun ziren herritik. Ehiztarien garaia ez bazen ere inork ez zien garrantzi handirik eman hots seko haiei, harik eta emakumea ikazkinaren etxe aldetik, eskuak aurpegian, garrasi batean agertu arte.

Gizona hil didate! Gizona erail didate! oihukatuz.

Herritarrak ailegatu zirenerako gorpua zelai erdiak zegoen zerraldo!

Gizajoak hogeita bi urte eman zituen Iruñeako kartzelan, zaharraren zaharrez eta gaixotasunak jota hil arte. Erabat abandonaturik, inoren bisitaldien laguntzaren gabe, ez lagunengandik, ezta familiagandik ere.
Gerardo LUZURIAGA
 

01/07/2005

El Habla de la Berrueza

He tenido la oportunidad de hojear el libro de Ángel Martínez Salazar. Sabido es que en nuestro valle los libros son vistos como algo especial; pero no porque sean considerados como algo peculiar, sino precisamente por la poca relación que tenemos los habitantes de estos pueblos con los libros.

Sin embargo este libro, es un libro, que creo que todos, absolutamente todos lo podemos leer. Texto sencillo, cercano, bien escrito, con anécdotas precisas, dichos y costumbres de nuestros convecinos.

No lo he leído, lo he ojeado. Pero me ha dado la impresión que de aquí en adelante será difícil decir, poner algo nuevo que no aparezca en este libro. Es sin duda, un libro que reúne el saber popular de nuestros padres, hermanos, amigos. Zorionak Ángel. El primer pote te lo pago yo.

De todas maneras, a pesar de lo dicho anteriormente, estos pueblos son lugares de sorpresa, hay todavía mil historias por recoger. Por sólo poner un ejemplo en Nazar no aparece el carbonero. Aparecerá el Paco de Ubago? El herrero de Mirafuentes. Mendaza es un filón de historietas. 

Os animo a escribir aquí, lo que os parezca. Tengo el control de los que la visitaís, y sois muchos, muchos más de los que nos podíamos imaginar. Dejad la vergüenza y escribir algo: anécdotas de los pueblos, personajes, lo que os parece esta página.

Gerardo Luzuriaga Santxez

 

 

27/06/2005

Pastores

 El valle de la Berrueza es y ha sido tierra de agricultores. La labranza es y ha sido la ocupación de sus habitantes. Eso no quiere decir, especialmente en otras épocas que todos vivían de la agricultura. Pues por un lado, había muchas familias que no tenían ni un solo termón de tierra, que tenían que vérselas y sacar a toda la familia adelante con las parcelas comunales.
De todas formas en otros tiempos había trabajo para todos, todo el mundo, de una forma u otra estaba ocupado. El que no era sacristán, era aguacil, molinero, carpintero, tendero, veterinario, herrero, escobero, carbonero... Todo lo necesario se producía en los pueblos.
Como es natural se acudía a Estella, al mercado, a intercambiar unos productos por otros, es curioso que hasta no hace mucho tiempo el dinero brillaba por su ausencia, y las transaciones eran lo que hacían que se puediesen comprar los pocos productos que se necesitaban.
En definitiva está claro que los pueblos no eran lo que son hoy, como bien he comentado antes aparte de los agricultores había muchos más oficios. Hoy voy a recordar a los pastores. Sin duda una de las profesiones peor pagadas. Bueno, la cosa es, que yo aunque no soy muy viejo he conocido en el pueblo tres rebaños, de vacas (José el cabornero), ovejas (Isidoro) y cabras (José Mari, el hijo del carbonero. En otro momento hablaremos de las costumbres, de su vida. Hoy sólo mencionaremos por encima el nombre de las personas que a lo largo de estos últimos años, cuarenta años o, se han dedicado a este oficio. Recuerdo una familia de muchísimos hijos, que fueron a la escuela con nosotros, familia, que si no estoy equivocado vino de la provincia de Soria. Estuvo en el pueblo unos cinco años. ¿Quién no recuerda a Isidoro, Raimundo y Primi, pastores que vinieron de los pueblos de Bearin, Otiñano y Ancín a pastar las ovejas del Paco de Asarta y del Cecilio de Mendaza? La familia del Epi, sus hijos Ángel y Gabino toda la vida dedicada al pastoreo. Recuerdo de primera a Fortunato y a Maria con su rebaño de ovejas propio, creo tener también el recuerdo de haber oído que Florencio y Pilar también compraron un rebaño. Todavía quedan en el monte del pueblo los corrales de Montoya y Morrás, o por lo menos los nombres.
Joarkide

 

23/06/2005

Artzainak - Pastores

Berrotza nekazarien harana izan da eta da. Lurrak ematen dituen produktuekin bizi ginelako eta garelako. Dena den, orain dela urte gutxi arte, harana nekazaria bazen ere, beste ogibide asko zeuden: artzainak, arotzak, dendariak, tabernariak, albaiteroak... Gustatuko litzaidake gizarte honi buruz idaztea, baina zorionez ez nintzen izan bizi garai horretan. Beraz, argi dadila, aurreko mendeko kontuetan beste batzuek eman beharko badute ere, nire asmoa garai hortara hurbiltzea izango dela. Izan ere, aberatsa bezain beharrezkoa izango litzatekeela herriko zaharrek dakitena zehatz mehatz kontatzea.
Herriak zeharo aldatu dira denbora gutxitan. Asko kosta bazaigu ere ideia bat egitea suposa dezagun, oraingo herri txiki hauetan, garai batean, den-dea herri hauetan geneukan. Beraz, denbora kontuan hartuz, eguneroko beharrak erabat aldatu direla kontuan hartuz, duela mende bat hiri batean zeukaten guzti-guztia, baliabide gehienak Nazarren, Otiñanon, Muesen geneukan. Gezurra irudi arren, behar zituztena herrietan ekoizten zuten. Herriak inurritegiak ziren, den-denetik zegoen. Imagina ezazue edozein egoera eta herri hauetan bazegoen artista batek egoera horri aurre egiteko prest. Noizbait bakoitzak espezializatuta zegoen arlo batean.
Nekazariez gain bazeuden beste ogibide batzuk. Dena den ez zen erraza herri hauetan lurrik gabe bizitzea. Lurrak edukita ez gorriak pasatu behar. Ezbairik gabe, familia asko ugariak bezain behartsuak ziren. Izan ere, hiru sendia boterertsu izan ezik, gainontzekoak batez besteko 8 seme-alaba zituen, beraz oso arrunta zen familia batzuetan, batez ere behartsueneetan 12 seme-alaba izatekoak.
Artzainak. Herri guztietan, gutxienez hiru animalia talde zegoen, behiak, ardiak eta ahuntzak. Beraz, hiru familia animalia hauek zaintzen bizi omen ziren. Herri batzuetan artaldi bi zeuden. Zaharra ez izan arren, herrian hiru artzain mota ikusi ditut: unai (ikazkina), ahuntzak (ikazkinaren semea: Jose Mari), ardiak (Isidoro). Inondik ere garai batean artzainek gorriak ikusi beharko zituzten haien familia ugaria aurrera ateratzeko. Gogoan daukat nola herrira Soriatik etorri zen artzain bat eta bere emaztea 8 seme-alabarekin bizitzera, urte gutxi eman zuten gure artean. Gero Otiñanoko Isidoro, Lizarrako Raimundo, eta Antzineko Primitibo hurrenez hurren artzain etorri ziren Mendatzako Zezilioren eta Asartako Pakoren artaldiak zaintzera. Betidanik ezagutu nuen Anjel artzain, eta gero bere anaia Gabino. Jose ikazkina ere urte dezente artzain ibili zen. Urte batzuk Fortunato eta Maria artaldi propio eduki zuen, entzunda daukat Florentzio ere artaldi propio eduki zuen.
Gogoratzen dut, aipatutako artzainak Palentziako manta, zurroia sorbaldan, makila eskuan, eta txakurrak aldamenean.
Gerardo Luzuriaga Santxez